En él, las chicas pudieron reflexionar sobre los distintos lenguajes del amor que, además de darse en las relaciones personales cotidianas, también se da en la relación con Dios. En el taller les explicaron las distintas formas de rezar y acercarse a Dios y poder descubrir cuál es el modo que más le ayuda a cada una, entre ellas la contemplación ignaciana, la Lectio Divina, la oración de silencio y la oración acompasada. Laura Robles es una de las jóvenes que ha participado en la jornada y nos ha contado que le ha ayudado a comprobar que «la relación de cada uno con Dios es única y exclusiva».
¿En qué ha consistido el taller?
El taller ha consistido en diferentes ejercicios, muy relacionados con los lenguajes del amor. Igual que en nuestro día a día vemos presentes los lenguajes del amor en relaciones de noviazgo, de amistad o familiares, también podemos usar estos lenguajes del amor en nuestra relación con Dios. A cada persona le sirve más un lenguaje u otro, y este taller nos ha permitido conocer diferentes lenguajes a través de los ejercicios que hemos hecho, para rezar de una manera u otra y ver cuál se ajusta más a cada uno.
¿Cómo te ha ayudado esta jornada?
Me ha ayudado para ver qué tipo de oración es la que más me ayuda y más me acerca a Dios. No era consciente de la cantidad de formas en las que se puede rezar y he podido comprobar que la relación de cada uno con Dios es única y exclusiva, ya que lo que a mí me puede servir para rezar puede que no le sirva al otro.
¿Qué es lo que más te sorprendió?
Lo que más me sorprendió fue comprobar la exclusividad de la relación de Dios con cada uno de nosotros, ya que a cada una de las que hicimos en el taller nos servían más diferentes oraciones.
¿Se la recomendarías a otros jóvenes?
Sí, ya que para estar cerca de Dios es importante tener muy presente la oración. Cuando sabemos qué tipo de oración es la que más nos ayuda y más nos acerca a Dios, no rezaremos porque “toca” rezar ni por obligación, sino porque te apetece y pones tu voluntad en ello. Ha sido un taller que me ha permitido abrir lo ojos hacia algo que no conocía en profundidad y que realmente me ha ayudado para acercarme más a Dios.