El caso es que somos buscadores, estamos siempre en camino, y queremos encontrar. Cuando en la búsqueda de sentido encuentras algo, por pequeño que sea, es frecuente que se manifieste como una “experiencia espiritual”. A lo mejor te ha pasado alguna vez. Pues esa experiencia, lejos de ser superficial y vacía, seguramente sea algo muy real y verdadero que ha sucedido dentro de ti. Puede ser la experiencia concretísima y real de Cristo en tu corazón hablándote, encontrándose contigo, expresándote su amor, e invitándote a seguirle…