Regnum Christi España

Fotogalería | Encuentro Nacional de Responsables del ECYD | María y Javier: “La comunidad ECYD está llena de alegría y eso es solo gracias a Dios”

(Foto Fernando García-Yáñez)

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El Encuentro Nacional de Formadores del ECYD, celebrado en Toledo del 17 al 19 de enero, fue para María Virseda, de 1º de Bachillerato, y Javier Cortina, de 4º de ESO, una experiencia inolvidable. “A través de la oración, se forma una conexión entre Dios y yo que me ayuda luego a reflejársela a mis niñas de ECYD y así ir, poco a poco, acercándolas cada vez más a Dios”, explica María. Javier, por su parte, destaca que el ECYD “es un estilo de vida donde los adolescentes crean una amistad con Dios que nos une los unos con los otros”.

Bajo el lema “Esta es la generación que busca tu rostro”, cerca de 130 personas, entre laicos, legionarios de Cristo, consagradas y laicos consagrados del Regnum Christi participaron en las diversas actividades del Encuentro nacional de responsables del ECYD en Toledo que tenía como tema la oración. El sábado por la noche, una de las experiencias más impactantes fue el apostolado por las calles de Toledo, donde los participantes invitaron a los transeúntes a una adoración en una iglesia. “Me emocionó mucho vernos a todos cantando sin vergüenza y desprendiendo alegría a toda la gente que pasaba”, recuerda María, quien asegura haber visto a Dios presente incluso en aquellos que no creían.

 

María Virseda, en una de las actividades del fin de semana
María Virseda, en una de las actividades del fin de semana. (Foto Fernando García-Yáñez)

 

¿Por qué es tan importante la oración en la vida del ECYD y para ti mismo como responsable?

María: La oración para mí es la base de todo. Es lo que me ayuda a conectar con Jesús, a hablar directamente con Él y a establecer una relación sana como amigo y no como uno cualquiera, sino como el mejor. Es una fuente esencial que me sirve como guía espiritual, me sirve para preguntarle y así resolver dudas sobre cualquier cosa de mi vida. Es el desahogarme con Él sin miedos a que me juzguen, es contarle todas y cada una de mis preocupaciones o cualquier otra cosa que me apetezca porque sé, que Él me va a escuchar.

 

A través de la oración, se forma una conexión entre Dios y yo que me ayuda luego a reflejársela a mis niñas de ECYD y así ir, poco a poco, acercándolas cada vez más a Dios. Al mantener una vida de oración constante, pienso que puedo convertirme en una pequeña inspiración para ellas en cuanto a vivir su fe con mayor compromiso. Mi tiempo de oración es como el cargador de fuerzas para enfrentarme a los desafíos diarios y tomar decisiones difíciles. Gracias a la oración puedo seguir cada día creciendo en mi fe.

 

Javier: La oración es la forma de acercarse a Dios, con lo cual es muy importante para llevar una vida del ECYD. Para mí como responsable es algo que me une mucho a Dios, que me hace reflexionar y que me ayuda mucho a ser un buen responsable ya que lo suelo pedir en mis oraciones.

 

Los participantes cantando en el exterior de la iglesia
Los participantes cantando en el exterior de la iglesia. (Foto Fernando García-Yáñez)

 

¿Cómo puede el ECYD ser una auténtica comunidad de apóstoles en salida para los adolescentes?

María: El ECYD es un estilo de vida donde los adolescentes crean una amistad con Dios que nos une los unos con los otros. A parte de la vida espiritual y realizar eventos que te acerquen a Dios ya sea a través de adoraciones, apostolados, la copa ECYD, jornadas de responsables o cualquier otra actividad, es importante que en el día a día sientas apoyo en ellos. Al final, lo que se crea con todos los encuentros es una comunidad de gente que sabes que piensan como tú, gente que sabes que quieren llegar a tener los mismos valores en la vida y básicamente gente con la que te quieres rodear. La comunidad ECYD que se forma es sana y está llena de alegría, y eso es solo gracias a Dios. Al final lo que nos une es nuestro amor por Dios y todos nuestros corazones están llenos del suyo. Eso se nota mucho en una amistad, es más cuando Dios está como prioridad en cualquier tipo de relación, esta mejora y se solucionan la gran mayoría de controversias que pueda haber.

