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- «Mi punto de atención principal es aquel joven que, aunque venga de una tradición cristiana, no se siente cerca o incluso ha dejado de practicar la fe»
- «Hay quien piensa que la actividad en redes sociales ya es de por sí Nueva Evangelización, pero no es así»
- Entre las cuentas de Instagram que nos recomienda se encuentra la de Quique Mira (@quiquemira) de la sección de jóvenes del Regnum Christi de Barcelona
En 2008 fue ordenado sacerdote y, tras diez años en la parroquia Santo Tomás Moro, de Majadahonda, fue nombrado párroco de San Clemente Romano, en Villaverde. Su cuenta Instagram (@joaquinconp) tiene 40.000 seguidores, desde donde publica contenido positivo y “para crecer”. Durante el confinamiento, sus misas se vieron en muchísimos hogares y tuvieron miles de visualizaciones. En esta entrevista, Joaquín nos explica cómo surgió la idea de crear una cuenta en esta red para ponerla «al servicio del fin de nuestras vidas». También, explica la posición de la Iglesia frente a este nuevo tipo de comunicación y su labor como párroco, que considera su «misión principal» y que reconoce «una auténtica maravilla ver cómo la gente se está implicando en cada una de las iniciativas que lanzamos».
Le han dado el galardón de Nueva Evangelización por el uso de las tecnologías, ¿qué tipo de contenido comparte usted a sus 40.000 seguidores?
Es contenido para crecer humana y espiritualmente. En realidad, mi punto de atención principal es aquel joven que, aunque venga de una tradición cristiana, no se siente cerca o incluso ha dejado de practicar la fe. Por eso mi contenido no es catequético o moral sino más humano con fondo cristiano.
¿Cómo llegó a abrirse una cuenta en Instagram y decidió publicar ese tipo de contenido?
Había de base dos elementos: una inquietud y una conversación. Mi inquietud era que no encontraba ningún sentido a mi presencia en las redes sociales. No sentía la necesidad de mostrar en ellas mi vida. Pero la conversación que me hizo clic fue con mi hermano José Manuel. Volviendo de un viaje, compartíamos esta inquietud, pero vimos que sería interesante empezar a poner nuestras redes al servicio del fin de nuestras vidas. Y así yo comencé con mi cuenta y él con la suya (@josemanuel.fisio).
Por medio de la cuenta de Instagram y del podcast semanal llego a muchos de mis feligreses, pero a muchos más que no son de la zona.
Durante la pandemia, usted fue uno de los primeros que emitió misas a través de Instagram, ¿cómo reconoció esta necesidad?
Era muy evidente. El confinamiento comenzó un domingo (15 de marzo de 2020). Ninguno pensábamos que fuese a ser tan largo y la gente preguntaba cómo podría asistir a misa si no podía salir a la calle. Aquella semana tuve diez mil nuevos seguidores y comencé las direcciones espirituales por videollamada.
El Papa San Juan Pablo II ya decía que la Nueva Evangelización lleva consigo la adopción de medios y lenguajes que sirvan para difundir la fe en el contexto actual, ¿cómo se logra esto a través de Instagram?
Esta pregunta es clave. Hay quien piensa que la actividad en redes sociales ya es de por sí Nueva Evangelización. No es así. Aquel “nuevo ardor, nuevos métodos y nuevas expresiones” de la Nueva Evangelización tiene que darse también en este lugar (Instagram, en mi caso). Creo que aquí tampoco vale cualquier ardor, cualquier método y cualquier expresión.
En la Nueva Evangelización, en Instagram, no vale cualquier ardor, cualquier método y cualquier expresión
Existen ventajas como la cercanía del mensaje de Cristo a través de la pantalla directamente, pero, ¿cómo se da el paso de la pantalla a la parroquia?
El mundo cada vez es más grande. Antes no salíamos del pueblo, del barrio… Ahora la gente se mueve y va al lugar que quiere. Eso hace que muchos que no tenían un lugar vengan y sientan que crecen en San Clemente. Soy consciente de que el acercamiento real a Cristo sólo ocurre cuando entramos en su Iglesia. Y eso es un hecho “presencial”, no virtual.
¿Cree que la Iglesia se ha sabido adaptar a estos nuevos medios o aún queda camino por recorrer?
Sí queda un gran camino. La Iglesia como institución no ha entrado en este mundillo. Es algo que yo entiendo; cada red social tiene un lenguaje nuevo y, a menos que estés en ella, resulta muy difícil que lo comprendas. Esto hace que, aunque se intuya la importancia, no se tenga muy en cuenta a la hora de pensar estrategias de comunicación a nivel institucional.
¿Cómo es su otra misión: ser párroco de San Clemente Romano? ¿Cómo es su parroquia?
Bueno, en realidad no es mi “otra misión”, es la principal. Llevo en San Clemente Romano dos años y estoy feliz. Es una parroquia de barrio de Madrid y es una auténtica maravilla ver cómo la gente se está implicando en cada una de las iniciativas que lanzamos. Ya tenemos dos cursos de crecimiento en la fe para adultos, encuentros de matrimonios, de novios, retiros mensuales, grupo de Life Teen de adolescentes, adoración de jóvenes semanal, grupos de Oración de Madres… A veces les digo a mis compañeros sacerdotes: es para sentarse y admirar lo que Dios está haciendo.
¿Le ayuda Instagram en su trabajo en la parroquia? ¿Sus feligreses usan Instagram?
Por medio de la cuenta de Instagram y del podcast semanal llego a muchos de mis feligreses, pero a muchos más que no son de la zona. Esto es una ventaja grande, porque muchas de las personas que me siguen están algo perdidas, eclesialmente hablando (sin parroquia, grupo o movimiento). Y en San Clemente lo han encontrado.
A veces les digo a mis compañeros sacerdotes: Es para sentarse y admirar lo que Dios está haciendo en la parroquia.
Además de su cuenta, ¿nos recomienda alguna cuenta de Instagram?
Por supuesto. Hay gente que está haciendo un trabajo excepcional. Parece que desde la pandemia los jóvenes católicos han desembarcado con contenido en las redes. Y, sin ningún tipo de pudor, se muestran tal cual son. En el panorama católico, joven y nacional son de “obligado seguimiento”: @quiquemira, @3gether_ , @antonioguzmandi, @blessings.es, @carlarestoy, @jfolchh, y la verdad que muchos más.