Orientación universitaria y profesional | Miguel Valentín-Gamazo: “Cada alumno tiene sus talentos, su modo de hacer las cosas, su modo de aportar algo positivo al mundo”
LomásRC
En los Colegios Regnum Christi, y en Highlands School El Encinar donde trabaja Valentín-Gamazo, “desde el Departamento de orientación se toman medidas estandarizadas, como la realización de pruebas de orientación vocacional o de medición de intereses y aptitudes, pero donde el colegio marca la diferencia es en el ‘qué-pasa-después’ de esas pruebas”. Para personalizar la toma de decisión respecto a la vocación, el alumno cuenta con el Departamento de Orientación, así como todo un equipo de acompañamiento integral. Entre ellos “profesores, responsables de formación humana, tutores, pastoral, y, por supuesto, los orientadores, entendemos que esa es la esencia de nuestra labor en el colegio: ser agentes que ofrezcan a los alumnos la oportunidad de conocerse y aceptarse, y, juntos, tratar de esclarecer cuáles serán los siguientes pasos que dar, eso sí, desde una perspectiva integral, no sólo referido a los estudios del próximo curso”.
Desde tu experiencia, ¿cuál dirías que es la responsabilidad de los colegios Regnum Christi a la hora de apoyar a los alumnos a escoger una carrera universitaria?
Considero que cualquiera de nuestros colegios tiene un doble papel fundamental en este proceso: en primer lugar, tratar de sacarles de la vorágine informativa que existe al respecto. Es clave “reorientarlos” de algún modo para que entiendan que es un proceso que debe partir del interior de la persona. Y no al revés: cada uno tiene sus talentos, su particular modo de hacer las cosas, y, por tanto, un modo genuino de aportar algo positivo al mundo.
Es responsabilidad de cada alumno, por tanto, definir cómo quiere que sea su futuro o, en palabras de Ken Robinson, descubrir y definir cuál es “su elemento” y, después, buscar la vía para labrarse un camino que le conduzca hasta él. De no hacerse así, es fácil caer en el automatismo de estudiar lo que esté de moda en ese momento, u optar por lo que vayan a hacer los amigos, o, incluso, lo que satisfaga la expectativa de los padres.
En segundo lugar, creo que ponerse a la altura del alumno y transmitirle lo más claramente posible que, pese a ser un proceso que empieza y acaba en cada uno, no es una decisión que se tenga que tomar sólo. Diría que eso es lo que nos hace diferenciales en El Encinar, y seguro que es así también en el resto de los colegios Regnum Christi. Entendemos que la vocación, que al final es a lo que nos referimos, no se descubre de pronto. Se debe ir fraguando poco a poco, trabajando mucho con los alumnos el autoconocimiento, la asunción de sus virtudes y la aceptación de sus defectos, para que, llegado el momento, se pueda aplicar ese filtro a la hora de escoger qué camino quiere seguir cada uno.
No puedo evitar pensar que tener tantas opciones de estudios universitarios, lejos de ser una ayuda, puede resultar abrumador.
¿Cuáles son los desafíos más comunes que enfrentan los estudiantes al decidir su futuro académico y profesional?
Escoger una carrera universitaria es una tarea complicada: crece exponencialmente el número de planes de estudios en los últimos años, y, como resultado, tenemos un sistema educativo que oferta programas cada día más complejos y, en ocasiones, entremezclados. Años atrás, uno escogía derecho, o ingeniería, o medicina… Ahora esa “o” se sustituye en muchas ocasiones por una “y”, vinculando áreas en otro momento diferenciadas en la universidad como puedan ser, por ejemplo, la ingeniería y la administración de empresas. Seguro que todo está pensado para que los programas resulten más completos y atractivos, pero no puedo evitar pensar que tener tantas opciones, lejos de ser visto como una ayuda, puede resultar abrumador.
Como decía, es un proceso muy complejo, con muchos desafíos. Si he de destacar un único factor, me inclinaría por el coste de oportunidad. El hecho de tener que decantarse por una opción y renunciar a las demás, suele generar mucha inseguridad a más de uno: ¿y si me estoy equivocando? ¿Y si voy a estar mejor en otro sitio? “Y si”, tras “y si”, va creciendo una incertidumbre que hace que, en muchas ocasiones, o deleguen la toma de decisión en sus padres o amigos, o escojan “por escoger”, dando lugar a mucha itinerancia entre grados universitarios durante los primeros años de carrera.
En un mundo laboral en constante cambio, ¿qué medidas toma el colegio para mantener actualizada la información sobre las tendencias y demandas del mercado laboral que se presenta a los alumnos?
