Las alumnas podían elegir entre un retiro de día o unos ejercicios espirituales. Las que tomaron esta última opción los hicieron del 23 al 25 de abril, y fueron predicados por el P. José Luis Maroto, L.C.
Tres de las alumnas del colegio han compartido su testimonio, como Carla, que nos ha contado que “estos ejercicios me han servido mucho para unirme más a Cristo, saber orar realmente, reflexionar y aprender de la vida de Jesús, dar gracias por todo y también porque es una experiencia de desconexión brutal. Volvería a hacerlos”.
Por su parte, Elisa nos comparte que “he ido de ejercicios espirituales sin saber lo que iba a pasar, cómo iban a ser, ni siquiera si iba a ser fácil o difícil…”. Sin embargo, continúa, “el Espíritu Santo me ha llevado hasta aquí y estoy requeteagradecida de haber disfrutado del silencio y de la paz. Aunque en algunos momentos he hablado y me he despistado, ha habido otros en los que he vivido con mucha intensidad y he notado la compañía de Dios a lo largo de toda la experiencia”.
Y Paula nos cuenta que los ejercicios espirituales se los imaginaba «de una manera diferente”, y que “el silencio me ha costado un poco, pero el estar todas en silencio me ayudaba y he podido conectar mejor con Dios y conmigo misma”. Eso sí, se lleva lo más importante: “Mucha más fe en Dios, el fortalecer mi relación con Él y saber que con Él está la plena felicidad”.