Asimismo, destaca el tiempo extraordinario de renovación y comunión que atraviesa el Regnum Christi. Y aunque reconoce el sacrificio personal que implica no poder dedicarse completamente a sus apostolados profesionales, como laico consagrado del Regnum Christi, expresa su consuelo al servir a sus hermanos: “Lo importante es construir la vida según la ilusión de Dios sobre nosotros, no según nuestros propios planes siempre muy limitados”. Junto a Emilio, conforman el Colegio Directivo Territorial los directores de los legionarios de Cristo y las consagradas, el P. Javier Cereceda y Betty Rivera respectivamente, y los laicos José Miguel Mohedano y Paloma Villena. 

¿Cómo acoges la renovación de esta responsabilidad?

Agradezco la confianza que la renovación significa de parte de mi director general y de mis compañeros en el CDT. Es un gozo estar sirviendo a la misión del Regnum Christi en mi patria, después de haber pasado muchos años fuera. Vivimos un momento histórico nacional que reclama mucha autenticidad cristiana para vivir el amor, testimoniar la verdad y sembrar esperanza.

Por otra parte, en el Regnum Christi nos encontramos en un tiempo extraordinario y muy prometedor de renovación, comunión e impulso apostólico. Estos últimos años, de nuevo en España, he crecido como persona y agradezco a Dios y a todos los miembros su confianza y paciencia conmigo. No escondo que personalmente, por una parte, es doloroso seguir sacrificando los deseos de empeñarme a tiempo completo en los apostolados que estoy desarrollando, junto a otras personas, con mi preparación profesional; pero, por otra, es consolador servir a mis hermanos en el Regnum Christi a los que tanto quiero y admiro. Lo importante es construir la vida según la ilusión de Dios sobre nosotros, no según nuestros propios planes siempre muy limitados.

¿Qué significa para ti como laico consagrado del Regnum Christi estar presente en el Colegio Directivo Territorial del Regnum Christi?

Para mí, estar en el CDT como laico consagrado es una oportunidad de manifestar la solicitud de mi institución federada por el bien y la misión comunes de toda la familia. Es algo muy normal, porque el gobierno del Regnum Christi recae sobre las cuatro vocaciones que lo constituyen. El Regnum Christi carecería de sentido sin sus sacerdotes, los legionarios y los seculares, y sin sus miembros laicos, tanto los consagrados como los que no tienen especial consagración. El Regnum Christi es un carisma y es una familia espiritual. Por ello, allí donde está un apóstol del Reino está el Regnum Christi del todo operativo con su carisma, y de alguna manera toda la familia está presente junto a él con el afecto, la intercesión y la llamada comunión de los santos.

Pero, al mismo tiempo, el Regnum Christi está incompleto sin poder expresar toda su riqueza carismática allí donde alguna de sus cuatro vocaciones falta. Por razones históricas, hay una gran desproporción numérica entre las tres vocaciones consagradas del Reino (legionarios, consagradas y laicos consagrados), y esto nos reclama a todos a rezar y a promover todas las vocaciones. El Regnum Christi es una realidad eclesial joven, llamada todavía a florecer y a dar frutos que no imaginamos.

El Papa y la Iglesia nos miran con gran cariño y esperanza, como claramente han manifestado estos años, particularmente al erigir la Federación Regnum Christi. Nosotros, sus miembros, hemos de amar este Regnum Christi que Dios ha soñado y prestarnos generosamente a hacerlo realidad.