• La idea surgió en un Encuentro con Cristo donde sacamos como compromiso apostólico consagrarnos como comunidad al Sagrado Corazón.
• Faltaba realmente una consagración como comunidad, tal y como lo hacen las familias.
• Consagrarse es vivir la vida por Cristo.

“No se trata de hacer más cosas, si no vivir con más calidad lo que tenemos: nuestras misas, nuestros sacramentos, nuestro apostolado, todo…”. En este curso, la comunidad está compuesta por siete sacerdotes y un colaborador, al que hay que añadir a los seminaristas menores.

Una consagración individual o colectiva: ¿qué diferencia hay?

La idea surgió en un Encuentro con Cristo donde sacamos como compromiso apostólico consagrarnos como comunidad al Sagrado Corazón ya que estamos en el mes de junio. Se trata de una consagración comunitaria, porque muchos, ya de alguna manera, nos hemos consagrado al Corazón de Jesús en algún momento de nuestra vida. Faltaba realmente una consagración como comunidad, tal y como lo hacen las familias.

Nuestro carisma, como se nos inculca en las Constituciones, es cristocéntrico. Realmente, en nuestro amor, tanto personal como comunitario, ya está Jesucristo. Él es el motor de nuestras vidas, es nuestro camino verdad y vida.

Particularmente en este acto entronizamos la imagen del Sagrado Corazón en nuestra casa, que es donde vive nuestra comunidad, nuestro hogar.

 ¿Cambia en algo la vida de la comunidad? ¿Alguna oración? ¿Un tiempo dedicado especialmente a formarse?

Pues realmente no cambia nada: no es que vaya a haber más rezos. Consagrarse es vivir la vida por Cristo. No es que se vaya a incrementar las oraciones de la comunidad, si no que consiste en tener más conciencia de este amor a Jesucristo que es lo principal. No se trata de poner más cosas, si no vivir con más calidad lo que tenemos: nuestras misas, nuestros sacramentos, nuestro apostolado, todo…

¿En qué consistió el acto?

Estuvo toda la comunidad y consistió en un tiempo de adoración en la capilla con el Señor a solas, en silencio, rezamos la oración de consagración, las letanías al Sagrado Corazón de Jesús, la bendición con el Santísimo… y finalmente entronizamos la imagen del Sagrado Corazón en la casa.