Carlota, estudiante de Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad Francisco de Vitoria, ha participado en las misiones a Ponferrada con Juventud Misionera. Se apuntó a última hora. Piensa que “la gran Misión que hemos de llevar a cabo en este mundo es en pequeños gestos en el día a día para reflejar que estamos llenos del amor de Dios”. En otras palabras: “¡Qué se note que Cristo ha resucitado y que vive en nosotros!”.

¿Por qué has ido de misiones en Semana Santa? ¿No tenías más planes? ¿Hay algún mejor plan?

Pues realmente me surgió a última hora, me insistió una buena amiga para que fuésemos juntas y pocos días antes lo decidí. Creo que es la mejor manera de vivir la Pasión. Cristo entrega su vida por nosotros y muchas veces no somos capaces de responder a ese amor, creo que esta es una de las mejores maneras de responder a esa llamada de Amor, amor al prójimo que no conoce a quien le ama sin condición. En este caso, un acto no solo de amor, sino también de servicio a aquellos que ya le aman, pero no tienen la accesibilidad suficiente para acompañarle en su Pasión.

Creo que, en experiencia mundana, sí que hay planes mejores… Pero cuando te das cuenta de que lo verdaderamente importante es su Reino comienzas a vivir de otra manera, y lo mundano pasa a un segundo plano.

Acompañamos a ancianos en residencias, a peregrinos del Camino de Santiago y en las iglesias de los pueblos

Pero las misiones son para todo el año… ¿qué significa para ti ser misionero también en tu día a día?

Efectivamente, creo que la gran Misión que hemos de llevar a cabo en este mundo debemos realizarla todos los días; en ese gesto hacia el compañero de clase o de trabajo que te cuesta más, esa sonrisa a cada persona con la que te cruzas, esa entrega y esfuerzo que haces en tu trabajo o estudio. Son pequeños gestos en el día a día que reflejan que estamos llenos del amor de Dios. A simple vista, pueden parecer insignificantes, pero es la manera de llevar ese Amor y esa alegría a todos los corazones. ¡Qué se note que Cristo ha resucitado y que vive en nosotros!

¿Nos puedes contar alguna experiencia que hayas vivido esta Semana Santa que te lleve a decir: “Quiero volver”?

Muchas jajajaja… ¡Quiero volver a las misiones enteras! Pero en concreto, íbamos varios amigos a los que nos gusta cantar, y nos preguntaron si podíamos ir como “coro” a la celebración de la Vigilia Pascual de Cortiguera, uno de los pueblos en los que estábamos. Al principio pensamos que estaban locos por mandarnos allí porque “no sabemos cantar”, pero nuestra sorpresa fue que quedó precioso y toda la gente del pueblo nos felicitó después de la celebración porque les habían gustado mucho. Es una forma diferente de vivir la celebración, pero también muy bonita.

También hemos tenido ratos de recogimiento y oración personal para interiorizar lo que pasa en estos días

¿Qué han tenido de particular estas misiones? ¿En qué han consistido?

Por lo que me han dicho, no han sido unas misiones normales. Estas misiones eran en Ponferrada, y nos dividíamos en grupos para cubrir tres necesidades de la zona: acompañar a los ancianos en residencias, acompañar espiritualmente a los peregrinos del Camino de Santiago y ayudar en a las iglesias de los pueblos cercanos en las celebraciones. En mi caso, al principio fui a una residencia porque las personas mayores son mi debilidad, pero luego ayudé en los pueblos, que se llevaron mi corazón. Me impresionó la acogida que teníamos en cada pueblo, cada persona nos acogía con una sonrisa y nos hacían sentir uno más en su iglesia. Nos invitaban a picar algo después de cada celebración y nos agradecían enormemente la ayuda. También hemos tenido ratos de recogimiento y oración personal que te hacen interiorizar lo que verdaderamente pasa en estos días, que es difícil verlo entre tanto barullo.

¿Te “llevas puesta” alguna canción, una lectura del evangelio… que te resuene de estas misiones y que nos puedas compartir?

Si tuviera que decir una canción sería “Por qué Lloras María Magdalena” de Hakuna. Y una lectura como tal no, pero el Vía Crucis que hizo del P. Eduardo, el sacerdote de allí… fue muy, muy bonito.