Apóstoles en misión
Apóstoles en misión
Convención general
regnum christi 2024
Del 29 de abril al 4 de mayo, Roma
Convención general
regnum christi 2024
Del 29 de abril al 4 de mayo, Roma
Hacer presente el Reino de Cristo hoy
Una Convención General, como evento del Espíritu, implica siempre tres acciones: iluminación, discernimiento y acción. Ver, juzgar y actuar. Se trata de escucharnos los unos a los otros y todos al Espíritu Santo. Se trata de ser sínodo, de caminar todos juntos y cada uno según su vocación.
Participantes
del Territorio de España
en la I Convención General
Participan 12 miembros de las cuatro vocaciones: 5 laicos, 3 consagradas, 3 legionarios de Cristo y un laico consagrado
DELEGADOS ELEGIDOS POR EL TERRITORIO
DELEGADOS POR OFICIO
P. JAVIER CERECEDA, LC
BETTY RIVERA
DELEGADOS ELECTOS
P. MANUEL SALORD, LC
P. FLORENCIO SÁNCHEZ, LC
CECILIA RUILOBA
ESTHER GARCÍA
PALOMA DOMÍNGUEZ
RAFAEL SÁENZ DE SANTAMARÍA
Otros delegados del territorio de España que participan en la Convención
POR OFICIO
ÁLVARO ABELLÁN-GARCÍA
CARMEN FERNÁNDEZ
ELEGIDO POR LOS LAICOS CONSAGRADOS A NIVEL MUNDIAL
EMILIO MARTINEZ
INVITADO POR EL CDG
PABLO ALEDO
A la escucha del Espíritu Santo
La Convención General recoge el discernimiento hecho por miles de miembros del Regnum Christi en todos los países donde tiene presencia. Conoce los resultados de estas aportaciones en las fases local y territorial.
Preguntasfrecuentes
Se trata de una instancia de autoridad a la cual compete tratar los fines, marcha y desarrollo futuro de la Federación Regnum Christi (Cfr. EFRC, 65).
Tiene como objetivo hacer un discernimiento apostólico de la realidad mediante la escucha de la Palabra, con el propósito de hacer la voluntad de Dios y llevar a cabo la misión del Regnum Christi.
En palabras del Colegio Directivo General, es un camino en el que “aprendemos a vivir a la escucha del Espíritu Santo, de lo que el Señor nos va mostrando en el día a día en el contacto con las personas y con las realidades que se nos presentan, para que Cristo reine, y en el encuentro con ellas les revele el amor de Su Corazón” (Carta del CDG 31 de mayo de 2023).
Entre sus competencias (Cfr. EFRC 67) se encuentran:
- “Examinar la situación del mundo y de la Iglesia y cómo la Federación puede servir mejor a sus necesidades en fidelidad creativa al propio espíritu y misión”
- “Analizar la situación de la Federación y los asuntos más importantes que hayan sido propuestos por las convenciones territoriales y por los órganos supremos de las instituciones federadas”
- “Tomar las medidas más oportunas para promover el desarrollo y la adecuada renovación de la Federación, impulsar el cumplimiento de la misión, afrontar los retos y resolver las dificultades más importantes, según su espíritu propio”
- “Definir las prioridades para el siguiente sexenio”
En el caso concreto de la I Convención General, el principal objetivo es establecer líneas de acción para la misión común de los próximos seis años (2024-2030). No obstante, también se espera que la Convención formule valoraciones y recomendaciones fundamentales para el Regnum Christi, para los órganos de gobierno, territorios y localidades.
La preparación de la Convención General se ha desarrollado en dos fases previas, una local y otra territorial para, finalmente, abordar los temas en el nivel general.
La fase local, pilar de la vida y misión del Regnum Christi, comenzó en septiembre de 2022 y concluyó en septiembre de 2023. En esta fase, los miembros participaron a través de la vida ordinaria en Encuentros con Cristo temáticos para el discernimiento apostólico de la realidad. Los frutos de este discernimiento local fueron recogido y sirvieron de base para la fase territorial.
La fase territorial, como encuentro entre localidades y foro para afrontar asuntos comunes a todas ellas, se desarrolló en el segundo semestre de 2023. Hubo 9 en todo el mundo.
La última etapa de este proceso de discernimiento tendrá lugar en Roma, con la I Convención General, entre el 29 de abril y el 4 de mayo de 2024.
