Sus objetivos fueron cumplidos, nos cuenta el P. Ramón Loyola, L.C., uno de los responsables de estos días, puesto que se buscaba que los chicos “crearan nuevas amistades, que conocieran más a Jesús y que conocieran mejor el estilo de vida de estos misioneros seminaristas”.
Para ello, participaron en numerosas actividades en las que no faltó una gincana fotográfica por el centro de Valencia y el rezo del Rosario en la Basílica de Nuestra Señora de los Desamparados, un día completo en la playa con juegos e, incluso, una posada a la Inmaculada tras la cual chicos y grandes participaron en una cena que estuvo amenizada con los concursos que había preparado el P. Wagner, L.C.
Entre los asistentes que ayudaron en las convivencias había dos invitados muy especiales: el H. Yago Solá, L.C., y el H. Manuel García de Polavieja, L.C., antiguos apostólicos, y que ya están en Roma estudiando filosofía, los cuales, además, tuvieron una cena con antiguos alumnos de su generación de estudios de Cumbres School Valencia.
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