“Escuchar para discernir qué viene de Dios” en esta Convención: día 5 de la Convención General del Regnum Christi
LomásRC
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- Diario sonoro de la mano de los delegados de España
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La Convención General ha seguido una dinámica de Ver, Juzgar y Actuar. El viernes 3 de mayo, penúltimo día, la jornada se ha dedicado a los actuares que deben salir del trabajo previo de estos días. Tras la presentación de las propuestas de actuares, los participantes han tenido un tiempo orante para pedir luz y discernir fundándose en dos cuestiones:
- ¿Qué nos está diciendo Dios en este momento?
- ¿Qué quiere el Señor del Regnum Christi ante estas consideraciones?
¿Qué viene de Dios?
Ante este reto, la consagrada Elena Orazabal ha señalado que se trata de un desafío “porque implica escucha mutua, discernimiento, dejar de contar algunas cosas que provoquen reacciones positivas o no tan positivas”. Y sobre todo “implica volver a recoger y escuchar para discernir qué viene de Dios y qué no viene de Dios”.
En este sentido, el también consagrado Fernando Rincón, nos explica que “ha sido enriquecedor escuchar y discutir, para luego escoger que sí y que no se propone, esto es todo un reto”. “Hemos encontrado puntos de consenso que han salido en los equipos -continúa-, si está claro, tendrá que ser de alguna manera un actuar”.
El Sagrado Corazón: fundamento de nuestra esperanza
A mediodía, el P. Pablo Solís, L.C., presidió la celebración eucarística. La homilía la predicó el P. Juan Pablo Durán, L.C., donde, por ser Primer Viernes de mes, reflexionó sobre el Sagrado Corazón de Jesús.
“¿Cuál es el fundamento de nuestra esperanza? Está delante de nuestros ojos: es el Sagrado Corazón de Jesús. ¿Qué es el Corazón de Jesús? Es un corazón humano como el de todos nosotros, pero que desborda del amor de Dios. Es el amor que creó el universo y que se derrite de amor por cada uno; es el centro de toda nuestra formación para parecernos a Él, aunque sea un poquito más. El Corazón de Jesús quiere compartir con nosotros su amor como una llama que llega a nuestro corazón. La santidad es consumirse con ese fuego de amor del Corazón de Jesús”.
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