Ema Basa, voluntaria de la fundación, explica que, durante en los momentos más duros del COVID-19, “llegamos a ayudar a más de 7.000 personas, un dato que se ha multiplicado desde el inicio del confinamiento”.
Además, afirma que los colegios Regnum Christi colaboraron de una forma especial: “Muchos padres de los colegios organizaron recogidas de alimentos y recolectaron mucho material”, añade la voluntaria. También explica que pudo ver la “providencia de Dios” en algunas situaciones en las que había “largas colas” y siempre llegaba más alimentos para ellos.
Aunque aún hay familias necesitadas, la fundación ha podido retomar el resto de actividades y ha organizado un curso sobre formación de camareros. “La formación es online y presencial para poder garantizar que las prácticas son completas”, explica Mayte Lucena, profesora de hostelería. Esta, junto con otras actividades, son alguna de las labores que la fundación Altius realiza a día de hoy.