Y, por este motivo, los responsables del ECYD de los tres colegios de Madrid tuvieron su jornada de formación de formadores el sábado 27 de febrero, aunque de forma separada por el tema del COVID.
Luiza nos ha explicado su jornada, la cual tuvieron en la Universidad Francisco de Vitoria y a la cual acudieron 14 responsables: 7 chicas y 7 chicos, todos de 1º de bachillerato.
“Quisimos que esta Jornada fuera bastante ‘aterrizada’ a las necesidades actuales de nuestros responsables” y para ello organizaron diferentes charlas y dinámicas para que aprendieran a preparar mejor sus actividades formativas, el manejo de grupo y la importancia de la disciplina”.
También tuvieron la oportunidad de conocerse más a través de un test de personalidad, para que de esta manera se hicieran más conscientes de cómo trabajan, comunican, cuáles son sus puntos fuertes al trabajar en equipo con otros responsables, etc. Y para ello contaron con Leticia Noriega, que les dio un testimonio vía Skype sobre el impacto del ECYD en su vida. El P. Rafael Pou, L.C., les explicó el test de las 16 personalidades.
Y las dos últimas charlas formativas corrieron a cargo de Pepe Gutiérrez, prefecto de disciplina del colegio, y Patti Maxwell, que les ayudó en la preparación de las dinámicas del ECYD, con casos muy prácticos. Finalmente, Nacho Artero expuso algunos tips a la hora de preparar los encuentros del ECYD.
También se rezó un misterio del Rosario, alrededor de la Virgen, para pedir por los chicos y chicas del ECYD.
No hemos querido dejar de preguntar a la responsable del ECYD del colegio cómo se reinventa el ECYD en época de pandemia. Y nos ha contestado que “la verdad bastante bien, aunque echamos de menos nuestras actividades de integración y salidas apostólicas, dos piezas clave en la vida del ECYD”. No obstante, también señala que “es una oportunidad para seguir profundizando en nuestra identidad como un estilo de vida, y que el COVID no nos impida vivir el ECYD”.
Está siendo una experiencia muy exigente para los responsables de equipo y para los encargados “ya que cada actividad es un ‘a ver si nos lo permiten’, por tantos cambios que van sucediendo… lo que también nos prueba en la acogida y abandono en Dios… que sabe más que nosotros”.