Los delegados de las conferencias episcopales de Europa señalan sus prioridades pastorales en la Asamblea continental del Sínodo
LomásRC
- Texto íntegro del Comunicado de la Asamblea continental
- Fase continental del Sínodo de la Sinodalidad, ¿de qué se está hablando y hacia dónde vamos?
El secretario del Equipo sinodal de la Conferencia Episcopal Española, Luis Manuel Romero, y la presidenta del Foro de Laicos y también miembro de este equipo, Dolores García Pi, han sido los encargados de presentar en Praga la Síntesis de la Iglesia en España para esta asamblea continental.
Tras esta primera fase de la Asamblea, continuaron los trabajos, del 9 al 12 de febrero, con el encuentro de los presidentes de las Conferencias Episcopales de Europa. En esta reunión se perfilaron los desafíos y las cuestiones a desarrollar para que el camino sinodal se convierta en una práctica concreta en la Iglesia.
Prioridades de la Asamblea Sinodal de Europa
El comunicado final de la Asamblea Sinodal de Europa señala una serie de prioridades que se deben tener en cuenta en el proceso de sinodalidad. En concreto son las siguientes:
- profundizar la práctica, la teología y la hermenéutica de la sinodalidad. Tenemos que redescubrir algo que es antiguo, pertenece a la naturaleza de la Iglesia y es siempre nuevo. Esta es una tarea para nosotros. Estamos dando los primeros pasos de un camino que se abre a medida que lo recorremos;
- abordar la cuestión de una Iglesia todo ministerial, como horizonte de una reflexión sobre los carismas y ministerios (ordenados y no ordenados) y las relaciones entre ellos;
- explorar las formas de un ejercicio sinodal de la autoridad, es decir, el servicio de acompañar a la comunidad y salvaguardar la unidad;
- aclarar los criterios de discernimiento sobre el proceso sinodal y qué decisiones pertenecen a qué nivel, desde lo local hasta lo universal.
- tomar decisiones concretas y valientes sobre el papel de la mujer dentro de la Iglesia y sobre su mayor participación a todos los niveles, también en la toma de decisiones y en los procesos de toma de decisiones;
- considerar las tensiones en torno a la liturgia, para volver a comprender sinodalmente la Eucaristía como fuente de comunión;
- promover la formación para la sinodalidad de todo el Pueblo de Dios, con especial atención al discernimiento de los signos de los tiempos con vistas al cumplimiento de la misión común;
- renovar un sentido vivo de misión, salvando la brecha entre fe y cultura para llevar el Evangelio de vuelta al sentir de las personas, encontrando un lenguaje capaz de articular tradición y aggiornamento, pero sobre todo, caminando con las personas en lugar de hablar de ellas o para ellas. El Espíritu nos pide que escuchemos el grito de los pobres y de la tierra en Europa, y en particular el grito desesperado de las víctimas de la guerra que reclaman una paz justa.
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