Honestamente, estar al día de las últimas ofertas formativas es una tarea que resulta en muchas ocasiones inabarcable por uno mismo. Por ello, nuestro Departamento de Orientación, al margen de la documentación e investigación que se hace a título particular, se apoya mucho en las universidades públicas y privadas más demandadas por nuestros alumnos para generar oportunidades de encuentro donde los alumnos puedan conocer de primera mano las propuestas de cada universidad.
Ejemplos de estas acciones serían las visitas a las propias universidades o, como ha sido este año, la celebración de una feria universitaria en el colegio. A este evento han acudido no sólo universidades propiamente. También participan otras entidades vinculadas a la formación universitaria, como agencias de orientación para estudios internacionales y otras dedicadas a la generación de oportunidades para la obtención de becas nacionales e internacionales a través de la potenciación del perfil competencial de los alumnos.
El Work Experience y la Mesa de Profesionales son dos de las ayudas que facilita el colegio para la decisión vocacional
¿Cómo se abordan en el colegio las diferencias individuales de los alumnos en términos de intereses, habilidades y aspiraciones, y cómo se personaliza la orientación vocacional para cada uno de ellos?
Como mencionaba anteriormente, en el colegio se tiene claro que el camino de cada alumno, su vocación, es particular y genuino. Puede parecer que la orientación vocacional es un área estrictamente vinculada al Departamento de Orientación. Por ello, aunque desde el Departamento se toman medidas estandarizadas, como la realización de pruebas de orientación vocacional o de medición de intereses y aptitudes, donde el colegio marca la diferencia es en el “qué-pasa-después” de esas pruebas.
Para individualizar y personalizar la toma de decisión respecto a la vocación, el colegio pone a disposición del alumnado no sólo al Departamento de Orientación, sino a todo un equipo de acompañamiento integral. Por tanto, somos muchos agentes quienes, a lo largo de la trayectoria escolar de nuestros alumnos, y especialmente en los últimos cursos, trabajamos esas áreas desde el acompañamiento personal.
Profesores, responsables de formación humana, tutores, pastoral, y, por supuesto, los orientadores, entendemos que esa es la esencia de nuestra labor en el colegio: ser agentes que ofrezcan a los alumnos la oportunidad de conocerse y aceptarse, y, juntos, tratar de esclarecer cuáles serán los siguientes pasos que dar, eso sí, desde una perspectiva integral, no sólo referido a los estudios del próximo curso.
¿Qué papel juegan los programas de mentoría y las experiencias prácticas o visitas a universidades, en la preparación de los estudiantes para la elección de su carrera universitaria?
Nuestro colegio dispone de un itinerario formativo, un plan de acción tutorial, que enmarca la formación humana extraacadémica, además del acompañamiento personal que mencioné anteriormente.
Ya mencioné el papel colaborador que juegan las universidades en el proceso de la orientación vocacional. Sin embargo, en lo relativo a las experiencias prácticas, quiero recalcar que son fundamentales para nosotros. En este sentido, creo que se debe remarcar el foco que ponemos en que los alumnos cuenten no sólo con la información teórica respecto a una profesión o una carrera, sino que tratamos de que puedan palparla en la medida de lo posible.
Para ello, ya en Bachillerato, organizamos dos eventos que creemos que son diferenciales: por un lado, la Work Experience y la Mesa de Profesionales. El primero de ellos consiste en una semana de observación del entorno profesional que ellos escojan y se pongan en la piel de la futura profesión a la que aspiran. La Mesa de Profesionales, por su parte, consiste en lo contrario: acercarles la historia, la experiencia, de profesionales de prestigio, no con el fin, como podría quizás suponerse, de fascinarlos con los cargos que ostentan. Al contrario: se trata de hacerles conocedores de los pasos que ha ido dando cada uno de estos profesionales para llegar a estar donde están a día de hoy: qué decisiones tomaron, dónde se equivocaron, qué aprendieron en cada etapa, qué valoran más en su día a día como profesionales y un largo etcétera.
Estas dos actividades les ayudan especialmente a ajustar las ideas que generalmente tienen de lo que es una determinada profesión y, lo más valioso, contrastarla con su propia vida: en muchas ocasiones, ven sus intuiciones reafirmadas. En otras muchas, les supone un despertar y descubren que tienen que reconducirse. Sea el primer escenario o el segundo, nosotros seguimos con la mano tendida, para contribuir, en la medida que cada uno necesite, a dar el siguiente paso con toda la firmeza y convicción posibles.
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