• Fotogalería del Encuentro nacional de formadores sobre el papel del Laico en la Iglesia

Con 21 años, estudiante de ADE y Derecho, María lleva en su corazón la vivencia de la fe desde muy joven participando con sus padres en Familia Misionera y más recientemente en Juventud Misionera durante las últimas Semanas Santas. Del encuentro de formadores del Regnum Christi, María resalta las intervenciones de Salvador Antuñano, catedrático de la Universidad Francisco de Vitoria; la del sociólogo Juan María González-Anleo; y, entre otras, la de Álvaro Abellán y Carmen Fernández, miembros del Colegio Directivo General y de la Plenaria General del Regnum Christi, respectivamente. Estas personalidades aportaron luces sobre cómo el laico pueden ser apóstoles en el mundo, reafirmando la vocación a santificarlo el trabajo y la familia, así como a través de una evangelización vivencial y coherente con la identidad cristiana: “Nos animaron a cuidar de no caer un activismo, porque Dios no nos llamó a hacer apostolado, sino a ser apóstoles”.

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Después de lo que habéis escuchado y reflexionado a lo largo del fin de semana, ¿cuál dirías que es el papel de los laicos en el seno del Regnum Christi y en la Iglesia misma?

Según el ponente Salvador Antuñano, la primera misión del laico es fundar una familia según el Espíritu Santo; y que ésta, como núcleo de gracia, santifique el mundo reflejando la luz y el calor de Cristo en medio del caos mundano.

Nuestra segunda misión, dijo, es la consagración del mundo a través de la vida ordinaria.

Como nos sugirieron los ponentes Carmen y Álvaro, las tareas del laico se concretan en un solo principio: hacer de la vida ordinaria liturgia vivida. Nutriéndonos, para ello, de la Vida Eterna que ya tenemos los bautizados, como bien nos recordó Salvador.

También quiero recalcar una idea de esa formación que me gustó mucho: la distinción es lo que permite vivir la vocación. Nosotros, como laicos, tenemos la responsabilidad de promover la identidad de los sacerdotes y consagrados, y evitar que se difumine la línea que nos distingue a cada vocación.

¿Cómo debe evangelizar un laico del Regnum Christi en el día a día?

Respondo a esta pregunta con otra: si lo que hago, digo y pienso no habla de mí como laico… ¿lo soy de verdad?

Así comenzó la ponencia de Enriqueta Álvarez, quien nos recordó la fuerza evangelizadora de la coherencia cristiana. Su testimonio fue ejemplo de cómo, a menudo, basta el testimonio vivo de un discípulo de Jesús para suscitar preguntas fundamentales en quienes no le conocen -como, “¿quién soy yo para que esta persona me trate tan bien?”-; y dichas cuestiones son una puerta muy grande para el Espíritu Santo.

Además, Enri recalcó que a nosotros se nos pide una coherencia distinta, porque tenemos el Nombre de Dios en la boca; y, a mayor don, ¡más responsabilidad!

Respecto del último punto, el laico del Regnum Christi debe ser especialmente consciente de que es enviado -con el imperativo categórico “id al mundo entero”, como señaló Rafa Gil-, a fin de ser instrumento favorecedor del encuentro de toda criatura con Cristo.

Sin embargo, también nos animaron a cuidar de no caer un activismo sin sentido, porque Dios no nos llamó a hacer apostolado, sino a ser apóstoles – y es en la coherencia de la que nos hablaba Enriqueta donde se juega la diferencia-. En la misma línea, Rafa Sáez de Santamaría nos hizo una pregunta que me encantó: “Llevas toda la vida trabajando para Dios, pero ¿lo has hecho con Él?”

En pocas palabras, el laico del Regnum Christi debe saber que todo lo que hace, piensa y dice -y también lo que calla u omite- es importante; y que todo ello, hasta lo más pequeño, puede ser instrumento para traer a Cristo, Reino de Dios en Persona, a los demás.

Para terminar, Enri nos aconsejó que tuviésemos muy claro qué y quién nos recuerda nuestra identidad como laicos. En esto juega un papel fundamental el Regnum Christi, casa donde nos recordamos unos a otros que somos hijos de Dios, amados y escogidos, y que estamos llamados a llevar Su mirada al mundo entero.

¿Qué retos y oportunidades ofrece el mundo en el plano de la evangelización?

La formación del sociólogo Juan Mª González-Anleo nos dio mucha luz en torno a este tema. Aunque el panorama que presentó de la juventud actual nos entristeció mucho a todos, es muy importante que los formadores del Regnum Christi conozcamos la realidad en la que vivimos.

El profesor nos habló de la tendencia de la sociedad a la sociopatización y la depresión. Esto convierte en una urgencia la difusión de la alegría y esperanza del mensaje de la Salvación de Cristo.

Esta Buena Noticia no sólo se transmite con palabras: también a través de una mirada limpia que despierte pudor, en vez de vergüenza -¡gracias Julio por este apunte!-. Una mirada como la de Jesús, que recuerde al prójimo su dignidad original como criatura de Dios: una verdad que todos, seamos más o menos conscientes, llevamos impresa en el corazón.

No puedo dejar de mencionar la enorme oportunidad para la evangelización que plantean las nuevas tecnologías. Dice mi director espiritual que, a sabiendas de que los hijos de las tinieblas son más astutos que los hijos de la luz, tenemos que promover todo lo bueno, incluso si está regular formulado. En este contexto, las redes sociales son un medio rápido y efectivo para llenar el mundo de buenas ideas que hablen de Dios y de Su Amor.

En ese sentido, alguien -ya no recuerdo quién- mencionó en su ponencia que quien se acerca mucho al Bien, acaba conociéndolo; e internet es un medio fantástico para facilitar ese encuentro.

Por último, Rafa Sáez de Santamaría me ayudó a comprender que un laico también evangeliza soñando. Vista la desesperanza o indiferencia de muchos jóvenes respecto del futuro, soñar a lo grande -como los reyes que somos por el bautismo- puede suscitar un desconcierto muy positivo en quienes nos rodean. Así que ¡soñemos! como quienes lo esperan todo de Él.

¿Qué te ha aportado en específico este encuentro de formadores? ¿Qué va a cambiar ahora en tu vida de laica?

En mi realidad concreta como formadora de una sección del Regnum Christi aún emergente en Bilbao, este encuentro me ha llenado de fuerza e ilusión por seguir cuidando esta semillita que tanto ha regado el Señor en muy poco tiempo. Ahora tengo más presente que nunca que los jóvenes de Bilbao tenemos una familia enorme y preciosa apoyándonos con su oración y cariño, y siempre dispuestos a ayudar en lo necesario.

En mi vida como laica, me he propuesto poner especial atención al cuidado personalizado de cada persona con que me cruzo, empezando por mis padres y hermanos. Este propósito lo extrapolo a mi vida como formadora, donde procuraré buscar la intimidad del uno a uno -corazón a corazón-, tratando a cada miembro del equipo como el don único y de valor infinito que es para el mundo.