Día del Seminario | Álvaro, seminarista diocesano del Regnum Christi: “Vivo mi vida diocesana desde el carisma del Regnum Christi”
LomásRC
Este seminarista del Regnum Christi de Barcelona es consciente de que su decisión “puede haber sorprendido un poco”. “Mi entrada al seminario viene dada por el paso previo de hacer un proceso de discernimiento que es propio de la vida cristiana. En mi caso, la vida cristiana es vida Regnum Christi”, nos explica. Y continua: “Mi comunidad dentro de la Iglesia siempre ha sido la comunidad del Regnum Christi en Barcelona. En ella yo he adquirido el don de la fe y he sido acompañado en el camino hasta llegar donde estoy”. Y de hecho en este proceso de discernimiento, nos recuerda, no han faltado las palabas de incorporación al Regnum Christi y que lleva marcadas en el corazón. Nos las repite: “Me toca a mí, de mí también depende, que tus palabras, Señor, no se pierdan. Me toca a mí que tu mensaje de salvación llegue a los hombres…”.
En el acto diocesano «Sent la Creu», en representación de la sección de jóvenes Regnum Christi de Barcelona, en noviembre 2018.
¿Qué te impulsó a entrar en el seminario y cómo ha influido tu experiencia de fe en el Regnum Christi para dar este paso?
La respuesta fácil y más cierta a la primera pregunta es Cristo. Yo soy de los que piensa que cuando uno es verdaderamente cristiano (seguidor de Cristo) tiene que pararse delante de Jesús en algún (o algunos, más bien) momento de su vida y plantearse seriamente cuál es la vocación que Dios inspira en su corazón. Evidentemente, cada uno tiene su llamada y su proceso de respuesta; en mi caso ha sido entrar al seminario para acabar de discernir correctamente.
Como he dicho, mi entrada al seminario viene dada por el paso previo de hacer un proceso de discernimiento que es propio de la vida cristiana: en mi caso, la vida cristiana es vida Regnum Christi. Mi comunidad dentro de la Iglesia siempre ha sido la comunidad del Regnum Christi en Barcelona; en ella yo he adquirido el don de la fe y he sido acompañado en el camino hasta llegar donde estoy; aunque claramente la decisión final (entrar en el seminario diocesano) puede haber sorprendido un poco.
Echo un poco de menos vivir la vida del Regnum Christi: de vez en cuando me acerco a la sección y vuelvo a la comunidad donde empecé a vivir la fe
¿Por qué has entrado en el seminario diocesano de Barcelona y no en el de los Legionarios de Cristo?
Para responder esta pregunta creo que es importante entender alguna de las diferencias que hay entre el sacerdocio diocesano y la vocación a la Legión de Cristo (por supuesto, hablaré de las que más me han afectado a mí a la hora de realizar la decisión).
Primero, el sacerdote diocesano es un sacerdote secular (que vive inmerso en el mundo, digamos, cotidiano), con el carisma propio de la caridad pastoral: el amor del pastor, a un mismo rebaño (parroquia) de forma continuada y cotidiana, acompañado por el resto de sacerdotes diocesanos, claro, pero con el énfasis puesto en la comunidad parroquial. En el caso de los Legionarios de Cristo hay una vocación concreta a la vida religiosa: vivir en comunidad el carisma que es propio al movimiento. Así, podría decirse que la vocación del sacerdote Legionario de Cristo tiene un extra sobre el sacerdote diocesano: el carisma propio de la Legión (dentro del Regnum Christi). En mi caso, la llamada no ha ido por ahí, aunque mis referentes sacerdotales principales hayan sido Legionarios.
Por otro lado, hay una cuestión mucho más inmanente, más humana: dentro del Regnum Christi los Legionarios viven de forma más o menos habitual cambios de apostolado, de comunidad y aun de territorio; en mi caso, mi vocación tiene un carácter más local, de permanencia en un lugar y con una comunidad: descubrí que esto es algo propio de la vocación diocesana (aunque un sacerdote diocesano puede ser cambiado de parroquia, ese cambio no será tan grande como el que puede vivir un Legionario).
En resumen, el sacerdocio diocesano es una vocación concreta, igual que el sacerdocio en la Legión de Cristo; en mi caso, partiendo de una vida cristiana en el Regnum Christi y desde el ejemplo sacerdotal de los Legionarios de Cristo, creo que el camino por el que Dios me lleva es el del sacerdocio diocesano.
¿Cómo vives el carisma del Regnum Christi inmerso en un seminario diocesano?
Primeramente, a través de las oraciones propias del Regnum Christi, especialmente las oraciones de la mañana: a la Trinidad, a Jesucristo y a la Santísima Virgen. Además, el rezo del Veni Creator, como invocación al Espíritu Santo para iniciar la oración personal (esto no es en realidad exclusivo del Regnum Christi, pero yo empecé a hacerlo en México, donde lo cantábamos todas las mañanas los colaboradores junto con la comunidad de Legionarios). Por lo demás, el intentar vivir las virtudes a imagen de Cristo es algo común a toda la Iglesia, así que tampoco creo que haya ahí mucha diferencia con mis compañeros.
