Además de Adriana, Vale Martínez, Helen González y Mabel Barrero han concluido sus estudios en la Universidad Eclesiástica de San Dámaso en este curso, y Maida Ureta, de Psicología en la Universidad Abato Oliva de Barcelona. Adriana nos cuenta que “el horizonte de la formación es la misión”. “El mundo está sediento de Dios”, y precisamente por eso “es importante estar formadas para actualizar su mensaje de amor”, nos explica esta consagrada del Regnum Christi.

¿Qué has aprendido durante estos años estudiando Teología?

En este último año de Teología ha hecho mucho eco en mí este versículo del salmo 138: “Tanto saber me sobrepasa, es sublime y no lo abarco”. He conocido más en profundidad el misterio del amor de Dios y cómo este es un misterio inabarcable. He aprendido sobre la belleza de nuestra fe, y ha acrecentado en mí el amor a nuestra Madre la Iglesia.

He conocido más en profundidad el misterio del amor de Dios y cómo este es un misterio inabarcable

¿Cuál es el sentido principal de la formación de las consagradas? ¿Por qué es tan importante la formación?

La formación es importante porque va unida a la misión. Formación y misión para mí es un binomio inseparable. De nada serviría formarme si no es para poder llevarlo y servir mejor en la misión. Como consagrada estoy llamada a estar en el mundo y, desde dentro, evangelizarlo. El mundo está sediento de Dios, es importante estar formadas para actualizar su mensaje de amor.

¿Cómo se compagina la formación y otras actividades o apostolados?

Creo que se puede contestar un poco con mi respuesta anterior. La formación es importante, pero no podemos desvincularnos de la misión. Como cualquier apóstol del Regnum Christi hay que aprender a compaginar estudio y apostolado. Habrá momentos en los que el estudio requiere una intensidad mayor, como lo es la época de exámenes, y habrá momentos en los que es el apostolado quien exija más. Pero siento yo que el horizonte de la formación es la misión.