“Ha sido una muestra más del amor tan grande que Dios nos tiene; un regalo en este año tan especial en el que nuestro hijo mayor va a recibir a Jesús por primera vez”, asegura Inmaculada, madre de Highlands School Barcelona. Por su parte, Mónica, madre de Quique, afirma: “Desde el primer momento, se sintió un ambiente de unión y alegría. Caminar junto a nuestros hijos, compartiendo momentos de oración y reflexión, nos permitió fortalecer nuestra fe y vivir de manera más intensa este proceso de preparación”.

Una peregrinación en familia: camino, oración y esperanza

Bajo una ligera llovizna y con la alegría de compartir juntos el camino, los alumnos de Primera Comunión de este colegio del Regnum Christi, acompañados por sus padres y tutores, iniciaron su peregrinación al Tibidabo. Desde el primer momento, el ambiente de fe y comunidad se hizo palpable. “La convivencia fue preciosa, la alegría de los niños por el camino al llevar orgullosos la cruz y ondear la bandera de su colegio… y al final ahí estaba Él, que también nos había acompañado durante el camino”, relata Inmaculada.

La jornada incluyó momentos de oración, catequesis y adoración, espacios en los que las familias pudieron profundizar en la preparación para la Primera Comunión de sus hijos. Uno de los momentos más especiales la entrada en el templo jubilar, un gesto lleno de significado en este Año del Jubileo de la Esperanza “que nos recordó el camino de fe que estamos recorriendo con nuestros hijos”, comparte Mónica.

Un abrazo de Dios en el SantísimoSin duda, el momento más emotivo de la jornada fue la adoración eucarística en la que cada niño, junto a sus padres, pudo pasar ante el Santísimo y rezar el uno por el otro. “Si me tengo que quedar con algún momento, sin duda es éste: indescriptible”, confiesa Inmaculada. En ese instante, cada familia sintió el abrazo de Dios, un regalo que quedará grabado en su corazón.

Además, en la catequesis, el P. Edwin Pereira, L.C., recordó a los padres su misión fundamental: “Vuestros hijos son la esperanza de la Iglesia”. Palabras que resonaron con fuerza en las familias, haciéndoles conscientes de la importancia de acompañar a sus hijos en su camino de fe.

A pesar de la lluvia, la jornada terminó con una misa en la comunidad de los Legionarios de Cristo, donde los peregrinos dieron gracias por todo lo vivido. “Sin duda, esta experiencia quedará grabada en nuestros corazones y será un recuerdo imborrable en este año tan especial para nuestras familias”, concluye Mónica.