• La Cátedra de Inmigración lleva 15 años investigando sobre la integración social en España y, en los últimos años, busca respuesta a la despoblación rural
• Elegimos la provincia de Ávila por su alta despoblación: hay más abulenses viviendo fuera de la provincia que dentro
• Los inmigrantes de este proyecto son personas con valores humanos, que han apostado por formar una familia, emprendedores, dispuestas a aprender un oficio…

Como nos explica su responsable, se trata de “de un nuevo modelo de repoblación rural centrado en las personas”. En él, la UFV se dedica a “la investigación sobre un modelo científico de repoblación e integración social, desarrollando el acompañamiento de las familias por profesionales de nuestro Instituto de Acompañamiento, y preparando la formación humanística”. El proyecto cuenta con la colaboración de la Fundación Altius y ha recibido el reconocimiento y el apoyo económico de Ferrovial. Esta primera experiencia de Habita Tierra está ubicada en El Losar del Barco, Ávila, y ya hay cuatro familias de origen extranjero que en breve irán a vivir y a trabajar allí.

¿En qué consiste Habita Tierra?

Es un proyecto de investigación aplicada para el diseño de un nuevo modelo de repoblación rural centrado en las personas.

¿Cómo nació esta colaboración entre la Cátedra de Inmigración de la UFV y la Fundación Altius?

Altius es conocida por su buen hacer en el terreno social y la UFV tiene un ideario que busca la transformación social desde el conocimiento excelente. Fue cosa de unos minutos hablando y lo vimos claro enseguida que podíamos hacer juntos este proyecto.

Desde la cátedra de inmigración llevamos 15 años investigando sobre la integración social en España y, en los últimos años, hemos empezado a trabajar en cómo se podría dar respuesta al reto de la despoblación rural mediante familias de origen extranjero.

Era cuestión de poner en relación la necesidad de mantener con vida los pueblos y dar oportunidades a quienes quieren venir a trabajar y emprender un proyecto vital con su familia.

Altius gestiona todo lo relativo al desarrollo del proyecto piloto en el municipio de El Losar del Barco: la incorporación de cuatro familias en sus nuevos hogares, la incorporación escolar de los niños y facilitando el aprendizaje del proyecto agrícola

¿Cuál ha sido y está siendo la responsabilidad de cada uno en este proyecto de Habita Tierra?

La UFV diseñó el proyecto y ahora lleva su coordinación general aplicándose especialmente en los aspectos que le son más propios, como son la investigación sobre un modelo científico de repoblación e integración social, desarrollando el acompañamiento de las familias por profesionales de nuestro Instituto de acompañamiento, y preparando la formación humanística.

Altius gestiona todo lo relativo al desarrollo del proyecto piloto en el municipio de El Losar del Barco (Ávila), gestionando la incorporación de cuatro familias en sus nuevos hogares y atendiendo a distintas necesidades, tramitando la incorporación escolar de los niños y facilitando el aprendizaje del proyecto agrícola que van a emprender.

¿Cómo se financia este proyecto? Casas para las familias, primeras inversiones, formación técnica… es un despliegue económico grande. ¿Lo asume Ferrovial?

El proyecto se financia en su dimensión social y agrícola por la empresa Ferrovial. Los empleados de esta empresa eligieron nuestro proyecto entre más de 50 opciones y, ellos pusieron una parte del presupuesto y la empresa la otra parte.

En otros aspectos del proyecto tanto la UFV como Altius apoyan otra parte del presupuesto y hemos incorporado otros apoyos como CaixaBank.

Tanto la Junta de Castilla y León, la diputación de Ávila y el propio ayuntamiento de El Losar han apoyado fuertemente el proyectos desde su inicio

¿Y el papel de las autoridades públicas? ¿Cómo se eligió El Losar del Barco?

Es muy importante que todos los agentes públicos y privados estén involucrados en un proyecto así. Tanto la Junta de Castilla y León, la diputación de Ávila y el propio ayuntamiento de El Losar han apoyado fuertemente el proyectos desde su inicio. Elegimos la provincia de Ávila por su alta despoblación, realmente necesitan un revulsivo (hay más abulenses viviendo hoy fuera de la provincia que dentro). Tras estudiar distintos municipios, vimos que los vecinos que más querían el proyecto fueron los de El Losar del Barco, existiendo un gran deseo no sólo de que vayan nuevas familias si no, también, de que se recupere el cultivo del campo y, en definitiva que vuelva a haber ruido de niños y dinamismo social y económico.

¿Qué perfil deben tener las personas que aspiran a ir a iniciar este proyecto?

Se ha realizado una selección muy exigente debido al reto que supone el proyecto. Son personas con valores humanos, que han apostado por formar una familia, son emprendedoras, creen en el valor de la comunidad por encima de la individualidad, dispuestas a aprender un oficio y trabajar con intensidad, que valoran las virtudes de la vida en el campo para planteárselo como una opción vital.

Uno de los aspectos que aborda el proyecto es el de la ‘España vaciada’. ¿Cuál es la perspectiva para esa España en el presente y en el futuro inmediato?

España tiene un crecimiento vegetativo negativo desde hace tiempo (hay más muertes que nacimientos) y el envejecimiento de la población no para de aumentar. Estamos a la cola del mundo en natalidad. La perspectiva en este sentido es negativa pues no se está apoyando lo suficiente a las familias ni a las mujeres. El dato positivo lo aportan las personas de origen extranjero que se están incorporando a vivir y a trabajar con nosotros.

España tiene un crecimiento vegetativo negativo desde hace tiempo (hay más muertes que nacimientos) y el envejecimiento de la población no para de aumentar

Cuando se habla de inmigración e inclusión social, ¿qué retos pueden surgir en los pueblos más pequeños como este de El Losar del Barco?

La inclusión social es un reto de toda Europa en el que todos estamos llamados a convivir en paz sin discriminar a nadie por su color de piel, su origen o sus ideas.

En los pueblos pequeños es más fácil que las personas puedan conocerse bien porque la convivencia es más natural y no hay tantas prisas. En cuanto una familia nueva llega a un pueblo, lo normal es que se le reciba bien y, al poco tiempo, se convierte en uno más. Las distintas costumbres al final son una riqueza que se puede y se debe compartir. La identidad de un pueblo se construye diariamente con lo que todos sus vecinos aportan desde su personalidad y sus talentos.

¿Qué otros proyectos ha llevado a la práctica la Cátedra de Inmigración? ¿Este de El Losar es el primero de muchos más que han de venir?

La cátedra de inmigración ha investigado sobre los distintos aspectos de la integración de las personas: desde el aspecto del trabajo, las relaciones humanas, la dimensión religiosa, el emprendimiento, la singularidad de la mujer, la importancia de las narrativas y el lenguaje para la integración, etc.

Esperamos que este proyecto piloto de repoblación sea un éxito y pueda iniciarse una perspectiva de nuevos proyectos que llenen España de humanidad, una España reconocible porque sepa crear nuevas comunidades, nuevos pueblos con rostro humano.