 

Javier: El ECYD puede hacer más fines de semana, los cuales ayudan a todos los jóvenes a unirnos más y a sentirnos cada vez más parte de esta maravillosa familia (ECYD), también nos ayudan a ser más apóstoles.

 

Encuentro de Toledo de Responsables del ECYD
El buen espíritu y la alegría reinó durante el Encuentro del ECYD. (Foto Fernando García-Yáñez)

 

¿Cómo has vivido este Encuentro en Toledo? ¿Puedes resumirlo en una canción, en un texto evangélico… en alguna anécdota que hayas vivido?

María: Esta jornada ha sido una gran experiencia y específicamente en el ámbito de oración, que era de lo que trataba este año ya que es uno de los pilares del ECYD. El lema, que era “Esta es la generación que busca tu rostro, Señor”, me ha llenado de motivación junto con la charla del primer día que dio el P. Rafael Vignaroli, L.C., junto con la consagrada Julian Frommling. En la charla con lo que más me quedé fueron con los aspectos negativos con los que se describe supuestamente nuestra generación, la generación de cristal. Como por ejemplo el victimismo, la fragilidad, la intolerancia, la hipersensibilidad, la dependencia y muchos más. Nada más llegar, como charla introductora nos hablaron de eso, y desde ese momento yo y seguramente la gran mayoría de las personas que estábamos allí no queríamos formar parte de esos adjetivos con los que se define nuestra generación. A partir de esa charla intenté vivir cada momento sin quejas y tratando de ver el lado positivo, en esas veces lo que más me ayuda es tener a Dios presente.

 

Una anécdota que he vivido y me ha impactado bastante de esta jornada es el apostolado que tuvimos el sábado. Consistía en una adoración donde cada uno de los responsables nos dividíamos en cuatro grupos en los que teníamos una función. Uno de los grupos era el coro, ellos se quedaban dentro de la iglesia adorando al Señor junto con otro grupo. Los otros dos eran los pescadores y animadores. Estábamos situados fuera de la iglesia cantando e invitando a la gente a la adoración. Me emocionó mucho vernos a todos cantando sin vergüenzas y solo pendientes de desprender alegría a toda la gente que pasaba.

 

Había personas que no creían en Dios, pero a mí me impactó profundamente que, precisamente en ellas, veía claramente la presencia de Dios. Había otros que, sin embargo, sí creían y se les notaba en su mirada la felicidad de ver a tantos jóvenes reunidos para ser apóstoles de Dios. Al ver esa gente entrar y, sobretodo, salir con una sonrisa inmensa, en esos momentos es cuando te das cuenta que merece la pena seguir haciendo estas acciones. Justo en esa adoración me tocó una frase que decía “Porque de lo que está lleno el corazón, habla la boca”. Es totalmente verdad, y supongo que es lo que nos ayudó a hacerlo tan bien en este apostolado, llevando así el amor de Dios a todos los rincones.

 

Una familia que entró en la capilla a hacer adoración escribe una petición junto al altar
Una familia que entró en la capilla a hacer adoración escribe una petición junto al altar. (Foto Fernando García-Yáñez)

 

Javier: Este fin de semana ha sido una locura para mí, ya que al principio no me apetecía mucho, pero poco a poco, y gracias al gran ambiente, y a todos los jóvenes que estábamos conviviendo juntos con el mismo espíritu de acercarnos a Dios, fui conectando y he aprendido muchísimas cosas y crecido mucho espiritualmente con los talleres de la misa y el silencio. Si lo tuviera que resumir con un texto evangélico sería: “Porque donde se encuentran dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18, 20).

 

Ya que para mí ha sido esencial crecer espiritualmente y participar en talleres con mis compañeros de misión (acercarme a Dios).

 

Javier Cortina, durante el encuentro
Javier Cortina, durante el encuentro.  (Foto de Giovanni Bini Smaghi)

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