Regnum Christi Barcelona | Entrevista al equipo de señoras más veterano: “Todo ha cambiado mucho, en los retiros no conocemos a casi nadie: buena señal: ¡sangre nueva!”
LomásRC
¿Cómo conocisteis el Regnum Christi?
Dolores: Lo conocí a través de mi hijo, que iba al club de chicos del ECYD en corazonistas. Un día me dijo que quería ir a Salamanca a hacer el pre-candidatado para ver si entraba en el seminario, y empecé a investigar, hasta que conocí el Regnum Christi.
Teresa: Lo conocí también a través de uno de mis hijos. Iba al ECYD en su colegio y un día me habló de unos ejercicios espirituales para señoras, por si me interesaba ir. Los hice y me gustó mucho. Me contaron que se reunían cada quince días, y decidí unirme. Yo tenía inquietudes, y en el Regnum Christi encontré mi lugar.
Luisa: Una amiga mía me comentó que la habían invitado a un Encuentro y que no quería ir sola. Finalmente, ella no volvió más, y yo me quedé.
Mª Lourdes: Yo lo conocí a raíz de un viaje que se hizo a Tierra Santa. Me hice amiga de unas cuantas y ya no me separé más.
De apostolado hemos hecho de todo lo que se pudiese necesitar: desde catequesis a conciertos de Navidad
¿En qué habéis trabajado apostólicamente en Barcelona?
En muchísimas cosas. Haciendo catequesis en parroquias, cosiendo albas y casullas, preparando comida para los sacerdotes, haciendo voluntariado en centros de personas con minusvalía, en residencias de ancianos, rastrillos de productos de segunda mano… Hacíamos de todo lo que se pudiese necesitar. Organizábamos campeonatos de dominó y de bridge, conciertos de Navidad, cenas con sorteos… ¡y muchas más cosas que ya no recordamos!
¿Cómo veis el Regnum Christi hoy en comparación con el que visteis al principio?
Al principio, todos nos conocíamos. Era muy familiar, no había tanta gente. No había internet, y entonces tenías que llamar por teléfono, quedar a tomar un café… era otra historia. Al haber menos gente, los sacerdotes estaban mucho más disponibles. Antes de cada encuentro teníamos Misa y luego siempre teníamos un sacerdote que se quedaba con nosotras en el encuentro. Además, las formaciones las recibíamos por equipos. Teníamos una formación solamente para nosotras.
Los primeros encuentros los hacíamos en la casa de las consagradas, que nos dejaban una sala para que pudiéramos reunirnos, y luego fuimos cambiando de sitio hasta llegar a este edificio. Empezamos un grupo de unas siete, y crecimos hasta ser 14, ¡no cabíamos! Ahora solamente quedamos cuatro. Ahora todo ha cambiado mucho, cuando vamos a los retiros no conocemos a casi nadie, pero es una buena señal. ¡Sangre nueva!
Al principio, todos nos conocíamos. Era muy familiar, no había tanta gente. No había internet, y entonces tenías que llamar por teléfono, quedar a tomar un café… era otra historia
¿Cómo es vuestra vida de Reino hoy en día?
Hacemos encuentro, venimos a retiros y a formación, y también venimos a adoración cada martes.
¿Qué cosas habéis aprendido de vivir la amistad entre mujeres en el Regnum Christi?
Dolores: La amistad con ellas es distinta. Se puede hablar de todo porque sé que me entienden. Puedo hablar de religión, política, de todo. Son mis amigas espirituales.
¿En qué momentos de la vida os ha costado más haceros mayores?
Hacerte mayor es una cosa paulatina. Si una persona no se encuentra mal a pesar de su edad, puede hacer cosas, no tiene enfermedades y puede llevar una vida normal… no se da cuenta de que es mayor. A mí me pasa esto. Pero cuando uno tiene una dificultad, entonces se da cuenta de la edad que tiene. Es un tema del físico, porque el espíritu siempre será joven.
Teresa: Yo me di cuenta de que era vieja cuando me miré en el espejo y dije: ¿quién es esa vieja que me está mirando? Ja, ja, ja… porque yo por dentro no me sentía vieja.
Tenemos una compañera, Pilar Cortés, que físicamente está muy mal, va en silla de ruedas, torcida… pero cuando hacemos una comida de equipo viene ella con la cuidadora y la silla de ruedas. La ilusión de poder venir la mueve a ella a salir, en su situación y es un ejemplo para nosotras.
¿De qué manera la relación con Jesús ha iluminado vuestra vida?
Teresa: Yo fui maestra hasta que me casé, y el primer pueblo donde me tocó ir tenía amigas creyentes, pero luego me tocó ir a otro con gente un poco más rústica, donde me sentía sola, pero siempre mi pensamiento era “Dios está conmigo en el sagrario”.
Dolores: Jesús me ha ayudado siempre, en cada momento y etapa de mi vida. Siempre ha estado ahí.
¿Un consejo para un joven de 20 años?
Teresa: Hay algo más de lo que tú buscas. Tendrías que empezar por ser generoso, olvidarte un poco de ti mismo y pensar en los demás.
Luisa: Siempre hay que seguir adelante, hay muchas puertas que abrir. En unas te encontrarás cosas buenas, en otras malas, pero lo malo pasa rápido, y lo bueno también. Hay que seguir siempre hacia adelante y no perder nunca la esperanza en un futuro mejor.
¿Podrías decir, en una frase, cómo ves hoy el momento de cruzar el umbral hacia la vida eterna?
Teresa: Puedo decir: misión cumplida. Todo lo que tenía que hacer en esta vida, ya lo he hecho. Cuando Dios me llame, espero su misericordia.
Dolores: Espero que la misericordia de Dios se apiade de nosotros, hayamos hecho mejor o peor, que Dios nos perdone y nos reciba.
Luisa: Que mientras pueda echar una mano me deje aquí, y luego, me iré a casa de un amigo.
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