Durante la jornada, pudieron rezar el rosario, participar en una adoración eucarística y asistir a las charlas. El retiro ha sido dirigido por el P. Alexis Gatica, L.C., y Mónica Ortiz de Montellano.

María Godoy fue una de las jóvenes que participó en este retiro. María conoció el Regnum Christi al hacer prácticas en el colegio Highlands School Sevilla. “Gracias a unos miembros de RC, empecé a asistir a través de Zoom a las reuniones de jóvenes que se hacen semanalmente, conocidas como “Encuentros con Cristo”. De ahí surgió mi participación en este retiro online con otros jóvenes”, explica María. También explica que estaba necesitada de este encuentro: “Terminé muy feliz, llena del Espíritu Santo y con mucha paz. Una paz que solo viene de Dios”, comenta. 

María nos explica que, a pesar de ser un encuentro inusual por hacer online, hubo muy buena organización. “Me ayudó mucho que se comenzara el retiro enfocando al Sagrario, para entrar en un clima de recogimiento y oración”, explica. Además, reconoce que la cámara del dispositivo puede crear distracciones o ayudar “dependiendo siempre de la persona e intenciones”. “Es verdad que, cuando el retiro es presencial, uno no está enfrente de los demás todo el tiempo como ocurre en este caso. Se debe tener claro y presente en todo momento cuál es el propósito de estar ahí”, comenta. También, afirma que «el Rosario en grupo fue muy enriquecedor, ya que pudimos interactuar y se vivió de una forma más comunitaria. También, la Biblia fue clave para el momento de oración final”. 

María recuerda que esta experiencia es necesaria para no olvidarse de la fe y reflexionar a la luz del Evangelio: “Se nos hizo una invitación personal a cultivar nuestra vida espiritual y que el retiro no sólo quedase ahí, sino que se hiciera vida cada día. ‘¡Sed fuertes y valientes, no temáis, no os acobardéis ante ellos! Pues el Señor, tu Dios, va contigo, no te dejará ni te abandonará’ (Dt 31, 6)”, explica.

También, agradece al P. Alexis y a Mónica por llevar “la riqueza de la fe a los más jóvenes”, así como su entrega desinteresada. “Ojalá más jóvenes conozcan la riqueza del Evangelio y no tengan miedo a compartirla con el mundo. ¡Gracias!”, concluye María.