El documento de trabajo sobre el que trabajarán los delegados articula en tres temas las visiones y aportaciones recogidas en la fase local y territorial: Plenitud vocacional, Comunidades de apóstoles y Misión del Regnum Christi en distintos ámbitos de evangelización. Cada tema se contiene a su vez varios subtemas:
- La plenitud vocacional:
- Identidad, misión y pertenencia de los laicos del Regnum Christi.
- La formación en la vida del miembro laico.
- Conocimiento, interiorización y vivencia de nuestro carisma.
- Cultura y promoción vocacional.
- Las comunidades de apóstoles:
- Una pastoral integrada desde la localidad.
- La formación de formadores y el liderazgo al estilo de Jesús.
- Estructuras al servicio de la comunión y misión.
- La misión del Regnum Christi en distintos ámbitos de evangelización:
- La misión con los adolescentes y el ECYD. La misión con los jóvenes en y desde el Regnum Christi.
- La promoción y formación del matrimonio y la familia.
- La evangelización de la cultura y los ambientes profesionales.
Los delegados cuentan con:
- Un documento de trabajo que sintetiza las aportaciones de las nueve convenciones territoriales articuladas en tres temas y varios subtemas.
- El informe del Colegio Directivo General sobre la situación actual del Regnum Christi, incluyendo estadísticas, desafíos y experiencias misioneras
- Los informes de los legionarios de Cristo, consagradas y laicos consagrados desde la perspectiva de la misión común
- Las aportaciones personales que hayan llegado al buzón general.
En cuanto a la metodología, la Convención trabajará en plenarias para establecer una visión general, en grupos para discutir temas de contexto y en equipos para los temas específicos.
Participarán 120 delegados, incluidos cinco invitados, de las cuatro vocaciones que componen el Regnum Christi. De ellos, 45 son legionarios de Cristo, 29 consagradas, 8 laicos consagrados y 38 laicos. 33 participan por oficio con voz y voto, 72 por elección con voz y voto, 10 por oficio con voz sin voto y 5 invitados con voz sin voto.
Del territorio de España participan 12 personas:
Delegados electos:
- Manuel Salord, L.C.
- Florencio Sánchez, L.C.
- Cecilia Ruiloba
- Esther García
- Paloma Domínguez
- Rafael Sáenz de Santa María
Por oficio
- Javier Cereceda, L.C.
- Betty Rivera
- Álvaro Abellán-García
- Carmen Fernández
Electo por los Laicos consagrados del mundo:
- Emilio Martínez Albesa
Invitado, con voz sin voto:
- Pablo Aledo, director de la Fundación Altius.
La Convención General tiene su propia página web de España (https://regnumchristi.es/convencion-general-regnum-christi-2024/), e internacional (https://www.convenciongeneralrc.org/).
También puedes encontrar información en las redes sociales del Regnum Christi: Instagram, Facebook, X, y el Canal de WhatsApp. Así como en la sección de actualidad de la web del Regnum Christi y a través del Boletín Lo+RC.
Puedes unirte de dos formas en este momento. Por un lado, siguiendo la información que se va a difundir a través de los canales institucionales: las webs del Regnum Christi y las redes sociales propias.
Pero debes tener en cuenta que la Convención General será un momento de gracia y escucha al Espíritu Santo para todos los miembros del Regnum Christi. Por eso puedes unirte con tu oración. Desde el sábado 20 de abril se está rezando una novena que concluye el 28 de abril, víspera del inicio de la Convención. También puedes rezar por alguno de los delegados desde este enlace.
La I Convención General publicó un comunicado conclusivo el 9 de mayo que recoge el resultado del discernimiento hecho, las tres prioridades para 2030, los cinco encargos dados al Colegio Directivo General y los miembros laicos elegidos para la Plenaria General.
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Buscamos ser hombres y mujeres de vida interior, amantes de la oración.
– EFRC 20.
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HOY OFREZCO:
¿POR QUIÉN?
Evangelio:
Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí» (Jn 14, 5-6).
Magisterio:
Caminar juntos es el camino constitutivo de la Iglesia; la cifra que nos permite interpretar la realidad con los ojos y el corazón de Dios; la condición para seguir al Señor Jesús y ser siervos de la vida en este tiempo herido.
