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Misiones en México | Mencía: “Los mayas viven pensando en los demás, en qué pueden hacer por el otro”

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“Me apetecía hacer algo con mi vida que me hiciese corresponder un poco con todo lo que se me ha dado a mí, y por eso fui a misiones en Semana Santa el año pasado, y cuando se me ofreció la posibilidad de misiones a México no lo dudé”. Mencía, de 17 años, ha ido de misiones a territorio maya en julio de 2024. Y de su experiencia se lleva la generosidad de mexicanos: “Es algo que me ha sorprendido muchísimo y que no me esperaba encontrar, ya que en teoría los que vamos a entregarnos somos nosotros”.

Estas misiones con Juventud Misionera en México han sido para Mencía profundamente transformadoras tanto por la generosidad de las personas como por la presencia de la Virgen María durante estos días: “En estas misiones, en gran parte gracias a rezar el Rosario, he notado muchísimo su presencia en todo momento. He notado a una madre que me cuidaba y me acompañaba”. Y con ello, toda una experiencia de comunidad: Cristo envía a sus apóstoles de dos en dos: “En compañía, Él nunca nos deja solos, no solo está con nosotros sino que nos manda a personas que nos acercan a su Amor”, nos cuenta esta alumna de bachillerato en Highlands School El Encinar.

 

Jugando con los niños de las comunidades
Jugando con los niños de las comunidades.

 

¿Qué es lo que te animó a ir de misiones a México?

Yo siempre he tenido una vida muy cómoda en la que nunca me ha faltado de nada, y me he sentido en deuda por la cantidad de regalos que Dios me hace cada día. Mi madre siempre dice que en el mundo hay dos tipos de personas: las que han recibido mucho y están en el lado de dar (sea material o espiritualmente), y las que apenas pueden recibir (porque no han tenido tanta suerte, por decirlo de alguna manera). Siempre nos ha dicho que estamos en el lado de dar. Me apetecía hacer algo con mi vida que me hiciese corresponder un poco con todo lo que se me ha dado a mí, y por eso fui a misiones en Semana Santa del 2023, y cuando se me ofreció la posibilidad de participar en la Misión Maya no lo dudé.

Siempre he tenido una vida muy cómoda en la que nunca me ha faltado de nada, y me he sentido en deuda

Mencía, con otros misioneros pintando una casa
Mencía, con otros misioneros pintando una casa.

 

Ir de misiones es también tener un encuentro personal con Cristo, evangelizar y ser evangelizado. ¿Puedes compartirnos tu experiencia misionera?

Yo, de pequeña, sentía una gran admiración por la Virgen María, pero con el paso del tiempo fui teniéndola cada vez menos presente hasta que me hice bastante indiferente. Pero en estas misiones (en gran parte gracias a haber vuelto a rezar el Rosario después de mucho tiempo) he notado muchísimo su presencia en todo momento. He notado a una madre que me cuidaba y me acompañaba.

 

Preparando la comida para los misioneros.
Preparando la comida para los misioneros.

 

¿Qué es lo que más te ha sorprendido de esta experiencia misionera?

Lo que más me ha sorprendido es la generosidad y la entrega de las personas, ha sido impactante ver cómo se desvivían por darnos todo lo que podían ofrecer. Es algo que me ha sorprendido muchísimo y que no me esperaba encontrar, ya que en teoría los que vamos a entregarnos somos nosotros. Pero, al final, ellos en muchas ocasiones se han entregado muchísimo más.

 

¿Qué has visto que necesitan los maya que podemos aportarles?

A los mayas yo creo que les falta (a la mayoría, no a todos) la alegría y esperanza de vivir, porque por mucho que muchos tengan fe, sus problemas les consumen y viven cansados y agobiados. Al haber estado nosotros les hemos llevado una alegría que echan en falta, una alegría infantil que han perdido a lo largo de sus vidas y es tan esencial para vivir.

 

 

¿Y qué tienen ellos que podemos estar necesitando en España?

Ellos tienen una sencillez, un servicio, y una generosidad que nos hace mucha falta. Viven pensando en los demás, en qué pueden hacer por el otro. Una sencillez pura que hace que cualquier detalle les dé la vida. Y una gratitud que les hace apreciar las pequeñas cosas de una manera en la que en España quizás no apreciamos.

 

¿Puedes recomendarnos alguna canción, o un libro, o frase del Evangelio… que te haya resonado especialmente durante estas misiones?

El Evangelio del domingo 14 de julio: “En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce, los envió de dos en dos y les dio poder sobre los espíritus inmundos. Les mandó que no llevaran nada para el camino: ni pan, ni mochila, ni dinero en el cinto, sino únicamente un bastón, sandalias y una sola túnica”.

 

Este evangelio fue el que más me gustó. Y, sobre todo, el que más me concienció, ya que expresa perfectamente cómo lo único que necesitamos en la vida es a Cristo, nada más. También muestra cómo les lleva de dos en dos, en compañía. Él nunca nos deja solos, no solo está con nosotros sino que nos manda a personas que nos acercan a su Amor.

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