Es la experiencia que ha tenido Marta durante la Semana Santa. También nos cuenta que “muchos no abrían la puerta, pero no hay que perder la esperanza ya que en esto consiste misiones, no siempre va a ser fácil y no por eso hay que rendirse”. Marta es alumna de 2º de bachillerato de Cumbres School.

¿Por qué has ido de misiones en Semana Santa? ¿No tenías más planes? ¿Hay algún mejor plan?

Esta semana Santa, decidí ir a misiones ya que me habían hablado muy bien de ellas y me apetecía vivirla entregándome a los demás como Jesús lo hizo por nosotros. La verdad, después de estos cinco días, no creo que pueda haber un plan mejor para vivir la Semana Santa, aprovechando y disfrutando cada una de las celebraciones y predicando la Palabra de Dios.

Ser misionero en nuestro día a día consiste en entregarte y ponerte al servicio de los demás.

Pero las misiones son para todo el año… ¿qué significa para ti ser misionero también en tu día a día?

Aunque estas misiones hayan durado cinco días, las misiones no acaban al irse, sino que hay que continuar en el día a día predicando con el ejemplo. Ser misionero en nuestro día a día consiste en entregarte y ponerte al servicio de los demás.

¿Nos puedes contar alguna experiencia que hayas vivido esta Semana Santa y que digas: “Quiero volver”?

Una de las experiencias que más me ha marcado ha sido durante el visiteo. El segundo día, mi equipo y yo acabamos visitando la casa de un matrimonio extranjero que llevaba viviendo en España 20 años, los dos solos, sin saber español. Tuvimos la suerte de poder hablar con ellos durante cinco minutos y nos contaron que eran católicos, pero que por sus condiciones de salud y por el idioma no podían ir a Misa. Les ofrecimos la oportunidad de ir al día siguiente junto al P. Manuel Salord, L.C., ya que sabía hablar inglés, a pasar un rato con ellos. Nos acogieron en su casa como si fuéramos parte de su familia y estuvimos durante la mañana hablando con ellos. Lo que más ilusión me hizo fue verlos en la misa al día siguiente.

El Evangelio del Viernes Santo nos enseña que Dios siempre está a nuestro lado ayudándonos en todo lo que necesitamos, incluso en nuestros peores momentos

¿Qué han tenido de particular estas misiones? ¿En qué han consistido?

Las misiones de Semana Santa, en las mañanas, hacemos visiteo, nos dividimos en grupos y, en nuestro caso, cada uno va a un pueblo diferente ya que solo había un párroco para tres pueblos, el P. Andreu. Llamamos a las puertas de las casas para poder invitarles a todos, no solo a las celebraciones del pueblo sino también a algunas actividades con niños que preparábamos. Además, para poder trasmitirles la importancia que tiene esta semana. Muchos de ellos no abrían la puerta, pero no hay que perder la esperanza ya que en esto consiste misiones, no siempre va a ser fácil y no por eso hay que rendirse. Muchos otros te habrían la puerta de sus casas y podías hablar con ellos.

Pero lo que más me ha marcado, ha sido sin duda, ver cómo los días siguientes la gente con la que habías hablado aparecía en las misas o celebraciones. Por las tardes, había distintas actividades, jugábamos con los niños de los pueblos, preparábamos la Vigilia Pascual, Via Crucis, o ratos de convivencia entre nosotros. La verdad, ha sido un regalo poder compartir esta semana acompañada de tantas personas con mucha bondad y ganas de ayudar.

¿Te “llevas puesto” alguna canción, una lectura del evangelio… que te resuene de estas misiones y que nos puedas compartir?

Uno de los evangelios con los que me quedo es el del Viernes Santo, ya que si lo trasladamos a nuestro día a día, podemos darnos cuenta de que Dios siempre está a nuestro lado ayudándonos en todo lo que necesitamos. E incluso en nuestros peores momentos de sufrimiento, hay que abrir nuestros corazones y dejarle entrar.

Por último, me gustaría darle las gracias a todos los que han estado ayudándonos y acogiéndonos día a día, en especial al P. Andreu y a todos los Siervos del Amor de Jesús y María, un grupo que ayudó con el servicio de comidas y muchos aspectos litúrgicos.