Respiración y paso sinodal revelan lo que somos y el dinamismo de comunión que anima nuestras decisiones. Solo en este horizonte podemos renovar realmente nuestra pastoral y adecuarla a la misión de la Iglesia en el mundo de hoy; solo así podemos afrontar la complejidad de este tiempo, agradecidos por el recorrido realizado y decididos a continuarlo con parresía (…) En este camino sabremos remodelar las formas de nuestro anuncio, que se refleja sobre todo con la caridad. Movámonos con la confianza de quien sabe que también este tiempo es un kairós, un tiempo de gracia habitado por el Espíritu del Resucitado: a nosotros nos corresponde la responsabilidad de reconocerlo, acogerlo y secundar con docilidad (Papa Francisco, Discurso Conferencia Episcopal Italiana, 22 mayo 2017).
Oración (todos juntos):
Jesucristo, reunidos en tu nombre como familia espiritual y cuerpo apostólico, nos ponemos en tu presencia. Tú nos has revelado el misterio del amor que arde en tu Corazón de apóstol por todos los hombres y tu deseo de reinar en nuestras almas y en la sociedad. Nos sentimos llamados a conocer mejor el don del Regnum Christi para que sea fecundo en nuestras vidas y en el mundo. Te pedimos que envíes tu Espíritu: que sea luz para comprender nuestro carisma con la mente y el corazón, y para estar siempre prontos a dar una respuesta a las necesidades de la Iglesia y del mundo como apóstoles de tu Reino. A ejemplo de María queremos descubrir y acoger la acción de tu Espíritu, aceptando tu designio con fe y cantando tu alabanza por las grandes obras que has hecho y sigues haciendo. Jesucristo, Tú eres el centro de nuestras vidas. Con un amor renovado, hoy te decimos: Cristo Rey nuestro ¡Venga tu Reino!
Evangelio:
Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados. Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz (Lc 17, 12-15).
Magisterio:
Cuánto bien nos hace quitarnos nuestras armaduras exteriores, nuestras barreras defensivas, y darnos un buen baño de humildad, recordando que todos somos frágiles por dentro, y todos estamos necesitados de curación; todos somos hermanos. Recordemos que la fe cristiana siempre nos pide que avancemos junto a los demás, nunca que seamos caminantes solitarios; siempre nos invita a salir de nosotros mismos hacia Dios y hacia los hermanos, nunca a encerrarnos en nosotros mismos; siempre nos pide que nos reconozcamos necesitados de curación y de perdón, que compartamos las fragilidades de los que nos rodean, sin sentirnos superiores (Papa Francisco, Homilía, 9 octubre 2022).
Oración (todos juntos):
Jesucristo, reunidos en tu nombre como familia espiritual y cuerpo apostólico, nos ponemos en tu presencia. Tú nos has revelado el misterio del amor que arde en tu Corazón de apóstol por todos los hombres y tu deseo de reinar en nuestras almas y en la sociedad. Nos sentimos llamados a conocer mejor el don del Regnum Christi para que sea fecundo en nuestras vidas y en el mundo. Te pedimos que envíes tu Espíritu: que sea luz para comprender nuestro carisma con la mente y el corazón, y para estar siempre prontos a dar una respuesta a las necesidades de la Iglesia y del mundo como apóstoles de tu Reino. A ejemplo de María queremos descubrir y acoger la acción de tu Espíritu, aceptando tu designio con fe y cantando tu alabanza por las grandes obras que has hecho y sigues haciendo. Jesucristo, Tú eres el centro de nuestras vidas. Con un amor renovado, hoy te decimos: Cristo Rey nuestro ¡Venga tu Reino!
Evangelio:
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros. (Jn 13, 34-35).
Magisterio:
Se trata de aprender a descubrir a Jesús en el rostro de los demás, en su voz, en sus reclamos. También es aprender a sufrir en un abrazo con Jesús crucificado cuando recibimos agresiones injustas o ingratitudes, sin cansarnos jamás de optar por la fraternidad. Allí está la verdadera sanación, ya que el modo de relacionarnos con los demás que realmente nos sana en lugar de enfermarnos es una fraternidad mística, contemplativa, que sabe mirar la grandeza sagrada del prójimo, que sabe descubrir a Dios en cada ser humano, que sabe tolerar las molestias de la convivencia aferrándose al amor de Dios, que sabe abrir el corazón al amor divino para buscar la felicidad de los demás como la busca su Padre bueno. Precisamente en esta época, y también allí donde son un «pequeño rebaño» (Lc 12,32), los discípulos del Señor son llamados a vivir como comunidad que sea sal de la tierra y luz del mundo (cf. Mt 5,13-16). Son llamados a dar testimonio de una pertenencia evangelizadora de manera siempre nueva. ¡No nos dejemos robar la comunidad! (Evangelii gaudium, 91-92).
