Regnum Christi España

Yiós | Pepe Lozano: “Dios ha escuchado los anhelos más profundos de mi corazón”

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Jóvenes de toda España han participado en el retiro YIÓS weekend organizado por el Regnum Christi de Sevilla. Se celebró del 27 al 29 de diciembre.

En YIÓS, el Regnum Christi propone entrar vivencialmente a las catequesis sobre el amor humano -la teología del cuerpo- del papa San Juan Pablo II.

 

Pepe Lozano es uno de los jóvenes que ha participado en este fin de semana y ha querido compartir su testimonio y experiencia.

 

“No puedes saber quién eres si no sabes de dónde vienes”

 

Ésta sería sin duda mi respuesta para aquellos que me preguntan por qué ir a YIÓS Weekend.

 

“Eso no es lo tuyo Pepe”, “verás que vuelve cura”, “¿prefieres irte de retiro antes que estar con nosotros?”, fueron algunos de los comentarios que me hacían cuando me ofrecían planes para el fin de semana que tenía previsto ir a YIÓS. Reconozco que los días previos al retiro estaba un poco desanimado y sentía que podía perder un fin de semana con mi familia o estudiando, pero ahí estaba él, el de siempre: Jesús; que por medio de mi gran amigo y hermano en Cristo, Diego, siempre consigue motivarme y sacarme una sonrisa siempre que lo necesito.

 

El viernes por la tarde llegué pensando en que sería un fin de semana de relax con gente del Regnum Christi, recibir un par de charlas y luego a seguir con mi vida, como si todo fuera una burbuja que explota a los 3 días. Sin embargo, nada más pisar el colegio Highlands (donde se celebró el retiro), me di cuenta de que cabía la posibilidad de que el chico que entraba por la puerta saliera caminando de una manera distinta.

 

El motivo del retiro era cuanto menos atractivo: Teología del Cuerpo. Se trata del título que el papa San Juan Pablo II le dio a su proyecto de catequesis, el cual presenta una profunda reflexión bíblica del significado de la encarnación de la persona humana y del objetivo que como hombre y mujer tenemos de “ser una sola carne”. Sin embargo, he de admitir que resulta cuanto menos complicado explicar en unas pocas líneas lo que para mí fue difícil de asimilar en apenas un fin de semana.

 

Los temas sobre castidad y virginidad cristiana eran quizás los que más esperaba y los que más confusión me causaban ¿Por qué esperar? ¿Por qué está mal algo que dentro del matrimonio nos une a Dios? Es todo tan difícil en una sociedad tan hiper sexualizada que te pide que veas y no mires a la persona tal y como Dios la ha creado… Que creo que es de vital importancia observar, mirar, reflejarse en la mirada de la persona que más quieres para darte cuenta de que a veces los ojos son el reflejo del alma, y en consecuencia, de Dios .

 

Después de confesarme por primera vez en mucho tiempo con el P. Alexis, legionario de Cristo, (mi director espiritual y amigo), admiraba la presencia del cuerpo de Cristo cuando llegué a la conclusión de que eres un cobarde, y de que no amas realmente a una persona si no eres capaz de decirle: “Quiero ser Cristo para ti, quiero llevarte al cielo, quiero que me ames así como Cristo ama a la Iglesia, quiero mirarte y que me mires, que me cuides y que te dejes cuidar”, porque amantes son los que esperan. Amantes son los que esperan y reciben el don del Espíritu Santo, exigiendo amor en la pureza como virtud y la castidad.

 

Me llamó muchísimo la atención comprobar también el efecto que puede tener Dios en los jóvenes que tienen sed de Cristo y ansían respuestas a preguntas que atormentan su día a día, donde unas cuantas velas parecían tener el poder de iluminar el espíritu de aquellos que se acercaban a Él y dar descanso al penitente afligido por sus pecados. Fue, sin duda, junto a la misa del domingo, un momento de recogimiento donde realmente valoré lo que estaba pasando ante mis ojos.

 

Finalmente, no puedo dejar pasar por alto la oportunidad de agradecer a todos y cada uno de los que me acompañaron ese fin de semana, que sin duda fueron parte esencial para mi aprendizaje y disfrute. Cristo y amigos, ¿qué puede salir mal? Un ambiente inmejorable.

 

No sé si seré mejor o peor persona que antes, (Dios me libre de juzgarme), pero lo que sí puedo asegurar es que Dios ha escuchado los anhelos más profundos de mi corazón y que de alguna forma u otra está un poco más presente en mi vida.

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