Regnum Christi España

Incorporaciones | Juan Carlos: tras Tierra Santa y Emaús, el Regnum Christi: “Hay que tomarse en serio lo de ‘ahora me toca a mí, de mí también depende’”

Juan Carlos en su peregrinación a Tierra Santa

LomásRC

“Desde que hice Emaús, mis líderes del retiro, Miguel y Javier, no me han soltado la mano: siempre han estado ahí para mí, cuando estaba pletórico y en mis peores bajones, que han sido muchos”, comparte Juan Carlos. Y de su mano también ha llegado al Regnum Christi: “Incorporarme me ha dado una fe inquebrantable, en los buenos momentos y en las peores crisis”. Toda una historia que comenzó en Tierra Santa.

Madrileño, casado y padre de dos hijos, Juan Carlos trabaja en el ámbito de la asesoría jurídica empresarial. Apasionado de los deportes de aventura como pilotar una CESSNA 172, el buceo o el paracaidismo, hoy desvive por su formación cristiana y por su experiencia de vida de Reino. Su camino de conversión comenzó en una peregrinación a Tierra Santa y continuó con su experiencia en Emaús, que transformó radicalmente su vida espiritual. Ahora el Regnum Christi le ha dado “un equipo increíble con el que crecer en nuestro amor, servicio y conocimiento del Señor”, afirma, convencido de que “para cumplir bien la misión es importante y prioritario estudiar y formarse intelectualmente, en la Palabra y en la Doctrina”.

 

¿Cómo conociste el Regnum Christi?

Conocí Regnum Christi a través de mi líder de Emaús, Miguel Pérez. Él y Javier Rivero fueron mis líderes en Emaús y, desde entonces, no me han soltado la mano; siempre han estado ahí para mí, cuando estaba pletórico y en mis peores bajones, que han sido muchos. Me han traído de la mano hasta aquí.

Para cumplir bien la misión es importante y prioritario estudiar y formarse intelectualmente, en la Palabra y en la Doctrina, porque hoy en día es tan importante lo que digamos como que sepamos decirlo.

¿Quién es para ti Cristo ahora?

Es el Camino, la Verdad y la Vida. Siempre ha cuidado de mí y me ha querido enseñar el camino, pero a veces lo veía y otras no quería o no tenía tiempo de verlo. Pero, sin merecimiento alguno, Él me quiere y quiso insistir, y no sabría aclarar bien cómo, me vi en un avión de peregrinación a Tierra Santa con el P. Llorente, el P. Jesús y el ángel del Señor Cecilia Zaratiegui. Vi esa alegría, esa fe y esa entrega, y vi el Camino. Poco después, estaba en una casa espiritual, abrumado, para hacer Emaús sin tener la menor idea de qué era, y allí estaban mis “hermanos”, los líderes y el grandísimo P. Pardo, entregados en cuerpo y alma para que me abriera a Jesús, y encontré la Verdad. Y el Camino y la Verdad me han llevado al Regnum Christi, a la Vida en Cristo, a amar, seguir y ser amado en el Señor: LA VIDA, en mayúsculas.

 

Juan Carlos, en Belén
Juan Carlos, en Belén.

 

Entonces, ¿qué es lo mejor que te ha ocurrido en la vida?

Sin duda alguna, incorporarme a Regnum Christi me ha dado una fe inquebrantable, en los buenos momentos y en las peores crisis. Una fe sincera y firme. Me ha dado un equipo increíble con el que crecer en nuestro amor, servicio y conocimiento del Señor, y me ha dado una paz y un sosiego que solo puede ser un milagro, un regalo de Dios.

 

Una de las prioridades del Regnum Christi es la de “ser y formar comunidades de apóstoles”. ¿Qué te dice este término?

En primer lugar, que tenemos que asumir la responsabilidad y la alegría de compartir y extender este precioso regalo; tomarse en serio eso de: “Ahora me toca a mí, de mí también depende, Señor, que tu Palabra no se pierda”.

 

Y, en segundo lugar, que para cumplir bien esta misión es importante -y hoy en día también prioritario- estudiar y formarse intelectualmente, en la Palabra y en la Doctrina, porque hoy en día es tan importante lo que digamos como que sepamos decirlo.

Emaús es trabajar por y para el Señor, y por y para que otros encuentren el camino a Cristo como antes lo encontraste tú, y otros se entregaron para que eso sucediera.

¿Nos puedes compartir cómo es tu apostolado en Emaús?

Es trabajar por y para el Señor, y por y para que otros encuentren el camino a Cristo como antes lo encontraste tú, y otros se entregaron para que eso sucediera. Es la grandeza de ver actuar al Espíritu Santo desde la primera fila, en los caminantes y en los servidores. Durante dos días, la gracia del Señor actúa y, sin saber cómo, tienes fuerzas para todo: todo es bello, todo es alegría y amor. No paras y no te cansas. Cristo está ahí, el Espíritu Santo está ahí, y tú te entregas, trabajas y sirves por y para Él. Y actúa, y premia tu esfuerzo, y da grandes frutos en los caminantes. Podría seguir y seguir y nunca lo explicaría en su grandeza y belleza. Emaús hay que vivirlo; contarlo no le hace justicia, por mucho que ponga el alma en ello.

 

¿Nos puedes recomendar un libro, un pasaje del Evangelio, una canción… que te hable de Cristo y te llene de Él?

“La infancia de Jesús”, de Benedicto XVI. El P. Pardo, en su incansable esfuerzo de ayudarme a crecer en mi pobre formación, me recomendó varias lecturas. Según las leía, iba subrayando lo que consideraba interesante para luego hablarlo o aclararlo con él. Cuando empecé con “La infancia de Jesús”, tenía que subrayar todos los párrafos; en la página 10 llevaba todo subrayado. Así que solté el lápiz, dejé de subrayar y me dediqué a aprender, aprehender y disfrutar de la brillantez de Su Santidad, que en gloria esté.

Toda la actualidad
cada semana en
LomásRC

Scroll al inicio