Campamentos ECYD | Daniel, monitor en Cantabria: “Soy testigo de cómo Jesús, en 15 días, ama, abraza y transforma los corazones de los niños”

LomásRC

24/07/2024

“Ir de monitor a un campamento de verano del ECYD es una oportunidad y un regalo único que Jesús nos hace de poder ser apóstoles”, así de clara tiene su misión Daniel Hernández, que este verano ha dedicado 15 días a ponerse en salida y acompañar a 120 chicos en un campamento del ECYD en Cantabria.

Daniel Hernández nos comparte su experiencia como monitor del ECYD este verano en Cantabria. Para él es una oportunidad única a lo largo del año para ser apóstol y acompañar a los adolescentes hacia Jesús. También enfatiza que ser monitor es tan valioso como cualquier otra misión, permitiendo evangelizar de manera divertida y donde no solo se da, también se recibe mucho: “A mí en lo personal, los niños siempre me enseñan más de lo que yo puedo darles a ellos. Su alegría, sencillez, ternura y amistad con Jesús me inspira a seguir esforzándome cada día a dar más y poner lo poco que soy al servicio de Cristo y de la Iglesia”.

El grupo de chicos del campamento de Cantabria en los Picos de Europa — El grupo de chicos del campamento de Cantabria, en los Picos de Europa.

¿Por qué has ido de monitor a un campamento con 120 niños? Es algo que no todos los jóvenes hacen hoy en día, ¿qué buscas?

Creo que ir de monitor a un campamento de verano del Regnum Christi o en cualquier otra actividad del ECYD es aceptar una oportunidad y un regalo único que Jesús nos hace de poder ser apóstoles y acompañar a más adolescentes hacia Él.

El ser monitor es igual de importante que irte de voluntariado o de misiones a cualquier parte del mundo, pues con tu testimonio y entrega logras evangelizar y acercar a los chicos, de una forma divertida, a Dios.

¿Qué te enseñan los niños, qué aprendes de ellos?

A mí en lo personal, los niños siempre me enseñan más de lo que yo puedo darles a ellos. Su alegría, sencillez, ternura y amistad con Jesús me inspira a seguir esforzándome cada día a dar más y poner lo poco que soy al servicio de Cristo y de la Iglesia.

¿Cómo entraste y cómo estás ahora?

Entre con un poco de nervios por ser mi primer campamento y porque eran 120 niños, pero la verdad tuvimos un equipazo de monitores, equipo directivo del campamento y actividades increíbles que permitieron que sea sencillo y que sea un planazo para todos.

Y salgo con el corazón lleno, pues he podido ser testigo de cómo, en tan solo 15 días, Jesús logra compaginar la diversión con la evangelización: amando, abrazando y transformando los corazones de los niños, dándoles luz, seguridad y fuerza para poder seguir con su rutina al volver.

¿Cómo son los días allí en cuánto a actividades y momentos de oración?

El campamento se divide en dos partes: los días en casa, en Ontaneda, y los días de excursiones fuera. En la casa se hacen actividades como competencias deportivas, tirolinas, prueba Rambo, gymkhanas, etc. Y los días de excursión: hacemos paseos como el descenso en canoas por el río Deva, Paintball, paseo en donut en el mar, días de playa, un día en Santander, bajar los picos de Europa en Fuente De y, como cierre, una peregrinación al Santuario de Covadonga.

El campamento juega con una metodología ECYD que combina la recreación, la oración, el deporte y la vida en equipo. Y esto se hace cada día. Disfrutando en comunidad y viviendo con la alegría de ser amigos de Jesús.