“El pasado lunes 11 de febrero, los venezolanos que hacemos vida en la sección de Almagro organizamos una actividad basada en testimonios que tenía un doble objetivo: el primero era dar a conocer con más detalle la situación de Venezuela a los jóvenes españoles y las razones que nos llevaron a emigrar de nuestro país a España. El segundo, era generar un espacio que nos permitiera agradecer a la sección la acogida y la aceptación que han tenido con nosotros, considerando que ha sido una ola muy repentina y muy grande de venezolanos que nos hemos estado incorporando a las actividades de la sección. A su vez quisimos explicarles las razones de por qué buscamos tan insistentemente el Regnum Christi en los países a los cuales llegamos.

En mi caso, la experiencia me ayudo muchísimo, puesto que debo confesar que tenía cierta inquietud desde hacía varios meses atrás porque yo era consciente de que repentinamente llegamos como una ola a “invadir” la sección, ocupar espacios, estar en “todo”. Lo que era una sección constituida solo por chicos españoles paso a ser de la noche a la mañana una sección donde se veía a un venezolano en cada esquina y en cada actividad. Aunque sé que somos familia Regnum Christi, es una realidad que somos seres humanos y por tal motivo es perfectamente normal que se pudiese generar un cierto aire de incomprensión ante tal oleada de inmigrantes. Tomando en cuenta que somos personas, al estar en un proceso migratorio que implica comenzar desde cero sin tu familia en un nuevo país, se hizo muy común coincidir en torno a la sección y sus actividades partiendo del principio de que queríamos y necesitamos hacer comunidad. Mientras los chicos españoles tenían sus familias y “vidas”, pues nosotros nos “aferramos” al RC como esa “familia”, esto hace que sea muy frecuente vernos en todo.

Esta experiencia migratoria me ha permitido reflexionar mucho sobre el Regnum Christi como familia espiritual. Creo sinceramente que Dios nos está haciendo una invitación a cada vez seguir abriendo más puertas, caminos y estableciendo puentes como forma de crecimiento en espiritual evangélico. Ahora mismo, la realidad de los desplazamientos en el mundo son alucinantes, y con esto no quiero decir que tenemos que abrir las puertas a cualquiera, eso ya es un tema personal entre Dios y el alma, pero sí como Regnum Christi a otros miembros. No me queda duda de que el tema de la acogida es algo que nos ha caracterizado siempre y que, a su vez, es un campo en el que podemos y debemos seguir creciendo, especialmente para que cada vez que seamos más capaces de “acercarnos” al otro, “abrir” la puerta, conocerle, escuchar su historia, “saber que hay detrás”. Nuestra visión de esa persona cambia, y cambia porque el Señor, que es bueno, nos regala la gracia de poder mirar aunque sea por unos segundos a ese otro como Él mismo lo ve.