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Pero ¿cuál es realmente el origen del árbol de Navidad?

Sampler, 1809. Copy: The Met Museum. From the Collection of Mrs. Lathrop Colgate Harper, Bequest of Mabel Herbert Harper, 1957

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Junto al belén, forma parte de nuestra tradición decorativa el árbol de Navidad. Ambienta espacios públicos y hogares en todo el mundo. ¿Pero cómo surge esta tradición? ¿De dónde viene el árbol de Navidad? En el libro “El manual de Navidad de Oxford”, de la Oxford University Press, David Bertaina, profesor de Historia en la Universidad de Illinois Springfield, publica un artículo donde nos descubre el origen del árbol de Navidad, vinculado profundamente a la historia de la salvación. Y no: no son ni san Bonifacio ni Martin Lutero el origen del mismo. ¿Cuál es entonces el origen del árbol de Navidad?

El origen del árbol de Navidad no es la leyenda de san Bonifacio

David Bertaina explica que algunas leyendas vinculan el origen del árbol de Navidad con san Bonifacio de Maguncia, santo anglosajón que evangelizó a los pueblos germanos. La historia cuenta que Bonifacio vio a unos bárbaros que adoraban al dios Thor a través de un roble, y que cuando vio esto cogió un hacha, cortó el árbol y usó la madera para hacer una capilla. David Bertaina precisa que los textos originales no mencionan ni la época del año en que lo hizo, ni que sustituyera el cortado por uno perenne, ni alguna palabra de San Bonifacio que vinculase este hecho con la Navidad.

El árbol de Navidad tampoco es una inspiración de Lutero

Otra leyenda habla de que fue Martín Lutero el pionero en adornar el árbol con luces inspirado al ver un cielo estrellado mientras paseaba. Le llamó tanto la atención que lo quiso recrear en casa. David Bertaina explica que esta leyenda nació en los años 90, siglos después de que los árboles empezaran a usarse y de que naciera esta tradición de otra explicación que, para Bertaina, es la más probable y fundamentada.

Foto de Anita Austvika para Unsphash+

Es una evolución del árbol del Paraíso en una tradición litúrgica medieval 

Para David Bertaina, lo más probable es que nuestro árbol de Navidad entronque con una tradición litúrgica medieval, del siglo XII.

 

 

Era una tradición de las iglesias católicas orientales, que celebraban el 24 de diciembre el día de Adán y Eva. Aunque en el rito latino no se incorpora esta festividad, sí empieza a difundirse en el siglo XII la costumbre de representar pequeñas obras de teatro sobre Adán y Eva y su expulsión del Paraíso. Estas obras se llamaban Mystery Play, y se representaban la víspera de Navidad para recordar que Jesús nacía para salvar a los hombres y devolverles a la felicidad de la amistad con Dios que gozaban en el Edén.

 

En el escenario se colocaba un árbol que representaba el árbol del Paraíso mencionado en el Génesis 2, 9. Del árbol se colgaban manzanas para simbolizar la desobediencia del hombre y obleas redondas de hojaldre para representar la Eucaristía como camino de salvación.

 

El historiador David Bertaina describe cómo, después de la actuación, el actor que interpretaba a Adán desfilaba con este árbol por las calles del lugar. El árbol representaba la humanidad herida, pero también el árbol de la cruz a través de la que Jesús había realizado la salvación de todos los hombres.

 

 

Del escenario a las tiendas, a las plazas y a las casas

“Los gremios medievales buscaban patrocinar estas obras de teatro para aumentar su prestigio en la comunidad”, explica David Bertaina, lo que hizo que el Árbol del Paraíso se convirtiera no solo en un elemento de atrezo teatral, sino también en una especie de escaparate ornamentado para los comercios. Bertaina explica la evolución, y recoge algunas referencias de árboles decorados por los comerciantes a partir de comienzos del siglo XVI que van desde árboles de panaderos, en hospitales, o frente al ayuntamiento de los que colgaban además de manzanas y obleas, panes, oropel, hilos, nueces, flores de papel…:

 

“Ya en 1419, un gremio de panaderos de Friburgo hace referencia a un árbol en el Hospital local del Espíritu Santo decorado con manzanas, hostias, pan de jengibre y oropel (Brunner 2012: 3). En 1441 se instaló un árbol frente al ayuntamiento de Tallin, Estonia. En 1444, en Londres, se instaló un estandarte en una plaza con acebo y hiedra en Navidad (Bowler 2000: 227). Existen referencias a árboles decorados con manzanas, hilo y paja en Riga, Letonia, en 1510 y en Reval, Estonia, en 1514, también creados por gremios de comerciantes. En 1570, en Bremen, un gremio instaló un árbol en su salón, lleno de manzanas, nueces, pretzels y flores de papel (Brunner 2012: 5)”.

 

Sin embargo, ninguno de estos árboles estaba todavía dedicado a la Navidad en el hogar.

¿Cuándo llega el árbol de Navidad a los hogares?

Según David Bertaina, la referencia más segura que se tiene de un árbol del Paraíso utilizado en Navidad para la decoración de los hogares proviene de las tierras de habla alemana de la región de Alsacia en el siglo XVI. Coincide en fechas con la prohibición de representar los Mystery Play:

 

“Hay una referencia en 1531 a árboles de hoja perenne que se vendían en los mercados de esa región y luego se llevaban a casa (Snyder 1976: 11). La catedral de Estrasburgo también exhibió un árbol (Tannenbaum’) en 1539. Otras evidencias sugieren que los árboles eran populares, como cuando Friburgo prohibió a los ciudadanos talarlos en 1554. En 1561, un decreto en la región de Alsacia permitía a la gente cortar árboles siempre que no tuvieran más de ocho zapatos de largo (unos 4 pies de altura), lo que indica que los árboles más pequeños eran populares para uso personal en el hogar (Brunner 2012: 6). En 1605, en Estrasburgo, una fuente señala que los lugareños ponían abetos en sus casas y las decoraban con rosas de papel, manzanas, obleas planas, caramelos dorados y figuritas de azúcar (Snyder 1976: 13). 

De Cristo, de luz, de la vida, de Navidad…: El nombre del árbol

En Durkheim en 1611 se intentó prohibir que al árbol se le llamase «árbol de Navidad». El artículo de David Bertaina lo refiere, y menciona también cómo en Alemania había una gran variedad de nombres para referirse al árbol: árbol de Cristo, abeto, árbol de luz, árbol de la vida, manifestándose “las múltiples capas de significado” que inspira un árbol de Navidad, “ya sea que esté ubicado en Rockefeller Place en Nueva York o en la Plaza de San Pedro en el Vaticano”. Respecto a este último, Bertaina recoge una cita de Juan Pablo II sobre el significado del árbol de Navidad:

“Junto al pesebre, el árbol de Navidad, con sus luces centelleantes, nos recuerda que con el nacimiento de Jesús el árbol de la vida ha rebrotado en el desierto de la humanidad. El pesebre y el árbol: símbolos preciosos que transmiten en el tiempo el verdadero sentido de la Navidad (Juan Pablo II 2003).

The Oxford Handbook of Christmas
editado por Timothy Larsen

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