Regnum Christi España

H. José Luis Guerrero, nuevo novicio legionario de Cristo: “Todo lo que recibí en el ECYD lo quiero devolver, y hacer sentir este amor por Cristo a los demás”

El P. Javier Cereceda, LC, felicita al H. José Luis Guerrero, nada más recibir su hábito de leginario de Cristo
(Foto Fernando García-Yáñez)

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“Los tiempos de Dios son perfectos y no hay que forzar nada, solo dejarse empujar por el Espíritu Santo, que Él sabe el camino”, afirma el H. José Luis Guerrero, antiguo alumno de Highlands School Sevilla, y desde el 8 de febrero de 2025 novicio de los Legionarios de Cristo. La ceremonia tuvo lugar en la capilla de la comunidad Cerro del Coto. A sus 19 años, da el siguiente paso en su proceso de discernimiento tras años de formación y búsqueda de la voluntad de Dios.

Su camino de fe comenzó en el ECYD cuando estaba en 5º de primaria, donde descubrió a los legionarios y comprendió que “vivir la fe y el amor a Dios no es raro, es único; te hace darte cuenta de que eres especial ante Dios, y Él te ama tal y como eres”. Desde entonces, su deseo de compartir con otros el amor de Cristo fue creciendo hasta asumir la responsabilidad de acompañar a otros adolescentes en el ECYD. Ahora inicia su vida en el noviciado de los legionarios de Cristo con la confianza de que “a partir de este momento, comienzo un camino en el cual el Señor me irá mostrando, paso a paso, por dónde ir”.

 

El H. José Luis, junto a su familia
El H. José Luis, junto a su familia (Foto Fernando García-Yáñez).

 

¿Hay algún momento significativo en el que sintiese la invitación a seguir a Jesús?

Tras un encuentro de responsables del ECYD, en segundo de bachillerato, al volver a casa y bajar al corazón todo lo vivido ese fin de semana, mientras miraba hacia el curso siguiente, me llegó una pregunta que no dudé ni un segundo en reconocer como venida de Dios. Como un susurro en mi oído, escuché: “¿Y por qué no eres sacerdote?”. Mi primera reacción fue de sorpresa, pero enseguida me salió una sonrisa y otra pregunta: “¿Por qué ahora y no antes?”.

 

Más tarde entendí que los tiempos de Dios son perfectos y que no hay que forzar nada, solo dejarse empujar por el Espíritu Santo, que Él sabe el camino. Una semana después, este sentimiento de que algo estaba pasando volvió con fuerza tras una adoración. Decidí contárselo a mi director espiritual, pero, antes de que pudiera hacerlo, él se me adelantó y me preguntó: “¿Alguna vez te has planteado ser sacerdote?”. Desde ahí comenzó un camino de acompañamiento que me llevó a experimentar un fin de semana en el noviciado y, más adelante, a vivir en verano un curso de discernimiento más profundo.

 

Mi único miedo era ignorar este sentimiento y, en el futuro, preguntarme si podría haber sido más feliz como sacerdote. Por eso no dejé, ni voy a dejar, de entregarme al 100 % en este camino que sigo descubriendo, porque la voluntad de Dios es felicidad pura.

Comprendí también que Dios te quiere vivo. Hay que salir al mundo, que no quede nada ni nadie debajo de las rocas, porque todos estamos llamados a su amor

Entonces, usted ha sido chico del ECYD. ¿Cómo vivió esa etapa?

Cuando estaba en 5º de primaria, conocí el ECYD. Me sorprendí y tomé como ejemplo a los legionarios. Algo había en ellos, en su forma de ser, que me hacía querer ser como ellos. Siempre les veía poner pasión y alegría en todo lo que hacían. En el ECYD comprendí que vivir la fe y el amor a Dios no es raro, es único; te hace darte cuenta de que eres especial ante Dios, y Él te ama tal y como eres.

 

Comprendí también que Dios te quiere vivo. Hay que salir al mundo, que no quede nada ni nadie debajo de las rocas, porque todos estamos llamados a su amor, y a algunos solo hay que sacarles de debajo y abrirles un poco los ojos.

 

Todo lo que recibí lo quise devolver, hacer sentir este amor por Cristo a los chicos. Por eso, en 4º de ESO quise ser responsable del ECYD, y después de cuatro años en ese servicio, no se van las ganas de seguir, porque Él hace nuevas todas las cosas.

 

El H. José Luis, junto a otro novicio, una consagrada, un laico consagrado y un laico
El H. José Luis, junto a otro novicio, una consagrada, un laico consagrado y un laico (Foto Fernando García-Yáñez).

 

¿Cómo ha vivido el proceso de discernimiento conviviendo con una comunidad de legionarios y junto a otros jóvenes con inquietudes?

En mi proceso de discernimiento, ha sido y sigue siendo muy importante tomar las cosas con calma. Las prisas son malas consejeras y confunden. Tener una comunidad de legionarios y jóvenes en la misma situación que yo me ha ayudado muchísimo. Contar con sacerdotes con experiencia en estos procesos, con un corazón volcado en ayudar, y con jóvenes que expresan su amor a Cristo con su forma de ser, es una suerte que solo ayuda a sentirte en casa y seguro.

Mi único miedo era ignorar este sentimiento y, en el futuro, preguntarme si podría haber sido más feliz como sacerdote.

¿Qué papel ha jugado su familia?

Tengo la suerte de tener una familia maravillosa y la gracia de que Dios pusiera en mi camino una familia espiritual tan hermosa como el Regnum Christi. Cada una me ha agarrado de una mano y me ha llevado al amor de Cristo; me han ayudado a ser quien soy hoy.

 

El H. José Luis, con compañeros suyos y el P. García Sentandreu, LC, director de Highlands School Sevilla
El H. José Luis, con compañeros suyos y el P. García Sentandreu, LC, director de Highlands School Sevilla (Foto Fernando García-Yáñez).

 

Y a partir de ahora, ¿qué va a suceder?

A partir de este momento, comienzo un camino en el cual el Señor me irá mostrando, paso a paso, por dónde ir. Confiar en Él y escucharle es lo más importante para llegar a su amor.

 

 

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