Jaime, de Valencia, cuenta cómo, tras su participación, se hace más palpable la alegría de su misión como responsable.
Me llamo Jaime Reig, soy de Valencia y formador del Club Faro. El fin de semana pasado viví una gran experiencia que, para mí, fue un regalo de Dios: varios jóvenes responsables del ECYD tuvimos la suerte de reunirnos a nivel nacional en Salamanca. Fueron unos días en los que viví el espíritu ECYD a través de conferencias, talleres, mesas redondas, SolNight y mucho más…
Sin embargo, lo que más me gustó fue la convivencia entre los responsables. Pude ver cómo otras personas, de otras ciudades, tienen la misma misión y quieren lo mejor para sus niños; eso fue lo que más me aportó del encuentro. Compartir ideas, actividades, apostolados, con otras personas y que ellos compartan es además algo que renueva.
Para que en tu vida llegues a ser un buen formador, un buen responsable y un buen amigo, debes formarte. Por ello estas jornadas nos ayudan a mejorar y a crecer como persona. Todo esto es más fácil de la mano de María, en la que gracias a los demás, descubrí la alegría de ser responsable ECYD.
