Precisamente Rosina nos recuerda que “el lema de este año para Pentecostés de la Delegación de Apostolado Seglar de la Diócesis de Madrid, ha sido ‘Juntos anunciamos lo que vivimos”. Y que esta celebración es una llamada a “implorar para toda la Iglesia, la fuerza del Espíritu Santo para hacer con valentía y sabiduría el Primer Anuncio, en la vida cotidiana, para ser sal y luz en la vida familiar, en el trabajo y en las relaciones sociales”.

¿Por qué es importante la celebración de Pentecostés para la Iglesia y de forma especial para el Regnum Christi?

Rosina: Es esencial porque el Espíritu Santo, prometido por Cristo cuando vuelve de nuevo junto al Padre, desciende sobre toda la Iglesia, inflama con su fuego los corazones y aviva el deseo de llevar al mundo entero la buena nueva, la frescura y renovación del primer anuncio, como ocurrió con los apóstoles cuando estaban reunidos y temerosos. Por eso la Iglesia y el Regnum Christi celebran con alegría Pentecostés.

Jorge: Efectivamente, el Regnum Christi es un movimiento de apostolado que se caracteriza por ese servicio y la acción misionera, por eso es tan importante para nosotros celebrar Pentecostés: solo con el Espíritu Santo se puede salir y anunciar que Jesús es el Señor y solo gracias a Él lo podemos decir. Por eso es tan importante honrarlo celebrarlo e invocarlo especialmente en este día.

El ejemplo más claro es lo que pasó con los apóstoles. Estaban todos asustados y escondidos, y a partir de recibir el Espíritu Santo salieron y anunciaron a Jesucristo por todo el mundo.

Solo con el Espíritu Santo se puede salir y anunciar que Jesús es el Señor y solo gracias a Él lo podemos decir.

¿Qué sucede en una Vigilia de Pentecostés que no sucede en otra?

Jorge: Me gustaría aclarar que hay dos grandes vigilias a lo largo del año: la Pascual y la de Pentecostés. Es un primer punto que tenemos que considerar. Y es una vigilia que nos lleva a pedir el Espíritu Santo, a invocarle y a que se dé un nuevo Pentecostés. Volvemos a celebrar lo que sucedió entonces y que se vuelve a derramar de manera muy especial.

Rosina: En la Vigilia de Pentecostés se produce una llegada del Espíritu Santo y la efusión sobre todos los que participan. Ahí recibimos el regalo de todos aquellos dones que podemos necesitar para el cumplimiento de la misión encomendada y el envío a proclamar la Palabra, “hasta los confines de la tierra”.

Un aspecto importante es la experiencia de comunión en la Iglesia, ¿cómo se vive esto en vuestras vigilias respectivas?

Rosina: En la vigilia que organizó la Delegación de Apostolado Seglar en la Catedral de Madrid y presidida por el Cardenal Carlos Osoro, se vivió un ambiente de auténtica comunión. Allí estábamos presentes unos 22 movimientos, asociaciones y parroquias, diferentes realidades con diferentes carismas, con su propia manera de expresar a Cristo, pero unidos en la respuesta a una llamada entorno a Cristo.

Todos participaron de una forma u otra en la celebración, poniendo sus talentos a disposición de la comunidad eclesial. Al Regnum Christi se le pidió ayuda en la organización de la ceremonia.

También se organizó un coro, integrado con mucha generosidad por miembros de los diferentes movimientos, lo que resultó muy entrañable y familiar.

Jorge: Esa misma noche, ya en mi casa, recibí un mensaje de don Eloy, el párroco de Sevilla la Nueva, y que a su vez le había mandado un parroquiano. Me parece que con él te respondo: “Es muy tarde pero no quería acostarme sin darle las gracias por la vigilia. Gracias. Y por extensión a todos los colaboradores y los misioneros que han hecho que sea hermosísimo todo. Y a los sacerdotes. Gracias, gracias. Que Dios les bendiga. Muchas gracias. Santo Pentecostés”.

Los movimientos, asociaciones y parroquias, con sus diferentes carismas, con su propia manera de expresar a Cristo, estaban unidos en la Catedral en entorno a Cristo.

¿Nos podéis compartir una luz sobre algo que os haya llamado la atención de la vigilia de Pentecostés en la que participasteis?

Rosina: En mi caso, destacaría la comunión y espíritu de cuerpo que se genera. Muchos de los asistentes tenían sus propias celebraciones, pero participaron y compartieron la alegría de la fe. Junto a ello, el ambiente de alegría y buen espíritu que se vivió y la aceptación del compromiso de seguir a Cristo y abrirnos al Espíritu Santo, como artífice de nuestra entrega.

Al terminar la ceremonia, el Cardenal realizó el acto de envío, como seglares, solicitando el compromiso, derivado del encuentro personal con el Señor, de ser testigos de su evangelio y anunciadores de Cristo con nuestras palabras y obras, abriendo el corazón al Espíritu Santo para que Él actúe en nosotros.

Terminó el Cardenal: “Yo, os envío para que, con la fuerza del Espíritu Santo y de la mano de Nuestra Señora, os sintáis llamados a anunciar el amor de Cristo al mundo, con vuestra palabra y modo de vida, tocando el corazón y la mente de vuestros hermanos, especialmente los que más lo necesiten”.

Jorge: Pues en mi caso me llamaron la atención dos cosas. La primera es la sed del Espíritu Santo que hay en el Regnum Christi y en la Iglesia. Y, en segundo lugar, que viniera tanta gente del Regnum Christi que no esperábamos y también parroquianos. Fue una sorpresa, cuando menos te lo esperas, el Señor convoca a sus fieles para llenarlos de su Espíritu Santo.