Reginaldo Menene, Esther Lence, María José Alexander y Jaime Pastor reflexionaron sobre cómo este texto influía en sus vidas desde sus especialidades e inquietudes: relaciones internacionales, inmigración, periodismo, redes sociales y voluntariado.
La consagrada Paulina Núñez moderó el evento en el que participó también Emilio Martínez Albesa, director territorial de los Laicos Consagrados del Regnum Christi en España
Sentido común y discapacidad, entre otros temas
Durante el encuentro, se habló sobre el mensaje del Papa Francisco que anima a los cristianos a hacer “vida” de todo lo explicado.
“Muchas veces los jóvenes creemos que lo que escribe el Papa es para las monjas, sacerdotes y religiosos. Sin embargo, es un mensaje también para nosotros, un mensaje del que tenemos que hacer vida”, explica Menene, de la sección de jóvenes de Ronda. Además, el joven guineano profundizó sobre la palabra ‘vida’: “Tenemos que ponerla en juego, Cristo nos llama a su Iglesia y a dar testimonio de su palabra. Acercarme a estas palabras del Papa me ayuda mucho a mi crecimiento personal y a vivir mi fe”.
También apuntaron que el Papa Francisco enfoca esta encíclica desde un punto de vista común alejado de una ideología. Esther Lence, de la sección de jóvenes de Ronda, intervino intentando mostrar justo eso: “que esto que dice el Papa es de sentido común y humanidad, no es ideología”. A ella, en concreto, le ha ayudado mucho a replantearse las cosas en un tema tan importante “como es, entre otros, la inmigración”. Esther lo tiene claro “haber participado en esta mesa redonda me empuja a replantearme cómo puedo transmitirles a los demás jóvenes la importancia de lo que hay detrás de un documento como Fratelli Tutti que, al fin y al cabo, son personas”.
Por último, Jaime Pastor, de la sección de jóvenes de Sevilla, siempre ha creído “que las personas con discapacidad tienen mucho que aportar a la sociedad, pero esta ni escucha ni integra”. Su experiencia de misión con Kumi en Calcuta en 2018 y 2019 le ha ayudado mucho “a mirar de tú a tú a personas con enfermedades mentales y retrasos graves. Puede parecer una tontería, pero a veces se nos olvida tratarlos como a iguales” explica Jaime.