Por este motivo, sumándonos a la campaña, explicamos que los laicos del Regnum Christi, como los legionarios de Cristo, las consagradas y los laicos consagrados, están llamados a hacer presente el Reino de Cristo y buscan tener una relación cotidiana con Él, a través de la Palabra, los sacramentos y la oración, tanto personal como comunitaria en el seno de la Iglesia. Además, en su especificidad, tal y como señalan los Estatutos, “aportan su índole secular y su acción apostólica», y «prolongan la presencia de Cristo en medio del mundo y buscan transformar evangélicamente las realidades temporales, especialmente la vida familiar, profesional y social” (EFRC 5, 4).
Experiencia de comunión
Los laicos del Regnum Christi se organizan en equipos y buscan conocer y amar a Jesucristo y dejarse transformar por su amor misericordioso en apóstoles que colaboran en la edificación de la civilización de la justicia y de la caridad cristianas.
Así pues, estos miembros del Regnum Christi colaboran en plena comunión con las demás ramas en la misión común de instaurar el Reino de Cristo, como también siendo miembros vivos en su comunidad parroquial y diocesana aportando su propio carisma a las prioridades pastorales de la Iglesia.
El Reglamento de los laicos
Para conocer en detalle su identidad y estilo de vida es fundamental referirse al Reglamento de los Fieles Asociados a la Federación Regnum Christi. Se trata de un documento capital, pues en él se detallan rasgos del estilo de vida del laico del Regnum Christi en lo que a los cinco elementos en que se despliega el carisma en la vida de un miembro -vida espiritual, formación, vida de equipo/comunidad, apostolado, y acompañamiento en el seguimiento de Cristo- así como la forma de vincularse y organizarse, los modos de entrega, la relación con el resto de las ramas que conforman el Regnum Christi.
La vida apostólica de los laicos
“Las realidades temporales, especialmente la vida familiar, profesional y social” son las prioridades apostólicas de los laicos, tal y como señalan los Estatutos. Además de una vida naturalmente apostólica (esa irradiación natural de lo que uno lleva en el corazón que es ser apóstol), los laicos sienten muy intensamente una llamada a comprometerse en algún apostolado concreto -hacer apostolado-.