La comunidad básica que dinamiza la vida de Regnum Christi, en la que se aprende a hacer presente el Reino, se llama “equipo”. Es una pequeña comunidad de fe, como la de los primeros cristianos. Nos reunimos para rezar, trabajamos juntos en la evangelización, y nos apoyamos mutuamente en el día a día de la vida cristiana.
La formación es importante en el Regnum Christi. Los seglares dedican una vez al mes un tiempo a formarse (círculos de formación). Las ramas consagradas también tienen formación continua y mensualmente hay un retiro espiritual de medio día. Una vez al año, hacemos Ejercicios Espirituales ignacianos de varios días, y renovamos nuestro sí a Cristo en el movimiento.
En equipo, los miembros y quienes quieren participar y conocer el Regnum Christi hacemos semanalmente un “Encuentro con Cristo”. Leemos juntos el Evangelio, se hace presente Cristo entre nosotros, y contemplamos nuestras vidas a la luz de ese encuentro a la escucha de lo que nos diga el Espíritu Santo.
En el camino de crecimiento espiritual, contamos con un director espiritual que te acompaña en el seguimiento de Cristo, como recomienda la Iglesia.
Además de una vida naturalmente apostólica (esa irradiación natural de lo que uno lleva en el corazón), los miembros del Regnum Christi sentimos muy intensamente una llamada a comprometemos en algún apostolado concreto, de manera que hacemos real la respuesta a la llamada de Jesús a servir a los demás, y a ser sus apóstoles
Uno puede incorporarse al Regnum Christi a partir de los 16 años, pero el carisma del Regnum Christi también se puede vivir desde pequeño. Por supuesto, en la familia. Pero, además, hay una realidad que se llama ECYD, que es la manera de vivir los adolescentes el carisma del Regnum Christi, y una propuesta para aprender desde pequeños a ser amigo de Jesús –que se llama NET–.