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Juanma Lecue, Mariana Ledesma, Carlos Vallet, Lucy Poole, Luiza Mendes y el P. Manuel Salord, L.C., son algunas de las voces que han compartido sus vivencias de estos días intensos en los que el Regnum Christi de Barcelona ha renovado su espíritu de familia y misión. La convención ha sido ocasión para redescubrir el valor de caminar unidos, reconocer con gratitud los dones presentes en la localidad y acoger la llamada del Señor a vivir con mayor claridad, comunión y profundidad la vocación apostólica como comunidad de apóstoles.

¿Qué va a aportar la Convención local a la misión del Regnum Christi de Barcelona?

Juanma Lecue, laico: Una renovación del espíritu de familia y de misión. Ambos elementos estaban presentes y muy vivos, pero los hemos renovado. Todos los asistentes nos hemos llenado de Regnum Christi para vaciarnos después en las almas que nos encontraremos en los diversos apostolados de nuestra localidad.

Mariana Ledesma, consagrada: Creo que aporta el volver a agradecer a Dios el regalo del Regnum Christi como carisma y vivir esta realidad de familia; laicos, laicos consagrados, Padres y consagradas.

Carlos Vallet, laico: Espero sirva para que el consejo de la localidad recoja el sentir, las necesidades, los obstáculos y las fortalezas actuales de Barcelona y pueda realizar un plan de actuación e itinerario para los próximos tres años. En la práctica… ¡Dios dirá! Opino que hay demasiado “ruido/actividades” que pueden desviarnos de la esencia real del Regnum Christi. Se requiere de un gran discernimiento (quizás es época de “poda”). Sin una dirección clara y liderazgo podemos cometer la torpeza de no saber aprovechar el momento. (Menos es más. ¿Cantidad o calidad?).

Lucy Poole, laica: La oportunidad de haber podido compartir y conocer todas las realidades de las diferentes secciones de la localidad me ha dado una visión mucho más amplia del Regnum Christi. El haber podido ampliar la mirada va a enriquecer el sentimiento de comunión y de unidad. De ser un solo corazón. De que “seamos uno, como el Padre y Yo somos uno”.

Luiza Mendes, consagrada: Creo que esta convención contribuirá a que nuestra misión esté más alineada, fortaleciendo el apoyo mutuo dentro de nuestra comunidad de apóstoles, unida en el servicio al Señor y en la acogida de aquellos que se acercan al Regnum Christi.

P. Manuel Salord, L.C.: Una toma de conciencia de que somos un equipazo de personas con una misión común. Que no estamos solos cada uno de nosotros en nuestros respectivos apostolados. Y una mirada a los campos que están esperando a que sigamos trabajando en ellos sin desfallecer.

¿Qué has descubierto en la Convención local que no conocías?

Juanma Lecue: A muchos miembros del Regnum Christi de otras secciones y de otros apostolados, especialmente de los jóvenes, que nos han contagiado su alegría y su convicción a todos los demás. También apostolados cuyos detalles no conocía. Incluso he aprendido lo que significa EAVS (¡El Amor Vence Siempre!)

Mariana Ledesma: He descubierto mucho bien real que se está haciendo a otros y con variados apostolados, y he descubierto ¡a personas!

Carlos Vallet: Sinceramente, he visto cómo algunos directores de sección y miembros de ellas se desgastan en sus misiones. Dedican mucho tiempo en ellas y obtienen muchos frutos. Pero también se descubre falta de visión de conjunto local y sinergias, llegando en algunos casos incluso a enfrentamientos entre secciones y pérdida de la sana intención.

Lucy Poole: El propio funcionamiento de una convención local. Me ha sorprendido gratamente la creatividad puesta en juego, la organización impecable, la riqueza del trabajo en equipo (intersecciones y con todas las vocaciones representadas), y el equilibrio entre trabajo, convivencia y oración.

Luiza Mendes: He tenido la oportunidad de descubrir diversas realidades apostólicas en la comunidad, y de experimentar cómo es posible dialogar y discernir juntos, jóvenes y adultos, las distintas vocaciones. La verdad es que me ha sorprendido conocer cómo algunas personas viven su fe y su compromiso, y cómo se convierten en apóstoles tanto dentro como fuera del Regnum Christi.

P. Manuel Salord, LC: El impacto tan positivo que causa el Regnum Christi en personas como Eduardo Ticó, responsable de la Capilla de Adoración Perpetua, que no es miembro del mismo y que vive enamorado de su acción.

¿Has sentido de alguna forma la presencia del Espíritu Santo en la Convención local? ¿Cómo?

Juanma Lecue: Además del clima de hermandad, dentro del debate ha habido mucho alineamiento. Creo que eso es una muestra clara de que vamos de la mano en la Misión y bajo la guía del Espíritu Santo.

Mariana Ledesma: Sí, ha sido sorpresivo ver tanta convergencia en el modo de mirar la realidad de la localidad; tanto en su vida y frutos, como en sus retos y caminos por donde creemos que Dios nos invita a seguir.

Carlos Vallet: A la vez he constatado que el Espíritu Santo sigue soplando fuerte (sobre todo en los jóvenes) y que la esperanza es mucho más grande que el enemigo. Gozamos de un gran Barcelona. Dios nos dé grandes luces para dirigirlo y nos mantenga limpios de intención y de malas acciones. El Señor está grande con nosotros y, alegres, debemos saber corresponderle.

Lucy Poole: Muchísimo. ¿Si no, cómo explicas el buen entendimiento, la facilidad de escucha (a pesar de las diferencias), la unidad y la comunión, la alegría, el buen ánimo, la energía a pesar del cansancio, el espíritu de servicio y fraternidad… entre tanta gente tan diversa en edad, en realidades, en vocaciones? Todo eso solo lo puede hacer Él. La armonía que se respiraba es su especialidad. Su sello.

Luiza Mendes: Sin duda alguna, he sentido la acción del Espíritu Santo durante estos días de la Convención local. Aunque somos diferentes y trabajamos con personas en distintas etapas de la vida, se nota un mismo sentir de corazón: ser apóstoles de Jesús ahí donde estamos. Desde el principio se notó un buen espíritu, de verdadera comunión; de escuchar, de discernir juntos, de encontrar juntos y “hacer camino juntos”. He notado Su presencia en la gratitud de los corazones de esta familia, en la oración compartida, en la disposición a ayudarnos y corregirnos mutuamente, y en las conversaciones tan enriquecedoras que hemos tenido. En especial, destaco una charla con un hermano legionario que me compartió cómo sentía que estamos llamados a ser apóstoles de la misericordia, con toda nuestra historia… La experiencia de la Convención nos ha llenado de gozo y confianza; y eso, ¡es obra del Espíritu!

P. Manuel Salord, LC: Fundamentalmente en la coincidencia de las aportaciones y más concretamente en lo actuares de varios de los grupos de trabajo.