Santiago Silgo, uno de estos responsables nos explica que la convivencia ha sido un salto en la vidas de los niños, pero también “de nosotros, los responsables, al ser conscientes que estos chicos son miembros del ECYD, tras hacer su alianza, y por eso son ejemplo para muchos, y que nosotros tenemos la misión de guiarlos junto al Padre para cambiar el mundo”.

José Luis Guerrero, alumno de 1º de bachillerato de Highlands School Sevilla y también responsable de uno de los grupos, nos cuenta que “la Alianza es la respuesta libre y personal a la pregunta que Dios nos hace en nuestro corazón: ‘Si queremos ser sus amigos”. Él recuerda como, cuando hizo su alianza, “fue un punto de inflexión: dejé de ver a Dios como un ser apartado para acercarme a Él y comenzar a tener encuentros muy fuertes con El”. Empezó a madurar esa relación y “comencé a contarle mis preocupaciones y temores, alegrías, emociones. A pedirle y a darle gracias por todo y siempre ha estado ahí para ayudarme y escucharme”.

Otro de los responsables del grupo, Gonzalo Torrico, nos explica que “como responsable es gratificante ver como los niños dejan de ‘participar del ECYD’ y comienzan a ‘ser parte del ECYD”. De hecho, añade: “Me ha encantado verles con una actitud de recogimiento siendo conscientes de lo que estaban haciendo, de lo que estaban recibiendo, que era la alianza con Cristo”. En concreto, a Gonzalo le impresionó “verles dar el beso a la Cruz al recibirla, fue ver que ya son amigos de Cristo y a que van a estar con Él para la misión que les tenga”.