A través de una plataforma de información y recogida de donaciones para todos los miembros, obras y apostolados del Regnum Christi, se pudo canalizar toda la ayuda que los Colegios Regnum Christi, la Universidad Francisco de Vitoria y muchas otras organizaciones religiosas y sociales que querían prestar al pueblo ucraniano. La sede de Altius en Madrid se convirtió en centro de entrega, clasificación, empaquetado y traslado de material donado. Así se enviaron hasta seis camiones a la frontera de Polonia con Ucrania con alimentos envasados, medicinas, ropa de abrigo y material de supervivencia.

La ayuda prestada puede sintetizarse en los siguientes datos:

Ayuda material

• 6 camiones con una media de 30 palets cada uno
• 135.990 kilos de alimento, ropa y enseres de primera necesidad
• 1 avión con ayuda humanitaria en colaboración con Keymir
• 131.730,71€ destinados íntegramente a la campaña

Atención directa a personas

• 2.406 personas atendidas para ser llevadas en autobús, tren o avión a otros países
• 44 personas albergadas durante seis meses en un antiguo convento cedido para la ocasión: comida, ropa, escolarización, clases de español, trámites administrativos…
• 29 eran menores de edad

Voluntarios

• 170 voluntarios

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Personal destacado en Polonia

Además, sabiendo de la importancia de que la ayuda llegase, Altius trabajó sobre el terreno con una contraparte especializada, la ONG Cadena Internacional. Su experiencia en conflictos y catástrofes posibilitó llegar incluso al interior de Ucrania y ayudar a diferentes parroquias y orfanatos en la ciudad de Leópolis.

Begoña Baños, técnico de proyectos de Altius, se desplazó hasta el campamento de refugiados de la ciudad polaca de Przemysl para recepcionar la ayuda material que Altius enviaba desde España y coordinar la salida de los desplazados a los distintos países de Europa.

Atención integral a 44 ucranianos

Pero el mayor reto de la la Obra social del Regnum Christi fue acoger a 44 personas, de las cuales 29 eran menores. La Fundación Hakuna cedió un antiguo convento en Cifuentes, un pequeño pueblo de Guadalajara. Durante seis meses, Altius pudo acogerlos mientras gestionaba la burocracia, escolarizaba a los menores, buscaba trabajos para los que podían trabajar y les enseñaba español.

Para todo esto, la Fundación Altius contó con la ayuda de cientos de voluntarios en su sede, familias de acogida, empresas solidarias y todas las personas que forman parte de la comunidad Regnum Christi que se prestaron a ayudar en las diversas necesidades que iban surgiendo. “Vaya nuestro agradecimiento a todos ellos por acompañarnos en la maravillosa misión de ayudar a los que lo necesitan”, concluye la Fundación en este balance.