Sí que echo un poco de menos vivir la vida diaria de la comunidad del Regnum Christi en Barcelona. Naturalmente, ahora paso la mayor parte de mi tiempo aquí, en el seminario, pero aun así de vez en cuando consigo acercarme a la sección y puedo volver a la comunidad en la que empecé a vivir la fe.
El Regnum Christi tiene un carisma que se ajusta perfectamente a las necesidades de la diócesis: el anhelo de predicar el Evangelio, y en Barcelona hay una evidente necesidad de Cristo
¿Qué aporta el Regnum Christi a la vida de la diócesis? ¿Y la vida diocesana al Regnum Christi?
Son buenas preguntas, la verdad. Supongo que cada sección debería planteársela, pues cada diócesis tiene su particularidad local, como también ocurre con cada sección. Hablando de Barcelona, creo que el Regnum Christi tiene un carisma que se ajusta perfectamente a las necesidades de la diócesis: el Regnum Christi trae el anhelo apostólico de predicar el Evangelio, y en Barcelona hay una evidente necesidad de Cristo. El Regnum Christi tiene, además, el empuje de los jóvenes y la experiencia de los adultos, que combinados pueden resultar en un medio de Evangelización muy potente. Por otro lado, la existencia de colegios de muy buen nivel puede ser una catapulta que lance gente bien formada y con los ojos puestos en Cristo que esparzan la semilla de Cristo por toda la ciudad.
Por otro lado, la vida diocesana creo que tiene dos puntos muy positivos que aportar a un movimiento como es el Regnum Christi. En primer lugar, la realidad diocesana (en la mayoría de lugares) tiene un alcance mucho mayor que el que puede tener un movimiento por sí mismo, pues alcanza todos los niveles de una sociedad. Permite, además, el intercambio entre los propios movimientos en un espacio común: la realidad de una comunidad cristiana asentada en un lugar. Además del alcance que aporta para la difusión del Evangelio, la realidad diocesana tiene un cierto carácter de permanencia, que conlleva el saber que mientras Dios lo quiera seguirá habiendo focos de vida cristiana (con más o menos fe, formación, práctica, etc.) a los que pueden acudir también los miembros del Regnum Christi para vivir los sacramentos y la vida de la Iglesia.
En conjunto, creo que no cabe entender la vida diocesana sin el carisma del Regnum Christi (pues también forma parte de la vida secular de la Iglesia el mandato de Cristo de ir al mundo entero y proclamar el Evangelio), ni el Regnum Christi sin la vida diocesana, que podría decirse es la base de la vida de la Iglesia reunida alrededor de la parroquia y las parroquias alrededor del obispo y los obispos alrededor del Papa (siendo cada uno de estos agentes servidor de los demás). Así, es importante no perder de vista que el Regnum Christi es Iglesia diocesana y que la Iglesia diocesana tiene también esta vocación apostólica, como el Regnum Christi.
Finalmente, en el contexto del Día del Seminario, ¿podrías compartirnos algún libro, alguna canción, una película, algún pasaje del Evangelio… que haya sido importante para ti en tu discernimiento vocacional?
Libros hay muchos, soy un apasionado de la lectura; no puedo dejar sin mencionar “El Señor de los Anillos”, de J.R.R. Tolkien, una obra maravillosa escrita por un ferviente cristiano, y me quedaría con el Kempis como lectura espiritual (partiendo de que el Evangelio está por encima de cualquier otro).
No soy muy dado a la música, la verdad, pero el “¡Viva Cristo Rey!”, de Jesed siempre enardece y llena corazón de ganas de luchar en el combate espiritual del lado de Cristo.
Por supuesto, las palabras del Rito de Asociación al Regnum Christi (incorporación cuando yo lo hice) siempre han ido marcadas en mi corazón:
“Me toca a mí, de mí también depende, que tus palabras, Señor, no se pierdan.
Me toca a mí que tu mensaje de salvación llegue a los hombres.
Me toca a mí vivir de tal manera tu palabra que, cuantos me vean te reconozcan y te den gloria y se sientan impulsados por tu gracia a participar de la fe de la Iglesia y a dar testimonio vivo de ella.
Me toca a mí encarnar el carisma del Regnum Christi para cumplir esta misión en la Iglesia y en el mundo”.
Y escoger un pasaje del Evangelio concreto es bastante difícil, pues es la vida de Cristo entera la que empuja al hombre a seguirle. Teniendo que escoger uno, ahora te diría que Juan 2,17: “El celo de tu casa me devora”, recordando las palabras del Salmo 69, 9.
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