Hemos hablado con uno de los asistentes, Diego, que nos cuenta que tiene cinco hermanos y nos reconoce que tuvo alguna dificultad para encontrar silencio en su casa, aunque esto no le hizo desconectar:
“Dios, y esto lo tengo clarísimo, puede llegar a los lugares que uno jamás se imagina. En un lugar tan habitual como es tu casa, tu cuarto, tu mesa de estudio… noté que estaba allí Él más presente que nunca”, explica Diego. De hecho “hemos comprobado cómo el COVID no ha sido un impedimento para reunirnos en nombre de Dios”, explica.
Este retiro lo ha vivido como un recordatorio y una muestra del amor de Dios: “La mayoría de veces solo tenemos ojos para todo lo malo que nos esta sucediendo: que si no te dejan salir a ver a tus amigos, que no puedes salir de tu municipio, que te toca estar encerrado en casa, etc…
Y, sinceramente, este retiro lo he vivido como un recordatorio. Un recordatorio de Dios diciéndome que Él nunca me va a abandonar, que deje todo en sus manos porque siempre va a estar ahí junto a mí. Me recordó lo importante que es tenerle a mi lado en el día a día”, explica Diego.
Qué importante, y difícil muchas veces, es eso: dejarte ayudar
Diego reconoce que es muy difícil dejarnos ayudar, sobre todo en esta situación: “A veces nos olvidamos de que no estamos solos y de que es Dios quien te extiende la mano en situaciones de máxima dificultad. Cuando te estás ahogando estás tan centrado en no ahogarte que no vemos la mano que está ahí esperando a que nos dejemos ayudar. Qué importante, y difícil muchas veces, es eso: dejarte ayudar por Dios”, explica Diego.