Oración (todos juntos):
Jesucristo, reunidos en tu nombre como familia espiritual y cuerpo apostólico, nos ponemos en tu presencia. Tú nos has revelado el misterio del amor que arde en tu Corazón de apóstol por todos los hombres y tu deseo de reinar en nuestras almas y en la sociedad. Nos sentimos llamados a conocer mejor el don del Regnum Christi para que sea fecundo en nuestras vidas y en el mundo. Te pedimos que envíes tu Espíritu: que sea luz para comprender nuestro carisma con la mente y el corazón, y para estar siempre prontos a dar una respuesta a las necesidades de la Iglesia y del mundo como apóstoles de tu Reino. A ejemplo de María queremos descubrir y acoger la acción de tu Espíritu, aceptando tu designio con fe y cantando tu alabanza por las grandes obras que has hecho y sigues haciendo. Jesucristo, Tú eres el centro de nuestras vidas. Con un amor renovado, hoy te decimos: Cristo Rey nuestro ¡Venga tu Reino!
Evangelio:
Y volviéndose Jesús y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Y ellos le dijeron: Rabí (que interpretado quiere decir Maestro), ¿dónde moras? Les dijo: Venid y veréis. Entonces fueron y vieron dónde moraba, y se quedaron con él aquel día, porque era como la hora décima. (Jn 1, 38-39).
Magisterio:
Es importante saber discernir: las grandes elecciones pueden surgir de circunstancias que a primera vista parecen secundarias, pero que resultan ser decisivas. Por ejemplo, pensemos en el primer encuentro de Andrés y Juan con Jesús, un encuentro que nace de una simple pregunta: «Rabí, ¿dónde vives?» —»Venid y veréis» (cf. Jn 1,38−39), dice Jesús. Un intercambio muy breve, pero es el comienzo de un cambio que, paso a paso, marcará toda una vida. Años después, el evangelista seguirá recordando aquel encuentro que le cambió para siempre, también recordará la hora: «Eran como las cuatro de la tarde» (v. 39). Es la hora en que el tiempo y lo eterno se encontraron en su vida. Y en una decisión buena, correcta, se encuentra la voluntad de Dios con nuestra voluntad; se encuentra el camino presente con el eterno. Tomar una decisión correcta, después de un camino de discernimiento, es hacer este encuentro: el tiempo con lo eterno (Francisco, Catequesis sobre el discernimiento, 31 agosto 2022).
Oración (todos juntos):
Jesucristo, reunidos en tu nombre como familia espiritual y cuerpo apostólico, nos ponemos en tu presencia. Tú nos has revelado el misterio del amor que arde en tu Corazón de apóstol por todos los hombres y tu deseo de reinar en nuestras almas y en la sociedad. Nos sentimos llamados a conocer mejor el don del Regnum Christi para que sea fecundo en nuestras vidas y en el mundo. Te pedimos que envíes tu Espíritu: que sea luz para comprender nuestro carisma con la mente y el corazón, y para estar siempre prontos a dar una respuesta a las necesidades de la Iglesia y del mundo como apóstoles de tu Reino. A ejemplo de María queremos descubrir y acoger la acción de tu Espíritu, aceptando tu designio con fe y cantando tu alabanza por las grandes obras que has hecho y sigues haciendo. Jesucristo, Tú eres el centro de nuestras vidas. Con un amor renovado, hoy te decimos: Cristo Rey nuestro ¡Venga tu Reino!
Evangelio:
Y Dios impuso al hombre este mandamiento: «De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio» (Gn 2, 16-17).
Magisterio:
A menudo hemos tenido esta experiencia: elegir algo que nos parecía bueno y en cambio no lo era. O saber cuál era nuestro verdadero bien y no elegirlo. El hombre, a diferencia de los animales, puede equivocarse, puede no querer elegir correctamente. La Biblia lo demuestra desde sus primeras páginas. Dios da al hombre una instrucción precisa: si quieres vivir, si quieres disfrutar de la vida, recuerda que eres una criatura, que no eres el criterio del bien y del mal, y que las elecciones que hagas tendrán una consecuencia, para ti, para los demás y para el mundo (cf. Gn 2,16−17); puedes hacer de la tierra un magnífico jardín o puedes convertirla en un desierto de muerte. Una enseñanza fundamental: no es casualidad que sea el primer diálogo entre Dios y el hombre. El diálogo es: el Señor da la misión, tú debes hacer esto y esto; y el hombre a cada paso que da debe discernir qué decisión tomar. El discernimiento es esa reflexión de la mente, del corazón que debemos hacer antes de tomar una decisión (Francisco, Catequesis sobre el discernimiento, 31 agosto 2022).
