• Es el momento en el que te reconoces absolutamente amado y que decides responder con toda tu vida. Cambia todo. Pero hay que ponerse las gafas de la fe para verlo.
• Estos años, desde la primera profesión de votos, han sido años para seguir creciendo en el amor al Señor, para seguir conociéndome a mí mismo y para seguir conociendo el Regnum Christi.

El H. Javier Villar, L.C., ha sido miembro del ECyD de Palma de Mallorca, más tarde laico del Regnum Christi y desde hace algo más de 10 años, legionario de Cristo. En este proceso ha llegado a uno de los momentos más importantes de su vida, la emisión de votos perpetuos, aunque a veces puede pasar desapercibido porque para los legionarios el camino sigue hasta la ordenación sacerdotal. “Cuando después de estos años de andadura juntos, ves que Él te hace feliz y que te invita a seguirle en esta familia a la que amas, entonces es el momento de dar el sí definitivo”, nos explica en esta entrevista el H. Javier.

Profesión perpetua… ¿qué significa eso en su vida de religioso?

Es el momento del sí definitivo. Como en toda relación que culmina con una entrega total, es bueno que haya un periodo que podríamos decir “de prueba”. En realidad es mucho más que una prueba, pero así nos entendemos. Estos años, desde la primera profesión de votos, han sido años para seguir creciendo en el amor al Señor, para seguir conociéndome a mí mismo y para seguir conociendo el Regnum Christi. Cuando después de estos años de andadura juntos, ves que Él te hace feliz y que te invita a seguirle en esta familia a la que amas, entonces es el momento de dar el sí definitivo, de abrazar esta vocación con todo el corazón.

¿Con qué la compararíamos? ¿Con la petición de mano a una novia? ¿De verdad el Señor se acerca a Usted y le pide una relación y un compromiso de por vida y por amor?

¡Es complicado! Lógicamente, no hay una metáfora perfecta. Pero más que la pedida de mano, lo compararía más bien a la boda misma. Es verdad que luego, en el caso de los legionarios, recibiremos, si Dios quiere, el sacramento de la ordenación diaconal y luego la sacerdotal. Gran misterio, precioso. Y como es algo tan especial, a veces podemos pecar de dejar un poco en la sombra lo que significa este día. Desde la perspectiva de la consagración a Dios, hoy es el día de la entrega total, independientemente de que después vaya a venir el sacerdocio. Por lo tanto, me atrevería a decir que el día de los votos perpetuos, es el día de la boda. ¡La pedida de mano, fue hace muuuchos años!

 

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¿Qué va a cambiar en su vida después de decir que ‘sí’?

Como decía antes, no hay una metáfora perfecta. En verdad, cuando una pareja se casa, empiezan una aventura totalmente nueva juntos. En el caso de los votos perpetuos, mi vida sigue igual si lo vemos desde una perspectiva más del día a día. Por otro lado, el darle tu vida entera a una persona, a Dios, lo cambia todo. Es el momento en el que te reconoces absolutamente amado y que decides responder con toda tu vida. Cambia todo. Pero hay que ponerse las gafas de la fe para verlo.