RMSI | Jordi Cama: a pesar del cáncer, obtiene una media de 10 en Bachillerato y un 13,44 en selectividad
LomásRC
Ignacio, un amigo de clase del colegio Real Monasterio de Santa Isabel, le pasaba a diario los apuntes, y otro grupo de compañeros le han acompañado durante su estancia en el Hospital San Juan de Dios de Barcelona. Han sido su “ventana al exterior, a la realidad”. Y con ellos, el personal de este colegio Regnum Christi también se ha puesto a su disposición en el año, sin duda, más crítico de su vida en el tema de la salud y de los estudios. El resultado es un cáncer superado y unas notas brillantes: media de 10 en Bachillerato y 13,44 en selectividad. En COPE Barcelona, Jordi recomienda a quien esté pasando por esta misma situación que eche mano del humor, y nos regala un par de frases que le han mantenido “con ánimo”: “Ad astra per aspera” (“A las estrellas a través de las dificultades”) y “Omnia in bonum” (“Todo es para bien”). Transcribimos la entrevista en español.
Jordi, ¿contento por los resultados de bachillerato?¿Cómo has manejado la presión de los exámenes y qué es lo que quieres estudiar?
Los exámenes han ido relativamente bien porque en el colegio nos han estado preparando y mentalizando desde primero sobre lo que sería un examen de selectividad aquí en Cataluña. Entonces, estamos muy habituados al formato. Quiero estudiar Medicina en el Hospital Clínico de Barcelona, en la Universidad de Barcelona.
¿Y por qué te gusta la Medicina?
Bueno, quiero estudiar algo relacionado con la Medicina, específicamente con enfermedades graves. Podría ser en la UCI o en oncología, todavía tengo que decidirlo. Quiero hacerlo porque creo que me permite satisfacer mi vocación de atender al prójimo y servirle. Es esencial. La medicina tiene esta vertiente que te permite, creo yo, ser feliz, aunque conlleve un precio alto, independientemente de cómo vaya la vida personal.
El estudio fue un poco el oxígeno dentro del ambiente hospitalario y de la rutina
Desde el 24 de julio hasta el 31 de diciembre de 2023, estuviste ingresado en el Hospital San Juan de Dios. ¿Cómo afrontaste estos dos trimestres del curso?
Bueno, a mí me enviaba diariamente los apuntes un amigo. Además, el personal docente se puso a mi disposición para atender mis dudas. Yo iba aprendiendo con los apuntes y lo que podía de forma autónoma o semiautónoma. Luego, los profesores me enviaban los exámenes para que yo los pudiera hacer y luego me los corregían. El estudio fue un poco el oxígeno dentro del ambiente hospitalario y de la rutina. Un día estás bien, otro día estás mal, son los gajes del hospital. Pero poder estudiar y encontrarse lo suficientemente bien como para seguir con algo que te da esperanzas de futuro, especialmente en un año tan crucial en el ámbito académico, me ha ayudado bastante a seguir con ánimo.
¿Qué asignaturas te gustaban más? Supongo que no es fácil estudiar en la habitación de un hospital. Eres un ejemplo de superación, ¿eres consciente de ello?
Bueno, ejemplo como todo el mundo a su manera. Todo el mundo tiene sus problemas, pero una enfermedad es muy llamativa, y quizá otras cuestiones personales no tanto. Lo que más me gustaba siempre ha sido la Biología, quizás porque está relacionada con la Medicina. También me gustaban la Química y la Física, ya que te obligan a pensar y a razonar bastante. La Física, en particular, me parecía muy interesante porque te ayuda a entender muchas cosas de las que suceden. En general, me gustan todas esas asignaturas. Las lenguas también.
Supongo que el apoyo de los médicos, enfermeras, familia y amigos ha sido fundamental…
Bastante. En San Juan de Dios, como es un hospital pediátrico, están muy habituados a toda esta clase de circunstancias y necesidades de jóvenes y adolescentes. La verdad es que los doctores, especialmente la doctora Amalia, supieron amoldarse muy bien a nosotros, a nuestro carácter y también a nuestras preocupaciones. Luego, los amigos también fueron un gran apoyo. Como ya comenté, este amigo, Ignacio, me iba mandando todos los apuntes, y otros tantos, aunque no en el ámbito académico, en lo personal me preguntaban cómo estaba y me contaban lo que sucedía en el exterior: Blanca, Mateo, Juan, Elena, entre otros. Ellos fueron mi ventana al exterior, a la realidad.
Las enfermedades graves tienen un precio muy grande, tanto en el presente como en el futuro, pero también tienen beneficios importantes
Has pasado por una experiencia que es un ejemplo de superación y de vida. ¿Qué consejo darías a tus coetáneos que también estén pasando por esta circunstancia?
Bueno, yo, sobre todo, recomiendo tomarse las cosas con humor dentro de lo posible. Creo que reír es muy importante. Desde que salí del hospital, e incluso allí en ocasiones, me reía mucho más, preocupado por todo lo demás. Hay que pensar en lo que se puede hacer para los “síes” en la vida.
Hay un par de frases en latín que me gustan mucho y que me han mantenido con ánimo. La primera es “Ad astra per aspera”, que significa “A las estrellas a través de las dificultades”, es de Séneca. La segunda es “Omnia in bonum”, que significa “Todo es para bien”.
Las enfermedades graves tienen un precio muy grande, tanto en el presente como en el futuro, pero también tienen beneficios importantes. Cambian tu perspectiva de la vida bastante. Hay que aprender a vivir en unas circunstancias distintas, pero quizás no todo sea negativo.
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