Con esta imagen, explica el P. Michael,  se busca «transmitir el misterio de la salvación, de encuentro con Cristo, con el Señor, con la Virgen». Además, describe que esta mirada de María, en el icono, es de compasión: «cuando contemplo el icono me siento interpelado en mi dolor a ser acogido en ella».

¿Por qué se dice ‘escribir’ el icono, en vez de ‘pintar’?

Se ‘escribe’ porque es palabra escrita hecha imagen. El iconógrafo normalmente toma un misterio de la salvación o de la escritura y luego en la oración lo traduce en imagen. Por eso se dice que se escribe el icono. En la imagen se busca transmitir este mensaje, este símbolo. Por eso se dice que es palabra escrita… No porque haya palabras escritas ahí, sino porque ha sido una palabra pronunciada en tu interior, que luego viene traducida en una imagen. Y con la imagen se busca transmitir esta experiencia, este misterio de la salvación, de encuentro con Cristo, con el Señor, con la Virgen.

¿Cuál es el pasaje de la escritura que has escrito?

La Virgen de Vladimir, para mí es la madre de la ternura: en este icono Jesús mira a la madre, y mientras, María te mira a ti, que estás mirando el icono. Y esa mirada de María es triste, pero con un sentido, porque te mira a ti cuando estás experimentando tu tristeza, tu dolor, tu lucha, tu batalla. Cuando la contemplas, ves su tristeza y dolor, pero te quiere hacer experimentar el abrazo y la ternura del niño; por eso es la madre de la ternura, porque el niño trata con ternura a la madre, y tú en la madre, te sientes acogido.

“Cuando la contemplas, ves su tristeza y dolor, pero te quiere hacer experimentar el abrazo y la ternura del niño”

¿Y por qué has elegido este icono?

He elegido este icono porque en un retiro de sanación recibí una consolación muy fuerte: dentro de las dinámicas que había, me sentí acogido dentro del vientre de María. Y esto me conmovió mucho.

También por mi historia personal y por la historia de mi ordenación sacerdotal. Cuando llegué a Roma, fui a la Basílica de Santa María la Mayor y le dije a la Virgen de la Paz: “si tú me concedes la gracia de la perseverancia, aquí celebraré mi primera Misa”. Cuando llegó el momento de reservar la Misa fue un poco complicado por burocracia italiana de basílicas, pero finalmente logré celebrar la misa en la basílica de Santa María de la Mayor, en el altar papal.
¡Y luego resultó que nuestras ordenaciones fueron también en Santa María de la Mayor! Para mí esto fue un regalazo… Estaba pensando en hacer un regalo a María, y era ella la que me lo estaba devolviendo por doble.

“Me vino muy fuerte al corazón: ‘nunca escapas de mi mirada’. Para mí fue una experiencia muy fuerte de Cristo” 

También en la ordenación, cuando miré el icono de María de Santa María de la Mayor, me vino muy fuerte al corazón: “nunca escapas de mi mirada”. Para mí fue una experiencia muy fuerte de Cristo.

Después de esta consolación, en una hora santa en Almagro, fue curioso, porque estaba en oración y me vino un deseo de que una chica rezase por mí. Entonces le dije al Señor: “Mira Señor, si esto es algo que viene de ti, tú lo suscitas en ella, yo no le voy a decir nada”. Y esta persona se acercó a mí y se puso a rezar por mí. Y después me dijo: “Me viene muy fuerte el rostro de María, sonriente, que dice: ‘este es mi hijo que ha salido de mis entrañas’”. Para mí fue una confirmación fuerte.
Además, esta mirada de María, en el icono, es de compasión. Cuando contemplo el icono me siento interpelado en mi dolor a ser acogido en ella. Y ahí, en ese dolor, siento que ella me hace experimentar la ternura del niño Jesús hacia conmigo.

¿Quién te revela en la contemplación las cosas inscritas en este icono?

El Espíritu Santo. De hecho, hay un autor, Jean Corbon, que define al Espíritu Santo como ‘el iconógrafo de Cristo en nuestra alma’. En la oración, el Espíritu es el que te manifiesta el misterio escondido en las cosas. Por ejemplo, tú puedes contemplar un atardecer y decir simplemente: “¡Qué bellos colores!”, porque te quedas en la parte visible. Sin embargo, el Espíritu Santo pone en tu alma: “¡Qué grande es Dios! ¡Qué creativo, qué bello!”. ¿Por qué? Porque te pone en contacto con lo invisible.

“En la oración, el Espíritu es el que te manifiesta el misterio escondido en las cosas. ¿Por qué? Porque te pone en contacto con lo invisible” 

¿Y cómo se hace este icono?

Depende… El tiempo depende del icono que estás haciendo. Y el icono depende del tamaño de la tabla y a lo mejor también de la complejidad de lo que transmite. Con este estuve unas 30 horas, más o menos. Sin contar las horas de preparación de la tabla, porque también es todo un proceso muy largo…

Lo primero que se hace es la luz, por lo tanto, en la tabla, el oro es lo primero que se hace: el fondo dorado es lo primero. En este oro se pone una capa de arcilla de Armenia, que es tierra, arcilla, que se pone en la parte de abajo. Esto es muy interesante porque es el sentido de que el hombre que ha sido creado por la arcilla y el soplo de Dios, y siendo cubierto de oro: el símbolo de la gloria de Dios en la iconografía.

¿Qué materiales has utilizado para escribir el icono?

Todo lo que se usa en el icono es natural, es de la creación, porque la idea es que toda la creación viene a dar gloria a Dios. Entonces el pincel está hecho de pelo de ardilla, los pigmentos son de minerales o de plantas que luego se mezclan con la yema de huevo…  El tratamiento de la tabla es muy interesante también, porque la tabla hay que elegirla bien. Hay que elegirla por su dureza, por su resina…

Normalmente la tabla que viene sacada de un tronco de un árbol tiene muchas líneas, entonces, hay que elegir cuáles son las líneas que quieres, es decir, tienes que buscar cuál es la dirección de la fibra.

“Todo lo que se usa en el icono es natural, es de la creación, porque la idea es que toda la creación viene a dar gloria a Dios”

¿Y qué vas a hacer ahora con este icono?

Lo he bendecido hace unos días, ¡y lo tendré en mi habitación!

¿Vas a empezar a escribir algún icono nuevo?

Sí, el de la resurrección. También es muy importante para mí, porque en mi experiencia espiritual ha sido una revolución el descubrir lo que significa la vida nueva para nosotros.

 

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