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Yiós Sevilla | Ana: “He sentido que he tocado un trocito de cielo, vuelvo con el corazón lleno”

Ana Botija ViVe Regnum Christi Sevilla

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Ana Botija es una joven estudiante de Sevilla que ha participado entre el 4 y 6 de noviembre de 2022 en un Yios Weekend, junto a más de 40 jóvenes, sacerdotes, consagradas y laicos de Regnum Christi, Hakuna y otras realidades. Yios Weekend es una formación, con dinámicas y charlas, sobre las catequesis de San Juan Pablo II sobre amor y sexualidad. "Elijo seguirle porque he conocido la verdad, porque he sentido Su amor", dice Ana. "Ha sido como ponerme unas gafas y ver la vida con un nuevo enfoque", nos explica en su testimonio.
  • Fotogalería a Yiós Weekend
  • ¿Por qué cuando estoy un rato a solas vuelvo a sentir un vacío? ¿No hay nada más? ¿Por qué me cuesta tanto hacer lo que realmente me llena? ¿Por qué me acabo alejando de lo que me hace bien?
  • Este fin de semana en el que hemos profundizado sobre las catequesis de San Juan Pablo II me he vuelto a sentir amada, amada a los ojos de Cristo
  • Ahora entiendo y elijo creer. Elijo seguirle porque he conocido la verdad, porque he sentido Su amor.

Ana se preguntaba, como tantos jóvenes de su edad, “¿por qué me cuesta tanto hacer lo que realmente me llena? ¿Por qué me acabo alejando de lo que me hace bien?”. En Yiós, este apostolado del Regnum Christi, ha encontrado respuestas: “Dios nos hizo muy buenos y nos hizo muy bien. Me ha hecho con todas mis imperfecciones, con todos mis defectos, y he podido sentir esa mirada de ternura con la que Él me mira. Soy suficiente y soy amada, una verdad que me ha costado muchísimos años poder ver”.

 

Ana Botija-. “Si tuviera que resumir Yiós Weekend en una palabra… sería, sin duda, ‘Amor’. Este fin de semana en el que hemos profundizado sobre las catequesis de San Juan Pablo II me he vuelto a sentir amada, amada a los ojos de Cristo. Y me he sentido abrazada por Él y por el resto de las personas que han compartido conmigo esta experiencia.

 

Vine sola. Vine sin saber muy bien qué me iba a encontrar, y tampoco sabía muy bien qué esperar. Pero había algo que me decía que tenía que ir y que, por muchos planes que me perdiera, al menos tenía que probarlo. Lo que no sabía es que iba a acercarme a lo que realmente me hace feliz y que iba a encontrar tantas respuestas.

“Si tuviera que resumir Yios Weekend en una palabra… sería sin duda Amor”

Ahora siento que antes vivía la fe de manera ciega, porque era “lo que tocaba” y porque era lo que había aprendido desde pequeña. Ahora entiendo y elijo creer. Elijo seguirle porque he conocido la verdad, porque he sentido Su amor. Y no es un amor cualquiera, es un amor que invita a un estilo de vida que personalmente me hace feliz como nada antes lo ha hecho. Ha sido como ponerme unas gafas y ver la vida con un nuevo enfoque.

 

En búsqueda

En mi día a día sentía que me faltaba algo. Si tengo una familia, amigas, una carrera enfocada, hobbies, vivo mi vida… ¿por qué cuando estoy un rato a solas vuelvo a sentir un vacío? ¿No hay nada más? Me bombardeaban miles de preguntas: qué hago aquí, qué sentido tiene mi vida, por qué me levanto todos los días, cuál es mi camino… Tengo todo para ser feliz, pero me faltaba algo. Se me estaba olvidando lo más importante.

 

 

Otra de las cosas que he aprendido en este fin de semana sobre Teología del Cuerpo es que Dios nos hizo muy buenos y nos hizo muy bien. Me ha hecho con todas mis imperfecciones, con todos mis defectos, y he podido sentir esa mirada de ternura con la que Él me mira. Soy suficiente y soy amada, una verdad que me ha costado muchísimos años poder ver.

“¿Por qué cuando estoy un rato a solas vuelvo a sentir un vacío?”

Todos tenemos nuestra historia, y todos cargamos con heridas y sufrimientos que a veces hacen que no podamos ver con claridad nuestro camino ni nuestro destino. He perdido muchas veces la fe, me he alejado de Dios y me he enfadado conmigo misma, por sentir que no era suficiente, que no valía y tenía que demostrármelo a mí y a los demás de alguna manera, ya fuera sacando mejores notas, intentando tener un físico perfecto, refugiándome en salir, en el no parar… pero nada de eso me llenaba. Volvía a sentir ese vacío y me sentía inmerecida de amor. Me alejé mucho de Dios porque sentía que Él no me podía ayudar.

 

Y me preguntaba ¿por qué me cuesta tanto hacer lo que realmente me llena? ¿Por qué me acabo alejando de lo que me hace bien? Pero es que ahora he entendido que soy humana, que soy débil, pero también he aprendido que no soy culpable de mis heridas, que Dios me ama en mi vulnerabilidad, me quiere con mis fallos y si me caigo siempre está Su mano tendida para ayudarme a levantarme otra vez. Él siempre ha estado ahí, esperando con los brazos abiertos a darme todo su amor.

 

Un momento del Yiós weekend celebrado en Sevilla
Un momento del Yiós weekend celebrado en Sevilla.

 

El encuentro con el amor

Vuelvo con el corazón lleno. Me he reencontrado con lo único que realmente llena al ser humano: el amor. He podido conocer esa mirada pura de amor, y he estado rodeada de gente que me ha ayudado a vivir todo esto incluso más potenciado. Vuelvo rebosando de amor, queriendo dar a los demás e intentando ver a Dios en el otro. Mucho antes que mis estudios, que mis hobbies, que mis actividades… van mis relaciones. Este fin de semana me ha enseñado cosas que pensaba ya saber, quiero aspirar a tener relaciones con sabor a cielo, a ver a Dios en el otro, es lo que da plenitud.

“Vuelvo con el corazón lleno. Me he reencontrado con lo único que realmente me llena: el amor”

Mi vocación es al amor, es el camino a la verdadera felicidad. Sé que el primer ladrillo de todo es Él, y que con su amor soy capaz de todo y de ahí nace el amor que doy a los demás. Cuando hago las cosas junto a Él siento que no me falta nada, que tengo tanto que dar y que puedo ver al otro como el don que realmente es.

 

Sé que esto es solo el principio, que es tan solo una pincelada de algo que he empezado a ver con nuevos ojos, pero quiero seguir formándome y después de haber descubierto mi camino y lo que le da sentido a mi vida no me quiero separar de ello. El amor de Dios se respira en comunidad, y he podido vivirlo en cada una de las personas que me han acompañado en este retiro. No me cabe duda de que Él ha estado presente durante todo el fin de semana. He sentido que he tocado un trocito de cielo”.

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