Oración (todos juntos):
Jesucristo, reunidos en tu nombre como familia espiritual y cuerpo apostólico, nos ponemos en tu presencia. Tú nos has revelado el misterio del amor que arde en tu Corazón de apóstol por todos los hombres y tu deseo de reinar en nuestras almas y en la sociedad. Nos sentimos llamados a conocer mejor el don del Regnum Christi para que sea fecundo en nuestras vidas y en el mundo. Te pedimos que envíes tu Espíritu: que sea luz para comprender nuestro carisma con la mente y el corazón, y para estar siempre prontos a dar una respuesta a las necesidades de la Iglesia y del mundo como apóstoles de tu Reino. A ejemplo de María queremos descubrir y acoger la acción de tu Espíritu, aceptando tu designio con fe y cantando tu alabanza por las grandes obras que has hecho y sigues haciendo. Jesucristo, Tú eres el centro de nuestras vidas. Con un amor renovado, hoy te decimos: Cristo Rey nuestro ¡Venga tu Reino!
Evangelio:
Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. (Jn 16, 12-14).
Magisterio:
El discernimiento es agotador pero indispensable para vivir. Requiere que me conozca a mí mismo, que sepa lo que es bueno para mí aquí y ahora. Sobre todo, requiere una relación filial con Dios. Dios es Padre y no nos deja solos, siempre está dispuesto a aconsejarnos, a animarnos, a acogernos. Pero nunca impone su voluntad. ¿Por qué? Porque quiere ser amado y no temido. Y Dios también quiere que seamos hijos y no esclavos: hijos libres. Y el amor sólo puede vivirse en libertad. Para aprender a vivir hay que aprender a amar, y para ello es necesario discernir: ¿Qué puedo hacer ahora, ante esta alternativa? Que sea un signo de más amor, de más madurez en el amor. ¡Pidamos, que el Espíritu Santo nos guíe! Invoquémosle cada día, especialmente cuando tengamos que tomar decisiones (Francisco, Catequesis sobre el discernimiento, 31 agosto 2022).
Oración (todos juntos):
Jesucristo, reunidos en tu nombre como familia espiritual y cuerpo apostólico, nos ponemos en tu presencia. Tú nos has revelado el misterio del amor que arde en tu Corazón de apóstol por todos los hombres y tu deseo de reinar en nuestras almas y en la sociedad. Nos sentimos llamados a conocer mejor el don del Regnum Christi para que sea fecundo en nuestras vidas y en el mundo. Te pedimos que envíes tu Espíritu: que sea luz para comprender nuestro carisma con la mente y el corazón, y para estar siempre prontos a dar una respuesta a las necesidades de la Iglesia y del mundo como apóstoles de tu Reino. A ejemplo de María queremos descubrir y acoger la acción de tu Espíritu, aceptando tu designio con fe y cantando tu alabanza por las grandes obras que has hecho y sigues haciendo. Jesucristo, Tú eres el centro de nuestras vidas. Con un amor renovado, hoy te decimos: Cristo Rey nuestro ¡Venga tu Reino!
Evangelio:
Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. (Mt 28, 18-20).
Magisterio:
Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación. La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral sólo puede entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras, que la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida y favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad. Como decía Juan Pablo II a los Obispos de Oceanía, «toda renovación en el seno de la Iglesia debe tender a la misión como objetivo para no caer presa de una especie de introversión eclesial» (Evangelii gaudium, 27).
Oración (todos juntos):
Jesucristo, reunidos en tu nombre como familia espiritual y cuerpo apostólico, nos ponemos en tu presencia. Tú nos has revelado el misterio del amor que arde en tu Corazón de apóstol por todos los hombres y tu deseo de reinar en nuestras almas y en la sociedad. Nos sentimos llamados a conocer mejor el don del Regnum Christi para que sea fecundo en nuestras vidas y en el mundo. Te pedimos que envíes tu Espíritu: que sea luz para comprender nuestro carisma con la mente y el corazón, y para estar siempre prontos a dar una respuesta a las necesidades de la Iglesia y del mundo como apóstoles de tu Reino. A ejemplo de María queremos descubrir y acoger la acción de tu Espíritu, aceptando tu designio con fe y cantando tu alabanza por las grandes obras que has hecho y sigues haciendo. Jesucristo, Tú eres el centro de nuestras vidas. Con un amor renovado, hoy te decimos: Cristo Rey nuestro ¡Venga tu Reino!
