Fotogalería | 50 años de vida consagrada | Mari Carmen Rodríguez: “Gracias Padre por haberme seducido y llamado con ese amor que nos precede y nos da identidad”

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- 50 años de vida consagrada | Mari Carmen Rodríguez: “Merece la pena: me volvería a consagrar por el Señor que nos ha seducido y llamado”
- Fotogalería de la Misa del 50 aniversario de consagración de Mari Carmen Rodríguez
El 5 de abril de 2025, la capilla de la Universidad Francisco de Vitoria se llenó de amigos, familiares y miembros del Regnum Christi que quisieron acompañar a Mari Carmen Rodríguez en la misa por sus 50 años de vida consagrada. Con palabras profundamente espirituales y personales, Mari Carmen expresó su acción de gracias al Padre por la vocación recibida: “Gracias Padre porque la vida consagrada antes de ser un empeño humano es una iniciativa tuya”.
Cristo permanece por amor
A lo largo de su oración, compartió cómo ha vivido su camino con Cristo, especialmente en los momentos difíciles, guiada por el Evangelio y la contemplación de la Cruz: “En esos momentos me he girado mi alma y he mirado a Cristo en su Pasión, ahí le he escuchado decirme: ‘Permanece en Mí, como Yo en ti’”. Explicó cómo esta perseverancia nace del amor: “Jesús permanece no por obcecación, sino por amor”, y cómo esto le ha dado fuerza para seguir adelante en su vocación.
Una vida para la Iglesia
En sus palabras finales, dio gracias a la Iglesia, al Regnum Christi y a los miembros de las diferentes vocaciones que lo componen -legionarios de Cristo, laicos consagrados, consagradas y laicos-, a su familia y a tantos que han compartido su camino. Del Regnum Christi, en concreto, dijo que es el medio que la Iglesia le ofreció “para trabajar en ella, con ella, para ella y por ella”.
Con una mezcla de cariño y magnífico humor, Mari Carmen compartió también su experiencia al llegar a su comunidad actual, compuesta por numerosas consagradas jóvenes: “Cuando llegué a ella hace dos años y medio me sentía como la abuela con las nietas, pues yo acabo de cumplir 72 años”.
Y con paz y alegría habló de esta etapa de madurez espiritual en la que se encuentra: “Dios va llevando al alma progresivamente a una gran intimidad, unión con Él, y plenitud interior… al final se sirvió el vino mejor”.
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