Myriam y Julián, padres del futuro diácono Javier Villar: “Siempre hemos confiado en el Señor: si se sentía llamado, debía responder”
LomásRC
En esta entrevista, los padres revelan la importancia de la fe y la generosidad al aceptar la vocación de su hijo, destacando que Javier ha demostrado una gran disposición al escuchar y responder a la llamada de Dios al sacerdocio en los Legionarios de Cristo. Durante estos años, han mantenido una relación cercana con él, pese a la distancia, y destacan la alegría y entusiasmo que se vive en la comunidad del Regnum Christi de Mallorca por esta próxima ordenación.
¿Qué es lo que más se necesita cuando aceptas que tu hijo vaya a un seminario: fe, generosidad, un puntito de locura…?
Los dos somos personas de fe y practicantes, somos conscientes de que los hijos no son totalmente nuestros, que Dios se vale de nosotros para traerlos al mundo y, por tanto, siempre hemos confiado en el Señor, y que si Javi se sentía llamado, debía responder a esa llamada. Por tanto diríamos que es más cuestión de fe, de confianza en la voluntad de Dios.
Al final cada hijo debe seguir su camino, el que elijan, ya sea para contraer matrimonio, ya sea porque desean vivir su vida… Desde que uno tiene un hijo, ya debe aceptar que algún día se irán de casa (seminario, otra ciudad, país…). Así debe ser. Diríamos que en todo caso el que tuvo un punto de locura, como dices, y muchísima generosidad ha sido Javi, pues ha sido él quien ha sabido escuchar la llamada y ha respondido “sí”. Dios sigue llamando, pero no siempre se responde. A veces se ignora esa llamada, lo cual es una lástima, porque si alguien tiene “miedo a perder un hijo o una hija” porque se consagre así a Dios está equivocado. Hablando coloquialmente, se gana mucho más.
Tras 12 años de formación, le decimos que ha llegado la hora de la verdad, que es ahora cuando empieza su misión
¿Cómo ha sido vuestra relación con Javier durante estos años? ¿Hay mucha diferencia respecto a otros hijos a los que los tenéis “todo el día” en casa?
La verdad es que no ha habido mucha diferencia respecto de los hermanos; cuando Javi entró en el seminario, su hermana mayor Rosario ya estaba estudiando en Pamplona y años después la pequeña también se marchó a estudiar el máster a la península. Por ello hemos estado siempre viajando a ver a los tres hijos y hemos fomentado el encuentro personal con cada uno de ellos por separado y también hemos organizado viajes los cinco juntos. Todo lo que hemos podido y ha sido posible, lo cual no siempre resultaba fácil.
Es verdad que los dos primeros años de Javi en el noviciado la comunicación estaba un poco limitada, no disponía de móvil y eso hacía que no nos pudiéramos comunicar con la frecuencia deseada. Eso con los años ha ido cambiando y la relación con Javi ha sido muy fluida. Afortunadamente los avances tecnológicos han facilitado mucho la comunicación y, por otro lado, hemos viajado siempre donde estaba Javi, y eso facilitaba un encuentro más personal, más directo, se fortalecían los lazos familiares y nos permitía como padres participar de su maduración personal y espiritual en conversaciones más de tú a tú.
¿Y cuál diríais que es la satisfacción, la gracia, el don más grande… que sentís al ver que vuestro hijo va a ser ordenado diácono?
Ha sido una formación muy larga y también muy completa y necesaria, por eso, ver que la ordenación diaconal está muy cerca es una satisfacción enorme. Es una demostración de que Dios le llamaba, de que las dudas que pudiera haber en un principio se han disipado y es una realidad. Por otro lado ha sido una gracia enorme para toda la familia.
¿Le decís algo especial a vuestro hijo de cara a la misión que Dios le pone en su camino?
Desde un primer momento, cuando entró en el candidatado y luego en el noviciado y lógicamente estaba todo el camino por recorrer, ya le dijimos que nos tenía siempre, que decidiera lo que decidiera le íbamos a apoyar. Hoy, tras 12 años de formación, le decimos que ha llegado la hora de la verdad, que es ahora cuando empieza su misión. Él es consciente de ello, sabe que no siempre será fácil, pero confiar en la voluntad de Dios es la clave. Por tanto, creo que poco más podemos decirle, salvo el darle las gracias, rezar por él y decirle lo mucho que le queremos.
Poco más podemos decirle, salvo el darle las gracias, rezar por él y decirle lo mucho que le queremos.
Y ¿él os da consejos, os acompaña de alguna forma especial?
Por supuesto que nos acompaña siempre con sus oraciones y eso se nota. Por otro lado, a veces, yo le he preguntado sobre temas concretos de práctica espiritual, sobre formación, libros de lectura, películas, música y siempre nos responde lo que más nos puede ayudar. Los legionarios tienen una vasta formación académica e intelectual, y además Javi siempre ha sido muy inquieto y eso ha hecho que esté en continúa búsqueda.
¿Qué significa para el Regnum Christi de Mallorca que se vaya a ordenar diácono uno de los suyos, y además en su propia tierra y en su propia catedral?
La verdad es que se percibe mucha alegría y entusiasmo entre los miembros del Regnum Christi de Mallorca y en general entre nuestros amigos, conocidos y compañeros. Todos quieren asistir y nos insisten en que les avisemos de la celebración. Como miembro desearía que si es voluntad de Dios, los frutos de la ordenación diaconal sean visibles a nivel de Regnum Christi y pueda haber nuevas incorporaciones.
La Catedral de Palma es un escenario sin igual por su belleza y por lo que supone para los residentes de esta ciudad. Es un lugar muy nuestro al que hemos asistido en muchas ocasiones por diferentes motivos. Sin ir más lejos, este año en la Vigilia de Pascua, como catequistas participamos de la celebración de los sacramentos de iniciación de los catecúmenos que hemos preparado. Que en breve sea nuestro hijo quien se ordene en ese mismo templo es una alegría y satisfacción enorme.
¿Qué les diríais a unos padres de familia con un hijo que siente interés por la vocación sacerdotal?
Lo primero de todo les felicitaríamos, les daríamos la enhorabuena por ese gran favor que Dios les concede. Les diríamos que no tengan miedo, que confíen en su hijo y si son creyentes, que confíen y se abandonen a la voluntad de Dios, que nunca defrauda.
¿Nos podéis recomendar algún libro, o alguna oración, o un pasaje del Evangelio… que os resuene cuando veis a Javier a punto de ordenarse diácono?
Recomendar no sabríamos, pero el primer pasaje que se nos viene a la mente es el que dice: “La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies” (Mt 9, 37-38). En cuanto a la oración sería la oración del Padre Nuestro, especialmente cuando rezamos, “hágase tu voluntad”.
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