Evangelio:
Y cuando ya era muy avanzada la hora, sus discípulos se acercaron a él, diciendo: El lugar es desierto y la hora ya muy entrada. Despídelos para que vayan a los campos y las aldeas de alrededor y compren para sí pan, porque no tienen qué comer. Y respondiendo él, les dijo: Dadles de comer vosotros.(Mc 6, 35-37).
Magisterio:
Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades. No quiero una Iglesia preocupada por ser el centro y que termine clausurada en una maraña de obsesiones y procedimientos. Si algo debe inquietarnos santamente y preocupar nuestra conciencia, es que tantos hermanos nuestros vivan sin la fuerza, la luz y el consuelo de la amistad con Jesucristo, sin una comunidad de fe que los contenga, sin un horizonte de sentido y de vida. Más que el temor a equivocarnos, espero que nos mueva el temor a encerrarnos en las estructuras que nos dan una falsa contención, en las normas que nos vuelven jueces implacables, en las costumbres donde nos sentimos tranquilos, mientras afuera hay una multitud hambrienta y Jesús nos repite sin cansarse: «¡Dadles vosotros de comer!» (Mc 6,37). (Evangelii gaudium, 49).
Oración (todos juntos):
Jesucristo, reunidos en tu nombre como familia espiritual y cuerpo apostólico, nos ponemos en tu presencia. Tú nos has revelado el misterio del amor que arde en tu Corazón de apóstol por todos los hombres y tu deseo de reinar en nuestras almas y en la sociedad. Nos sentimos llamados a conocer mejor el don del Regnum Christi para que sea fecundo en nuestras vidas y en el mundo. Te pedimos que envíes tu Espíritu: que sea luz para comprender nuestro carisma con la mente y el corazón, y para estar siempre prontos a dar una respuesta a las necesidades de la Iglesia y del mundo como apóstoles de tu Reino. A ejemplo de María queremos descubrir y acoger la acción de tu Espíritu, aceptando tu designio con fe y cantando tu alabanza por las grandes obras que has hecho y sigues haciendo. Jesucristo, Tú eres el centro de nuestras vidas. Con un amor renovado, hoy te decimos: Cristo Rey nuestro ¡Venga tu Reino!
Evangelio:
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. Esto os mando: Que os améis los unos a los otros. (Jn 15, 16-17).
Magisterio:
Si bien esta misión nos reclama una entrega generosa, sería un error entenderla como una heroica tarea personal, ya que la obra es ante todo de Él, más allá de lo que podamos descubrir y entender. Jesús es «el primero y el más grande evangelizador». En cualquier forma de evangelización el primado es siempre de Dios, que quiso llamarnos a colaborar con Él e impulsarnos con la fuerza de su Espíritu. La verdadera novedad es la que Dios mismo misteriosamente quiere producir, la que Él inspira, la que Él provoca, la que Él orienta y acompaña de mil maneras. En toda la vida de la Iglesia debe manifestarse siempre que la iniciativa es de Dios, que «Él nos amó primero» (1 Jn 4,19) y que «es Dios quien hace crecer» (1 Co 3,7). Esta convicción nos permite conservar la alegría en medio de una tarea tan exigente y desafiante que toma nuestra vida por entero. Nos pide todo, pero al mismo tiempo nos ofrece todo (Evangelii gaudium, 12).
Oración (todos juntos):
Jesucristo, reunidos en tu nombre como familia espiritual y cuerpo apostólico, nos ponemos en tu presencia. Tú nos has revelado el misterio del amor que arde en tu Corazón de apóstol por todos los hombres y tu deseo de reinar en nuestras almas y en la sociedad. Nos sentimos llamados a conocer mejor el don del Regnum Christi para que sea fecundo en nuestras vidas y en el mundo. Te pedimos que envíes tu Espíritu: que sea luz para comprender nuestro carisma con la mente y el corazón, y para estar siempre prontos a dar una respuesta a las necesidades de la Iglesia y del mundo como apóstoles de tu Reino. A ejemplo de María queremos descubrir y acoger la acción de tu Espíritu, aceptando tu designio con fe y cantando tu alabanza por las grandes obras que has hecho y sigues haciendo. Jesucristo, Tú eres el centro de nuestras vidas. Con un amor renovado, hoy te decimos: Cristo Rey nuestro ¡Venga tu Reino!