Regnum Christi España

Entrevista | Paula Restrepo: “El apostolado en el Canta y Baila busca que las niñas experimenten la belleza que hay en darse a los demás”

Paula Restrepo canta y baila

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779 niñas se han inscrito al Canta y Baila 2025, un concurso organizado por el ECYD de chicas de Sevilla que les ofrece una experiencia impactante y profunda "de que que pueden ser apóstoles con acciones muy sencillas”, nos cuenta Paula Restrepo, consagrada del Regnum Christi y formadora del ECYD en Sevilla. Toda la actividad está atravesada por el estilo de vida del ECYD: hay formación, vida espiritual, vida en equipo y apostolado. Y entre las actividades de apostolado en esta edición hay una gymkhana por el centro de Sevilla, con acciones concretas para llevar el Evangelio a las calles. Y no hay rendija por la que no se cuele el amor de Dios. Una señora le dijo a Paula: "Hoy he sentido que Dios ha respondido a mis oraciones a través de estas niñas".

 

Las niñas del ECYD de Canta y Baila en una de las pruebas Gynkana
Las niñas del ECYD de Canta y Baila en una de las pruebas Gymkhana.

 

¿Qué tipo de apostolados están realizando las participantes del Canta y Baila 2025?

Este año la dinámica ha girado en torno a los Misterios Gozosos, pues el lema del Canta y Baila de este año es “Hágase en mí”. Hicimos una gymkana por el centro de Sevilla y en cada prueba se hacía una reflexión sobre un misterio y se proponía una acción apostólica.

 

¿Cómo ha impactado este enfoque apostólico en las participantes?

Este acercamiento a los Misterios Gozosos ha ayudado a que estos momentos de la vida de Jesús sean más cercanos y accesibles, y el hecho de que tengan la posibilidad de compartirlo con la gente que pasa por el centro, se convierte en una oportunidad para ver que pueden ser apóstoles con acciones muy sencillas.

El apostolado no solo motiva a las participantes a preparar sus actuaciones con excelencia, sino que también les permite llevar el amor de Dios a los demás de manera auténtica y significativa

¿Qué papel juega el ECYD en los equipos de Canta y Baila?

El ECYD es el alma del Canta y Baila. Buscamos que cada actividad que proponemos a las niñas a lo largo del camino de preparación para el evento final esté empapado de la espiritualidad y la vida del ECYD. El Canta y Baila se vive en muchos aspectos como se vive el ECYD: vida de equipo con tus monitoras, apostolado en dos diferentes momentos, tiempo de reflexión y oración para hacer la letra de la canción, virtudes que se viven cada día de ensayos como la alegría, la paciencia, el compromiso, la perseverancia… todo busca ser ECYD.

 

¿Cómo se preparan las niñas para vivir el apostolado de una manera auténtica y significativa?

Este rol lo tienen sobre todo las monitoras. En la reunión de monitoras y de madres encargadas, cuando se lanza el concurso, se les explica la finalidad del apostolado. Se les hace ver la importancia de que las niñas se entusiasmen y vean por qué se hará esa acción en concreto, y puedan hacer la experiencia de la belleza que está en darte a los demás.

 

Además, les entusiasma para seguir preparándose para el día del concurso, hacerlo lo mejor posible y, si ganan, poder llevar el cheque donativo a la institución con la que han colaborado en su apostolado.

 

 

 

¿Podrías compartir algún testimonio de cómo el apostolado toca la vida de una participante o de las personas con las que se cruzan?

Después de que un grupo de niñas se acercase a una señora a compartirle la alegría de la Navidad que ya llega, la mujer al verme y ver que yo la acompañaba, me dijo con lágrimas en los ojos: «Hoy he sentido que Dios ha respondido a mis oraciones a través de estas niñas».

 

….

 

El Canta y Baila es un concurso que busca expresar la alegría de la fe y promover valores evangélicos a través de la música, el baile y el apostolado en un ambiente de sana competencia, diversión y trabajo en equipo. Además del concurso final, que es el culmen de toda esta actividad, en las fases previas hay actividades de apostolado, donde se busca compartir la fe con los demás, y se preparan la letra y la música de la canción que el equipo baila, que se basa en el lema del año y es siempre un pasaje bíblico. Las ganadoras donan el premio que se les otorga a la institución donde realizaron su apostolado de equipo.

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