• ¿Qué es Yiós? Preguntas y respuestas

Jaime, Teresa y Ale nos explican el antes y el después de pasar por este campamento Yiós. Cómo ha cambiado su relación con Dios y con los demás. “Estos días estuvimos tan cerca de Dios que era imposible no estar feliz,” dice Teresa, recordando su experiencia. El hecho es que en Yiós cada participante descubre el valor de ser hijo de Dios y la importancia de vivir con amor y propósito. “Me ha hecho darme cuenta de lo afortunado que soy y la importancia de vivir la vida sintiéndonos valorados”, explica Jaime, mientras que Ale destaca que aprendió que somos “caídos para ser redimidos”, y que nuestra vocación al amor nos lleva al Cielo. Este campamento no solo cambia perspectivas individuales, sino que también fomenta relaciones basadas en valores y fe compartida.

¿Cuál ha sido tu experiencia en Yiós?

[Jaime] La verdad es que he aprendido mucho sobre la Teología del cuerpo. Me ha hecho darme cuenta de la importancia que tiene en nuestro día a día. También conocí a un montón de gente y te das cuenta de que muchos serán amigos para toda la vida, no solo por la convivencia, sino por los valores que compartes con ellos.

Iba sin expectativas, pensando que iba a ser pesado y aburrida tanta formación, pero evidentemente estaba equivocada.

[Teresa] Mi experiencia ha sido increíble. Ahora, recordando toda esa semana, me doy cuenta de que no tuve ni un momento de tristeza ni de bajón, ni nada negativo. Todo fue felicidad y descubrimiento, ya que estos días estuvimos tan cerca de Dios que era imposible no estar feliz. Además, fueron días en los que pudimos encontrar nuestra paz interior, ya que nos conocimos y nos entendimos mejor.

[Ale] Ha sido una experiencia inolvidable. Iba sin expectativas, pensando que iba a ser pesado y aburrida tanta formación, pero evidentemente estaba equivocada. Ha sido una experiencia única en la que aprendí muchísimo sobre la Teología del cuerpo con la formación de los jóvenes, que eran súper cercanos. Las actividades prácticas que hacíamos, el ambiente y el buen rollo que había, parecía una familia.

¿Qué has encontrado que antes no sabías y te ha cambiado?

[Jaime] Lo que más ha cambiado es la perspectiva que tengo sobre la idea de que somos hijos de Dios. Esto es algo que yo no tenía muy en cuenta y me ha hecho darme cuenta de lo afortunado que soy y la importancia de vivir la vida sintiéndonos valorados.

[Teresa] Desde pequeña, en mi casa siempre me dijeron que era hija de Dios, pero para mí era algo ¡sin más! Nunca le di el valor que tenía. Pero gracias a Yiós he aprendido la suerte, el valor y la grandeza que es ser hijo de Dios. Somos hijos de la persona más importante de la historia, que me ha creado y me quiere. Gracias a esto, he aprendido a valorar a Dios y agradecerle que es mi Padre, que me quiere y que me ha creado.

Me ha hecho darme cuenta de lo afortunado que soy y la importancia de vivir la vida sintiéndonos valorados.

[Ale] He aprendido que todos somos hijos de Dios y que venimos del amor, que somos caídos para ser redimidos, y que vamos al Cielo a través de nuestra vocación al amor.

¿Cómo entraste y cómo has salido? ¿En qué te ha cambiado la mirada?

[Jaime] La verdad es que entré con muy pocas expectativas. Es cierto que el tema de la Teología del Cuerpo me llamaba mucho la atención y siempre he querido formarme bien. En cuanto a cómo ha salido me ha ayudado mucho a darme cuenta de que somos hijos de Dios, a valorarlo y sentirme valorado. Algo que me ha gustado mucho es que, aparte de haber aprendido un montón, me ha dado la oportunidad de formarme bien y así poder ayudar a más gente.

Entré sin saber lo mucho que me quiere Dios y lo que valgo para él. Tampoco sabía lo conectado que están el cuerpo y alma, y el valor de entregarse a una persona.

[Teresa] Entré con bastante pereza y con una relación muy floja con Dios, pero salí súper motivada, con ganas de mejorar como persona y cambiar, y teniendo mucho más presente a Dios en mi día a día. Mi mirada ha cambiado en el aspecto de que antes miraba a las personas fijándome solo en sus defectos e imperfecciones. Ahora, al darme cuenta de que esas personas también son queridas por Dios y que Dios las ama tal y como son, y que todo lo que ha creado Dios es muy bueno, me he dado cuenta de que tengo que dejar de juzgar a la gente y empezar a mirar a las personas con amor. Tengo que amarles como Dios les ama y fijarme en sus cosas buenas, ya que todo el mundo tiene algo bueno.

[Ale] Entré sin saber lo mucho que me quiere Dios y lo que valgo para él. Tampoco sabía lo conectado que están el cuerpo y alma, y el valor de entregarse a una persona. Mi mirada ha cambiado en el sentido de mirar y tratar al prójimo y a mí misma como lo haría Dios.

 

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¿Es una experiencia que recomiendas?¿Por qué?

[Jaime] Claro que sí. Sinceramente, opino que es algo que debería hacer todo el mundo, no solo por lo que aprendes en cuanto a Teología del cuerpo, sino porque conoces a un montón de gente muy buena y, la verdad, aparte de que te ayuda un montón, estoy seguro de que si vas con algún problema personal, vas a encontrar un porqué y finalmente solucionarlo.

[Teresa] Creo que sí, a todas las personas que conozco. Y especialmente a los jóvenes. Esta experiencia te ayuda a encontrarte a ti mismo y a entenderte mejor. Además, en la actualidad, los jóvenes hacemos muchas tonterías y no nos damos cuenta de que todo lo que hacemos afecta a nuestro cuerpo y a nuestra alma, ya que van unidos, y todo lo que hacemos a nuestro cuerpo le afecta a nuestra alma. Al no darle valor a esto, acabamos dañándonos a nosotros mismos y perdiendo nuestra paz interior. Es necesario que la gente sepa que el hombre y la mujer están hechos para complementarse y para estar en unión y amor.

[Ale] Ojalá todo el mundo tenga la suerte de hacer Yiós, porque es una experiencia para conocerte a ti mismo, aprender de dónde vienes, dónde estás, a dónde vas y cuál es tu vocación al amor. Hemos sido creados por amor y para amar, para llegar al Cielo.