• Ambientes Seguros en el Regnum Christi
• Nota de prensa de CONFER sobre la creación de la Oficina de Entornos Seguros 

En su nota, la CONFER recalca que “son muchas las medidas de prevención que los Institutos Religiosos están llevando adelante para trabajar y generar entornos seguros”, y que “han hecho un esfuerzo en la toma de conciencia de sus responsabilidades, colaborando estrechamente con la justicia y con los organismos tanto civiles como eclesiales que así lo han requerido”.

Centrados en reconocimiento, atención y reparación a víctimas, y en prevención de abusos

Por su parte, en su esfuerzo para estar al lado de las víctimas de abusos, CONFER “desea seguir pidiendo perdón y mantiene su compromiso con la erradicación de esta lacra”. Este organismo eclesial explica que sus esfuerzos están orientados, respecto a los casos de pasado y presente, en “atender bien a las víctimas con procesos de reparación, atención psicológica necesaria, etc.”, y confirma que “en este momento, las Congregaciones Religiosas han avanzado en su proceso de reconocimiento, de atención a las víctimas y de prevención”.

Una oficina a disposición de las víctimas y para apoyar a las Instituciones religiosas

Es en este contexto en el que, para continuar dando pasos y abordar este asunto, CONFER ha creado la Oficina de Entornos Seguros “para estar a disposición de las víctimas y apoyar a las Instituciones Religiosas en estos procesos de atención, prevención, intervención y reparación”, y “para avanzar en su compromiso con las víctimas de cualquier tipo de abuso”. De hecho, CONFER tiene ya habilitado el correo escucha@confer.es para estar a disposición de las víctimas de cualquier tipo de abuso.

Gloria Rodríguez: “Una oportunidad de servir a la Iglesia y sobre todo a tantas personas que han sufrido por esto”

La responsable de esta Oficina de Entornos Seguros será Gloria Rodríguez Díaz, consagrada del Regnum Christi, “psicóloga, con amplia experiencia en organización y dirección, y en gestión de crisis”, explica la nota de CONFER. “Fue la primera directora general de las Consagradas del Regnum Christi. Cuenta con más de veinte años de experiencia de acompañamiento humano y espiritual para el crecimiento de personas y comunidades, buscando potenciar los recursos de cada uno e introduciendo mejoras que posibiliten un mayor desarrollo integral”, agrega.

Es licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid con la especialidad de psicología clínica, y Master en Psicología General Sanitaria, con la especialidad de psicoterapia humanista y terapia focalizada en la emoción por la Universidad Pontificia de Comillas, donde ha realizado el curso en Prevención e intervención en casos de abusos a menores y personas vulnerables en entornos eclesiales. Nació en Madrid el 18 de marzo de 1975. Ha vivido en España, Italia, Alemania y México. Formó parte del gobierno del Regnum Christi que impulsó la renovación de esta realidad de la Iglesia de la mano de la Santa Sede siendo la primera Directora General de las Consagradas y, como tal, miembro del primer Colegio Directivo General del Regnum Christi.

Hemos podido hablar con ella unos minutos cuando se ha hecho pública la noticia.

¿Qué significa para ti esta responsabilidad, Gloria?

Para mí es sumarme a lo que el Papa nos pidió a todo el Pueblo de Dios de comprometernos como Iglesia: “La única manera que tenemos de responder a este mal que viene cobrando tantas vidas es vivirlo como una tarea que nos involucra y compete a todos como Pueblo de Dios”, nos dijo. Considero que es una oportunidad y una obligación.

¿En qué sentido es una oportunidad y una obligación?

Es una oportunidad de ponerme al servicio de la Iglesia y sobre todo de tantas personas que han sufrido por esto. De colaborar con la erradicación de un mal que ha hecho tantísimo daño, y de una cultura que sigue sin terminar de asumir lo que esto implica no solo en el abuso sexual sino en los abusos de conciencia. Escuchar personalmente a víctimas personalmente impacta mucho, y considero que todo lo que se pueda hacer para acogerlas en su dolor y en sus vivencias, para reparar y acompañarlas en sus procesos es fundamental.

Pero además es una oportunidad para acompañar a las congregaciones a formar y prevenir esto y a responder de manera adecuada cuando se produzcan este tipo de situaciones.