Nos cuenta en esta entrevista que, en la atención de los sordos, el siglo pasado “se dio un paso importante, al reconocerles su protagonismo como personas sujetos de la Evangelización, y no tan solo como destinatarios de la evangelización”.
En España hay 1.100.000 personas con diferentes grados de sordera, pero solo 140 agentes de pastoral… Él tuvo que aprender la lengua de signos y, entre otras cosas, nos cuenta cómo ayudarles desde nuestra parroquia. Don Sergio es el galardón Alter Christus 2019 de Nueva Evangelización.
A continuación puedes leer la entrevista y si quieres acceder a otros recursos de la entrega de los galardones Alter Christus, aquí tienes:
- Galería de fotos en Facebook y Galería extendida en Flickr
- Actividades de Alter Christus para sacerdotes
- Vídeo resumen de la entrega de los Galardones
- Vídeo entrevistas breves con los galardonados
– D. Alberto José González
– D. José Aumente
– P. Michael Ryan
– D. Sergio Buiza
Mi dedicación a la pastoral del sordo y sordociego es por encomienda del entonces obispo de Bilbao don Ricardo Blázquez y su equipo de gobierno. Esto sucede al año de mi ordenación.
En nuestra diócesis de Bilbao ya se desarrollaba una atención a las personas sordas desde hacía ya años. Con el fallecimiento del sacerdote que lo atendía, me propusieron esa tarea pastoral. Una tarea que asumí junto con mi dedicación en una parroquia.
Nunca había tenido contacto con personas sordas, fue todo un reto. Para empezar, y ante la necesidad comunicarme, aprendí Lengua de Signos, que las mismas personas de la pastoral del sordo no dudaron en enseñarme. Con el posterior aprendizaje en los cursos organizados por la asociación de Sordos de Bilbao. Y también empecé a tener contacto con otras personas sordas que no participaban en la pastoral, y siempre aprendiendo.
Se puede decir que las mismas personas sordas y sordociegas me capacitaron para poder estar con ellas, acompañarlas y celebrar nuestra fe, y poco a poco poder ir ofreciendo y acompañando todo lo que de habitual hay en una parroquia. A que viviesen su fe como el resto de la comunidad creyente.
¿Aprender la lengua de signos fue el primer paso? ¿es fácil aprender?
Aprender lengua de signos es aprender una forma de comunicarse, un idioma. Y cuando hay una necesidad de comunicarse la dificultad inicial se va disipando cuando vas avanzando. Y al igual que cualquier idioma hay superar miedos y vergüenza, superando todo eso resulta fácil.
El número de personas sordas en España se calcula que son 1.100.000, con diferentes grados de sordera. Hay unos 140 agentes de pastoral: 60 personas sordas, 5 personas sordociegas y 70 personas oyentes. Y más de 1.200 personas sordas y 52 personas sordociegas están en contacto con esta pastoral.
En 22 diócesis hay Pastoral del Sordo y Sordociego con diferentes grados de organización y presencia en la vida de las diócesis. En algunas diócesis se está realizando un trabajo pastoral coordinado con otras realidades de personas con discapacidad.
Hay un total de 25 sacerdotes que se dedican a esta pastoral, de los cuales 4 son sacerdotes sordos.
En el organigrama de la Conferencia Episcopal, la pastoral del sordo es un departamento dentro de la Comisión de Pastoral donde en la actualidad don Braulio Rodríguez, arzobispo de Toledo, es el presidente, y donde don José Vilaplana, obispo de Huelva, es el obispo responsable de la Pastoral del Sordo.
Los Evangelios nos muestran la preocupación, interés y predilección de Jesús de Nazareth por las personas con discapacidad. La Iglesia siempre ha estado cercana y comprometida con esta realidad, con formas muy diversas. Pero es a mediados del siglo pasado cuando se da un paso importante, al reconocerles su protagonismo como personas sujetos de la Evangelización, y no tan solo como destinatarios de la evangelización.
En concreto, de las personas con discapacidad auditiva, se suele decir son una discapacidad invisible. No hay ningún signo externo que los identifique (bastón, silla de ruedas…) y tan solo se descubre con ocasión de la conversación.
Estamos llamados a crecer en inclusión en la sociedad y también en la vida de la Iglesia. Cuidando la dignidad y centralidad de la toda persona como sacramento y destinataria del amor de Dios.
¿Cómo se puede colaborar con los sordos y los sordociegos en una parroquia en la que nadie o casi nadie conoce el lenguaje de signos? ¿Hay alguna forma de hacer más inclusiva la vida eclesial?
Quizá lo primero es estar atentos a la presencia de personas sordas o sordociegas en nuestra comunidad, personas con discapacidad. Mostrando cercanía y preocupación de la comunidad eclesial por una inclusión efectiva.
Cuidando la acogida, preguntando (quizá con ayuda de intérpretes en el caso de personas sordas) qué necesitan para vivir formando parte de la Iglesia. Capacitando a algunas personas de la comunidad en el conocimiento de la Lengua de Signos. Detectar que recursos humanos y materiales son necesarios para facilitar dicha inclusión. Coordinándose y colaborando con otras áreas pastorales, dentro de la parroquia, la zona y la diócesis.
Es decir: sensibilizar, acompañar, coordinar, colaborar y celebrar la fe.