Veranos Regnum Christi | Ultreia: 12 días de aventura en el Camino de Santiago con los laicos consagrados del Regnum Christi
LomásRC
Esta actividad de verano organizada por los laicos consagrados del Regnum Christi comienza con el Camino del Norte, conocido como la España de los mártires. Durante cinco etapas y 95 km, los participantes caminarán desde Pobeña hasta Santander, disfrutando de la costa norte de España y el encuentro con los demás peregrinos. Esta parte del camino ofrece una oportunidad para reflexionar sobre el sacrificio y la valentía de los mártires, mientras se estrechan lazos de amistad en el grupo.
Los Picos de Europa
A continuación, el Camino Lebaniego, la España de los misioneros, llevará a los jóvenes a través de dos etapas en los Picos de Europa. Con 55 km desde Potes hasta Cabrales, los peregrinos tendrán la oportunidad de venerar la mayor reliquia de la Vera Cruz en Santo Toribio de Liébana. Este tramo del camino invita a los participantes a un profundo encuentro consigo mismos, inspirados por el espíritu misionero y la grandeza de la naturaleza.
Tierra de místicos
Finalmente, el Camino Primitivo, conocido como la España de los místicos, guiará a los jóvenes a través de cuatro etapas y 100 kilómetros, desde Lugo hasta Santiago de Compostela. Caminando por ríos y veredas, los peregrinos llegarán a la tumba del apóstol Santiago, culminando su viaje con un encuentro profundo con Dios. Ultreia no solo es una aventura física, sino un camino espiritual que promete transformar las vidas de quienes lo recorren, dejando una huella imborrable en sus corazones.
“¡12 días de aventuras!”
José Antonio es uno de los jóvenes que en ediciones anteriores de Ultreia ya hecho esta peregrinación tan particular. Para él, este “camino de Santiago fue una experiencia inolvidable y una total aventura en la que cada día se presentan retos distintos como distancia o clima”.
No obstante para él, el mayor reto fue “trabajar algunas virtudes realmente heroicas como la valentía para decir que sí a los desafíos desconocidos de cada día: algunos requerían paciencia para saber que hay una meta, otras veces la distancia, en ocasiones la empatía para cuando haya un problema en el grupo y ser el primero en ayudar”.
Son 12 días de aventuras constantes “que traen muchas recompensas como paisajes, las risas y la amistad, las anécdotas…”. Pero, sobre todo, José Antonio pone el énfasis en “el encontrarme conmigo mismo el encontrar a los demás y el encontrar a Cristo: la mayor recompensa”.
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